Entrevista > Santiago del Moral / Presidente de la Fed. del Deporte de Orientación de la Comunitat Valenciana (Monóvar, 20-enero-1956)
Desde el pasado mes de mayo la Ciutat Esportiva Camilo Cano cuenta, en su ya extenso catálogo de modalidades deportivas, de una nueva oferta. En este caso, se trata de un deporte muy poco conocido y que se vale de la naturaleza para diseñar sus ‘terrenos de juego’: la orientación.
El municipio nuciero cuenta desde hace algunas semanas con el primer campo permanente de orientación de la Comunitat Valenciana, conformado por setenta y cinco balizas y ubicado en el bosque contiguo a la Ciutat Esportiva, junto al Bikepark.
Santiago del Moral, presidente de la Federación del Deporte de Orientación de la Comunitat Valenciana (FEDOCV), ha sido uno de los responsables de este logro y del diseño del propio campo permanente. En esta entrevista con AQUÍ en La Nucía explica los secretos de este deporte y de la instalación recién inaugurada.
El de la orientación es un deporte muy poco conocido por el público general. ¿En qué consiste?
Las carreras de orientación son un deporte en el que normalmente usamos la naturaleza para movernos por la misma. Es una disciplina totalmente individual en la que se compite por categorías, que van desde Open niños hasta mayores de setenta años y, por lo tanto, cubren todo el rango familiar. De esta manera, en nuestro deporte puede correr desde el abuelo hasta el nieto sin ningún problema.
«Las carreras de orientación son un deporte en el que normalmente usamos la naturaleza para movernos por la misma»
Además de la edad, ¿en qué más se diferencian esas categorías?
Cada una presenta distancias distintas y un grado de dificultad acorde a la misma, pero en todas ellas gana el que menos tiempo invierte en completar el recorrido de la carrera, que no siempre es el que más corre ya que, normalmente cuanto más rápido lo haces, más difícil se hace la lectura del mapa para poder progresar.
Para hacer una comparación que le podrá sonar a todo el mundo, se me ocurre que, con todas las salvedades, es una especie de gymkana sin adivinanzas. Es decir, salir de un punto con el objetivo de llegar a otro, pero no usando la línea recta, sino encontrando una serie de balizas.
Efectivamente, en nuestro deporte no se utiliza la línea recta. La manera de ir de un sitio a otro la tienes que elegir tú. Todos sabemos que la distancia más corta entre dos puntos es la línea recta, pero en nuestros recorridos en medio del campo es casi imposible seguirla porque en muchos casos no seguimos senderos o caminos.
Si tengo una baliza en línea recta, pero tengo una montaña en medio, puedo hacer dos cosas: rodearla o subirla. Todo dependerá de mis características técnicas, físicas y de mi potencia.
Centrándonos en la categoría Élite, ¿de qué distancia suelen ser las carreras?
En esa categoría, las pruebas están entre doce y catorce kilómetros en distancia reducida, es decir, en línea recta entre punto y punto.
«En nuestro deporte no se utiliza la línea recta. La manera de ir de un sitio a otro la tienes que elegir tú»
Como ya hemos dicho, en orientación hay prácticamente que olvidar la línea recta. ¿En qué se convierten esos doce o catorce kilómetros?
Hay que sumarle a eso entre un 30% más de distancia porque, efectivamente, el corredor nunca corre en línea recta.
Si trasladamos eso a tiempo, ¿cuánto suele durar una carrera?
El ganador de estas pruebas invertirá en torno a una hora y media.
¿Cómo se establece la dificultad técnica y la distancia en relación a las categorías?
Los saltos de categoría, tanto para hombres como para mujeres, se hacen cada dos años. Así, desde que se empieza con doce años y hasta llegar a la categoría Élite, se va incrementando gradualmente la distancia de carrera y el nivel técnico.
Cuando pasas de esa máxima categoría, la distancia se va reduciendo, pero la parte técnica se debe de mantener ya que hablamos de atletas que ya han pasado por esos niveles previos.
¿Existe alguna modalidad que no sea a pie y en la que se utilicen, por ejemplo, las bicicletas?
La orientación propiamente dicha es la que se hace a pie. Pero ahora están naciendo nuevas modalidades y la de la bicicleta de montaña es una de ellas.
Lo que ocurre es que las bicicletas no pueden salir de sendas y caminos y, por lo tanto, todos los puntos tienen que estar en ellos.
«En la máxima categoría, las pruebas están entre doce y catorce kilómetros en distancia reducida, es decir, en línea recta entre punto y punto»
¿Conocen los atletas, antes de tomar la salida, la ubicación de las balizas que deberán encontrar?
El corredor, cuando comienza la carrera, no sabe ni siquiera dónde está la salida. Allí es donde se entrega el mapa, pero ese punto, que puede estar a unos 200 metros, se procura que esté oculto a la vista del corredor.
Desde ese momento, se tiene que ir pasando por una serie de balizas en el orden establecido hasta llegar a la meta. Son desconocidos para el atleta todos los puntos. Cada uno de ellos viene representado en el mapa por un círculo de 5 milímetros de diámetro.
¿Cómo se garantiza que el corredor pasa por todos esos puntos y lo hace en orden?
