En la huerta de la localidad valenciana de Burjassot, flanqueado por los barrios de Benicalap y la Ciudad Fallera -de València- y con la Sierra Calderona como telón de fondo, encontramos una villa al más puro estilo ‘indiano’ con más de cien años de historia.
Así, en la villa con un estilo ecléctico e influencias afrancesadas y modernistas, típicas de la época, encontramos una monumental escalera que da la bienvenida y conserva también azulejería original con motivos vegetales, los detalles ornamentales en sus techos o las vidrieras esmeriladas en su carpintería, que está a punto de vivir una segunda ‘Edad de Oro’.
Indiano es el adjetivo atribuido a los emigrantes a América que volvieron a España con riquezas
Regreso con riquezas
Según la Real Academia de la Lengua Española (RAE), indiano es un adjetivo que se le atribuyó en su momento a aquellos hombres y mujeres que (a finales del siglo XIX o principios del XX) emigraron a América en busca de fortuna y regresaron a España con riquezas.
Estas personas dedicaron parte de su fortuna, conseguida con sus negocios de ultramar, a edificar segundas residencias en las conocidas zonas de recreo de la alta sociedad valenciana de la época, tales como: Rocafort, Náquera o en la propia ciudad, donde se encuentra la ‘Casa del Indiano’, al lado del Parque de Benicalap, y que está pendiente de recuperación.
Convent Carmen: el germen
Ahora, la nueva Villa Indiano tiene previsto convertirse en un eje vertebrador de la cultura por, para y desde la huerta. En este sentido, según Juan Mª Sánchez Villar (Director de Villa Indiano junto a Santiago Máñez Testor), “llegamos a Villa Indiano en junio de 2020 y supimos que ese era nuestro lugar”, y añade: “hacía años que queríamos trasladar a la huerta una propuesta de gastronomía y ocio cultural más allá de los cánones convencionales. (…) Parte de ese germen pudo materializarse en 2018 en la primera fase de Convent Carmen”.
Así, el director de Villa Indiano concluye: “Hibridar actividades económicas es una tarea compleja, pero sus resultados son estimulantes, permiten ver un horizonte lleno de posibilidades. Tras la declaración administrativa de cese de Convent Carmen y la lentitud de la tramitación de la Casa de La Serena, creíamos que no podíamos perder el espíritu de lo que habíamos conseguido y decidimos impulsar el modelo en otro lugar que alineara ambos proyectos. Buscábamos un espacio singular, amplio, en la huerta y a cielo abierto. No era una búsqueda sencilla”.
«Llevábamos años queriendo trasladar a la huerta una propuesta de gastronomía y ocio cultural más allá de los cánones convencionales» J. M. Sánchez (Director Villa Indiano)
Disfrutar el tiempo
Desde la dirección del nuevo proyecto tienen claro lo que quieren que Villa Indiano suponga para quien lo visite, y pasa por disfrutar de un “contexto relajado, la posibilidad de ver la ciudad desde fuera, desde un punto en la huerta que nos permite reconciliarnos con la sensación de disfrutar el tiempo junto a las personas que estimamos”.
De hecho, según señala Juan Mª Sánchez, “Villa Indiano pretende ser un punto de encuentro para celebrar los días fuera de los límites urbanos más estrictos, en plena huerta de Burjassot. Bien sea como restaurante, bien como jardín cultural, bien cómo espacio para la celebración de un evento, sus utilidades son diversas”.
Diferentes espacios y opciones
“Restaurante, jardín cultural y unidad de eventos funcionarán integrados y al unísono, pero también de forma independiente. El restaurante abrirá de miércoles a domingo en servicios de mediodía y noche. La unidad de eventos se activará de acuerdo con su propia demanda, social y corporativa, y el jardín cultural adaptará sus tiempos al ritmo estacional”, señalan desde Villa Indiano.
