Entrevista > Antonio Luis Galiano / Pte. de Honor de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (Orihuela, 20 de julio de 1946)
Muchos podrían pensar que la labor del cronista oficial de un municipio es la de un ratón de biblioteca enfrascado en escudriñar y exprimir hasta la última gota de los libros de historia de ese territorio. Pero, siendo esto parte de su trabajo, esa imagen dista mucho de la realidad. El cronista oficial, una figura muchas veces olvidada y desconocida por la mayoría, tiene un trabajo más amplio y, si cabe, más importante.
A través de sus escritos, no sólo se da a conocer mejor el pasado de su ciudad -algo fundamental para entender el presente e interpretar el futuro-, sino que también ejercen a modo de notarios oficiales de todo lo que acontece en su territorio, legando a las generaciones futuras información fundamental para que nada de lo sucedido se pierda con el paso del tiempo.
¿Cuál es la labor principal de un cronista oficial?
Lo primero es dejar constancia de lo que es la vida ciudadana bajo un punto de vista objetivo. Es contar lo que ocurre, cómo ocurre, quién interviene y cuándo se interviene. Además, hay una labor muy importante que es rescatar todos aquellos aspectos de historia y tradiciones que puedan servir para el general conocimiento de la población.
Además, en diversas ocasiones, realizar los informes que se nos demanden por parte del Ayuntamiento y sus distintas concejalías.
«El de cronista oficial es un cargo honorífico y vitalicio»
¿Cómo es el proceso de selección de un cronista oficial?
Lo más importante es recordar que es un cargo honorífico y vitalicio. En cuanto a la forma de elección, dependerá del tipo de Ayuntamiento ya que hay municipios que cuentan con un reglamento específico para ello. Pero generalizando, lo más habitual es que sea una propuesta del alcalde y que debe de ser aprobada por el pleno municipal. Eso es un requisito indispensable.
¿Se están realizando acciones para que aquellos municipios que no cuentan con un cronista oficial lo nombren?
Una de las labores que la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales está haciendo es conseguir que se nombren cronistas oficiales en aquellos lugares donde no los hay. Para ello, nos valemos del convenio marco firmado con la Federación Española de Municipios y Provincias, con la Confederación Española de Estudios Locales, con la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía o la Real Academia de Cultura Valenciana.
En el mundo actual, parece que la falta de tiempo es un mal que nos acecha a todos. ¿Puede ser este un problema para convencer a nuevos candidatos a postulares para un trabajo que, sin duda, requiere una importante inversión de horas?
El cronista, cuando realmente es vocacional, saca una hora más de las 24 horas del día. Creo que con eso lo he dicho todo.
«Lo más importante es que el cronista sea una persona que esté muy volcada en la vida del municipio»
¿Cuál es el perfil más habitual del cronista oficial?
Hay de todo. Lo más importante es que sea una persona que esté muy volcada en la vida del municipio. En cuanto a currículum, podemos encontrar perfiles muy diversos: bibliotecarios, archiveros, médicos, personas autodidactas… Son personas que llevan una trayectoria de investigación y unos trabajos con los que han ido dejando constancia de todo ello y que merecen ese respeto.
¿Y en su caso concreto?
Mi formación básica es del ámbito técnico. Yo soy perito ingeniero técnico industrial; pero ya mayor me doctoré en Historia.
Su interés por ser cronista, en este caso de Orihuela, ¿nace de sus estudios de Historia o viceversa?
Mi pasión por la Historia y por la ciudad de Orihuela viene de antes. Es algo que va surgiendo con el tiempo. Antes de mi nombramiento, yo ya había escrito e investigado bastante. Diría que supuso un arranque del interés por la historia y las tradiciones del pueblo.
«Nuestro reto fundamental es mantener la objetividad en los hechos»
¿Cuál es el principal reto que, en su opinión, tiene por delante el colectivo de cronistas oficiales?
Sobre todo, mantener la objetividad en los hechos cuando se está tratando algo que no sea histórico, porque ahí sí juega un papel importante el contexto en el que se ha producido el hecho, dejar la subjetividad a un lado. Nuestra labor es decir lo que ocurre, cuándo ocurre, cómo ocurre y quién está. No debemos interpretar, eso es algo que debéis hacer los periodistas.
Como ya ha dicho antes, en la mayoría de los casos a ustedes les nombran tras la propuesta de un alcalde. ¿Puede eso poner trabas a la buscada objetividad?
A nosotros, si nos preguntan, debemos reflejar lo que hay a título informativo, no de valoración. Puede que en algún caso se hayan producido presiones, pero generalmente si te piden un informe tú te limitas a decir lo que crees que es.