Llevamos en la mano una tarjeta digital que es leída por una estación electrónica en cada uno de esos puntos, marcando la hora de paso. Pero es que en el terreno puede haber 150 puntos colocados, pero son para las cuarenta y dos categorías que existen. Unos puntos serán para una de ellas y otros no. Así pues, el corredor verá más balizas de las que tiene que picar.
Además de esa tarjeta digital, ¿se permite el uso de elementos como GPS o mapas en el teléfono?
No, sólo podemos salir con el mapa que nos facilita la organización en el momento de la salida y una brújula. En ocasiones, en carreras que se desarrollan en terrenos que pueden ser considerados un poco peligrosos, se permite que el corredor salga con el teléfono, pero debe ir precintado y sólo se podrá usar en caso muy urgente.
Así mismo, a los Élite les proporcionamos unos GPS que van con radiobaliza para saber en todo momento por dónde va ese corredor.
«La orientación propiamente dicha es la que se hace a pie. Pero ahora están naciendo nuevas modalidades y la de la bicicleta de montaña es una de ellas»
Parece una disciplina especialmente interesante para los más pequeños porque, además de permitirles hacer deporte y estar en contacto con la naturaleza, les aporta una serie de conocimientos técnicos de lectura de mapas, uso de brújula…
Es un deporte que, como ya he comentado, es individual. Los niños, eso sí, pueden salir en parejas al principio. Yo llevo muchos años trabajando con niños en colegios y cuando le das un mapa y una brújula y te vas a Santander a correr, los dejas salir y llegan a la meta, es una gran satisfacción.
Al ser un deporte individual, estos niños, desde el momento mismo de la salida, están tomando decisiones. Siempre les digo que cada punto es un desafío y hay que ir ganando cada uno de ellos, pero no hay nadie que te da consejos de cómo hacerlo. Y si te pierdes, te buscas la vida.
¿Cuánto tiempo debe pasar, por lo general, desde que alguien comienza a aprender este deporte hasta que adquiere los conocimientos necesarios para afrontar una carrera?
La progresión tiene que tener dos partes: la física y la técnica. Por lo tanto, dependerá de muchos factores. Cuando empezamos con los niños pequeños, todos los puntos que les ponemos en los mapas están en caminos.
Conforme va superando su nivel, los vamos sacando de esos caminos para que sólo los tenga como parte de apoyo. Así, poco a poco, cada categoría se va alejando de los caminos hasta llegar al momento en el que no hay allí ni un solo punto.
¿Es la orientación un deporte en el que existan países más dominadores que otros?
Yo he estado varias veces en el Campeonato del Mundo y los países nórdicos son punteros porque desde muy pequeños están con el mapa y la brújula. Para ellos, la orientación es una asignatura en el colegio. Al fin y al cabo, cuando caen dos copos de nieve todos los caminos se ocultan.
Además, la gente vive muy diseminada y en invierno sólo tienen dos o tres horas de luz al día y los niños, cuando van al cole, necesitan la brújula para poder llegar.
«El corredor, cuando comienza la carrera, no sabe ni siquiera dónde está la salida»
Ahora cuentan con un campo permanente en La Nucía. Permítame una broma: si es un campo permanente y entrenan a menudo en él, ¿no le quitan la gracia a la orientación?
(Ríe) Visto así sí, pero te lo voy a explicar de otra manera para que veas que no es así. Cada vez que queremos practicar nuestro deporte, tenemos que hacer un mapa a escala del terreno sobre el que queremos trabajar. Lo que sucede es que cada vez que hacemos una prueba, las balizas no están puestas y, por lo tanto, cada vez se ponen en sitios distintos.
En un campo fijo, permites que haya personas que con ese mapa puedan ir a entrenar. Eso significa que ponemos setenta u ochenta estacas en el monte con un mapa maestro, de tal manera que hoy vas a entrenar y haces un recorrido, pero mañana puedes hacer otro completamente distinto.
¿Cuántos campos permanentes existen en la Comunitat Valenciana?
En este momento, el de La Nucía es el primero que tenemos homologado. Para tener esa homologación hay que pedir una serie de permisos y cumplir unos requisitos, que el campo de La Nucía cumple.
¿En España existen más?
A nivel nacional tenemos entre quince y veinte. Cada Comunidad Autónoma controla los suyos, si bien están supervisados todos ellos por la Federación Española.
«Los países nórdicos son punteros porque desde muy pequeños están con el mapa y la brújula»
¿Ofrece el circuito de La Nucía la posibilidad de entrenar en esa modalidad de bicicleta de la que hemos hablado antes?
El circuito de La Nucía ya tiene un circuito de bicicleta, el de Carlos Coloma, dentro. Ese es el circuito que vamos a aprovechar, con las setenta balizas que ya hemos puesto, para que, efectivamente, también se pueda entrenar en esa modalidad.
¿Cuántos practicantes hay en la Comunitat Valenciana?
En la actualidad hay unas 6.000 o 7.000 licencias.
Me parece un número importante teniendo en cuenta lo poco conocido que es este deporte.
Sí. De hecho, recientemente hemos tenido una competición en La Nucía y tuvimos 700 participantes a lo largo del fin de semana.