Y además añaden, “en el horario de verano, que probablemente inauguraremos durante la última semana de junio, abriremos por las tardes, a partir de las 18 horas, y nos extenderemos como máximo hasta la 1 de la noche. No somos un espacio de ocio nocturno, no es nuestra actividad”.
En esta línea, tienen claro que “cuando termine el verano, el jardín abrirá sus puertas los viernes por la tarde y los sábados y domingos durante todo el día. Estas son las coordenadas de partida, pero es probable que experimenten alguna variación cuando conozcamos mejor qué dan de sí los días y el propio espacio”.
Rehabilitar una residencia de más de cien años y un jardín de 2.500 m2 para volver a integrar la huerta en nuestro día a día
De la huerta a la mesa
Villa Indiano tiene previsto cultivar 15.000 m2 de tierra y recurrir, por tanto, a su propia cosecha para abastecer a su restaurante y organizar un mercado de productos de proximidad. En este sentido, la persona que será “garantía de que se va a comer muy, muy bien en Villa Indiano” (en palabras del propio Director) será Roberto Aronovitch, jefe de cocina del proyecto, que “mimará el producto y que domina con autoridad las técnicas del fuego”.
En su currículum, Aronovitch ha sido Jefe de partida en Smoke Room (del grupo Dani García) donde formó parte del equipo que consiguió dos estrellas Michelin en tan solo seis meses. Así, Roberto también ha pasado por las cocinas de Suculent y Can Jubany.
Público amplio y transversal
Por lo que se refiere a la carta, también viene marcada y con un objetivo directo. Así, Juan Mª Sánchez afirma que “cocinaremos paellas valencianas y arroces que se prepararán en el momento, no tendrán que ser ordenados con antelación. También habrá carnes y pescados a la brasa. Y las verduras de la huerta nos irán acompañando durante todo el año”.
También afirma “será un restaurante que tratará de llevar a su máxima expresión una forma arraigada de entender la gastronomía y el acto de reunirse en torno a una mesa en un lugar especial. Algo así debe poder ser accesible para un público amplio y transversal”.
«Convent Carmen volverá a abrir sus puertas. Que nadie tenga ninguna duda de ello» J. M. Sánchez
Un jardín abierto al talento local
Los casi 2.500 m2 de zona ajardinada rodeada de campos de naranjos -y otros cultivos de la Terreta que cambian según la estación- acogerán eventos musicales, debates de ideas, talleres didácticos, de artes escénicas o relacionados con el bienestar. “Todo ello orientado al día, somos un espacio de ocio cultural diurno” señalan desde Villa Indiano.
Así, uno de sus directores advierte que “actualmente tenemos cerrada la agenda del 90% de los días de junio, pero creemos que la composición de julio será distinta, y así sucesivamente. Villa Indiano se define, sobre todo, como una plataforma abierta al talento local. Cualquier persona o grupo que sea portador de una idea que encaje con nuestra filosofía y que creamos que debe ser mostrada, podrá tener ocasión de hacerlo en nuestro escenario. Eso impide que la hoja de ruta de la programación cultural sea previsible y se dirija a un punto fijo en el mapa”.
Las familias, público preferente
Como era de esperar, y como ya sucediera en Convent Carmen, las familias seguirán siendo un público preferente. En este sentido, Sánchez Villar pone de relevancia como “los padres y las madres podrán disfrutar junto a sus hijos de algunos de los planes en los que estamos trabajando ya. Adicionalmente, Villa Indiano contará con dos áreas de juegos infantiles no reglados”.
Nos añade que “estamos acostumbrados a parques con columpios y toboganes estandarizados, pero resulta mucho más estimulante observar como se comportan los niños frente a piezas que no dicen cómo jugar ni cómo interactuar con otros. En Villa Indiano también habrá lugar para esa clase de aprendizajes espontáneos”.
Será un punto de encuentro de la cultura, el arte, la gastronomía, la reflexión, la música y el ocio
Se cierra un convento y se abre una villa
Uno de los proyectos primigenios de los que bebe la actual Villa Indiano fue Convent Carmen. El que fuera centro cultural y ‘place to be’ del centro de València -situado en un convento que se construyó en 1608 y que pertenecía a la orden de las Carmelitas Descalzas- tenía previsto ser un hotel y polo cultural para la sociedad valenciana. Pero un día de marzo de 2020, previo a la Crisis de la covid, se decretó su cierre administrativo.
Dicho cierre, según palabras de Juan María Sánchez, “supuso un mensaje nítido y rotundo como un martillazo: las cosas apenas han cambiado. Lamentablemente, tras la València que creemos ver también hay una ciudad provinciana, acomplejada y cobarde ante su propio futuro. València no se cuida a sí misma y esto es algo hiriente, autodestructivo. Sigue siendo extremadamente difícil proponer, llevar a cabo un proyecto que mire más allá de lo convencional, y por eso carecemos de referentes de cierta escala”.
Sánchez afirma también: “en una sociedad donde urge la definición de una identidad propia abunda el discurso público de lo simbólico, pero escasea la valentía de la decisión y la contradicción no puede ser más decepcionante. El cierre de Convent Carmen es un patético y terrible ejemplo de ello. Y es bastante probable, a estas alturas, que la ciudadanía se haya dado cuenta”.
Convent Carmen volverá
Pero una vez más el optimismo resurge, y durante esta conversación nos aseguran que Convent Carmen volverá a abrir sus puertas, “que nadie tenga ninguna duda de ello”, recalca enérgico uno de los directores del proyecto.
En esta línea añade que “Llevamos más de dos años trabajando para reabrir Convent Carmen bajo el concepto hotelero inicialmente previsto. (…) Es de dominio público que hay miles de solicitudes de actividad atascadas, abandonadas a su suerte, pero incluso en estas circunstancias tan adversas siempre hay un final. Convent Carmen es un proyecto maravilloso, que contribuye a hacer ciudad, y regresará tan pronto como recibamos el visto bueno para ello, judicial o administrativamente”.
«València no se cuida a sí misma y esto es algo hiriente, autodestructivo» J. M. Sánchez
Bienestar común
Tanto “Convent Carmen como Villa Indiano son herederas de un conjunto de valores que inspiran nuestro modo de hacer, nuestra forma de llevar a cabo una actividad económica como algo que no solo produce beneficio económico, sino bienestar en su conjunto”, indica Sánchez.
De hecho, remata que “todos los proyectos que realizamos tratan de propiciar de forma consciente ese intercambio social, intentan dejar una huella positiva en el inmueble con su recuperación, en el contexto más local a través de la generación de redes de colaboración y en las personas mediante el impacto de la experiencia con nuestra propuesta. El reto en Villa Indiano pasa por exportar nuestro modelo a un lugar inédito y descentralizado, a la huerta de Burjassot”.
Oferta cultural en València
Le pedimos a los máximos responsables de este nuevo proyecto que hagan una valoración sobre la oferta cultural en València, y señalan que “València es una ciudad marcada por sus contradicciones y resistencias ante los nuevos fenómenos, pero siempre hemos creído en ella, todos nuestros recursos y nuestros esfuerzos profesionales están concentrados aquí”.
En esa valoración añaden: “somos una sociedad plagada de personas creativas, hospitalarias y con una especial sensibilidad para la tolerancia y la convivencia. Todo ello se manifiesta en iniciativas no solo culturales, sino también civiles, y acaba permeando a través de las rendijas más pequeñas e insospechadas”.
En esta línea, concluye Jesús Mª Sánchez, “todas estas iniciativas merecen nuestra admiración, dan a conocer una parte ineludible de nuestra identidad y a menudo encuentran más obstáculos que apoyos. En la medida en que Villa Indiano pueda sumar, tejer relaciones y amplificar expresiones socioculturales estaremos contentos con esta parte del proyecto”.