Entrevista > Juan Luis Mira Candel / Dramaturgo (Orihuela, 1955)
El próximo 25 de septiembre a las seis de la tarde está previsto el estreno oficial de ‘Las novias viudas’, una obra con la que se conmemorará el 175º aniversario del Teatro Principal de Alicante y que cierra la trilogía que el autor oriolano Juan Luis Mira ha denominado Teatro contra la Desmemoria, de la que también forman parte las obras ‘Mar de almendros’ y ‘Dentro de una hora’.
¿De dónde viene tu interés por la dramaturgia?
A mí lo que me ha gustado siempre es contar historias. De crío empecé con cuentos y canciones, después, alguna pieza teatral breve.
A los dieciocho años formé parte del Teatro Universitario de Alicante, dirigido por Antonio González, donde tuve profesores extraordinarios, como los dos Pepes más grandes de la docencia teatral española: Estruch y Monleón. Con ellos descubrí la capacidad tan especial que tiene el teatro para contar historias y me puse, nunca mejor dicho, manos a la obra.
«Lo que me ha gustado siempre es contar historias»
Así, en 1981 fundas la compañía teatral Jácara, que hace cinco años cesó su actividad después de más de tres décadas de proyectos, ¿qué te motivó a crear esta agrupación?
Cuando empecé a dar clase en el I.E.S. Jaime II de Alicante, lo primero que hice fue crear una compañía con los chavales de allí y tuve la suerte de encontrarme una cantera de talento increíble formada por Marisol Limiñana, Paco Sanguino, Manuel Ochoa, Mila García, Iván Gisbert, Gloria Sirvent… y un sinfín de jóvenes que hoy son realidades y brillantes profesionales del mundo teatral. Éramos una compañía amateur, pero fue el germen de otra profesional, una cooperativa laboral.
¿Cuál fue la primera obra que dirigiste?
Se llamaba ‘Don Mimo’ y era un homenaje a Charlot, un artista que dijo más que nadie sin necesidad de decir una palabra. Yo tenía 22 años y la dirigí en dos centros de enseñanza, La Inmaculada de Alicante y el I.E.S. Azorín de Elda.
Por cierto, en ese instituto estrené una versión de ‘Pic-nic’, de Arrabal, protagonizada por un estudiante que era algo tartamudo. El estreno fue memorable, acudieron algunos compañeros con la intención de reírse un poco del protagonista, pero lo maravilloso fue que el chaval no tartamudeó ni una vez y el público terminó en pie aplaudiéndolo. Ese día aprendí que el teatro lo cura todo.
En 1981 fundó la compañía teatral Jácara con la que dirigió obras durante tres décadas
Al frente de Jácara dirigiste cerca de una treintena de montajes teatrales, ¿cuáles destacarías?
Recordaría, en primer lugar, las obras de nuestros inicios: ‘Ratas y rateros’ o ‘La venganza de Rock Mendo’ eran musicales valientes. Desde el principio me empeñé en que se cantara en directo, cuando en España el musical era denostado y nadie se atrevía con él.
Después llegó ‘Elvis’, un musical que parodiaba West Side Story, con el que hicimos más de un centenar de bolos por toda España.
Por último destacaría, ‘Cuando Jack el destripador bailaba claqué’, que enamoró a Miguel Bosé y nos llevó a la Expo de Sevilla. Miguel alucinaba con nosotros, vino desde París en taxi para vernos y le hicimos una actuación privada en el Teatro Arniches. Para mí, como autor del texto y la música, verle tararear nuestras canciones resultaba tan gratificante como sorprendente.
¿Qué llegó a significar esta compañía para la dramaturgia de la provincia?
Creo que algo importante y único, a nivel de comunidad y del estado español. Además de mi trabajo como dramaturgo, he de destacar el de Paco Sanguino y Rafael González, referentes de la dramaturgia actual.
Consiguieron numerosos premios y reconocimientos. Por ejemplo, su obra ‘013 varios: informe prisión’, Premio Marqués de Bradomín, se estrenó en el Teatro Jovellanos de Gijón bajo mi dirección. Desde entonces, Jácara se convirtió también en un vivero para la dramaturgia.
¿Cuál fue el motivo de su cierre entonces?
El paso del tiempo, sin más. Una compañía de teatro es un organismo vivo. Los actores, que tenían 16 años cuando empezaron, se vieron con 46 o más. El teatro itinerante es muy duro, ir a Lugo a actuar y volver para enlazar otro bolo se afronta bien cuando eres un chaval, pero te da que pensar cuando tienes obligaciones familiares y los líos habituales de cada persona.
Habíamos viajado por Portugal y América Latina, participado en los festivales internacionales más relevantes… La experiencia acumulada era preciosa, pero saber retirarse es bajar el telón cuando toca.
«Una de nuestras obras de Jácara enamoró a Miguel Bosé»
¿No te planteaste volver a crear otra compañía teatral?
No he dejado de escribir y dirigir teatro. Primero con TEADA, que es una compañía surgida del máster de la Universidad de Alicante y con la que sigo vinculado, formada por profesionales y aficionados.
Dirigí y escribí ‘Todo Lope (o casi)’ en el Festival de Almagro, con una compañía profesional andaluza. Después, ‘El amor debería estar prohibido’, una comedia que seguimos llevando con la compañía alicantino-madrileña Como Desees.
El 25 de octubre del año pasado dirigí y estrené en el Museo de las Ciencias, ‘Ramona y Cajal’, un musical para público familiar que está teniendo mucho éxito y que han visto ya más de 10.000 espectadores y va por las 250 representaciones, y espero que pase de las mil. Es la primera vez que un gran museo apuesta por producir un espectáculo teatral y yo he tenido la suerte de ser el motor de esta experiencia. En fin, que no paro.
Como profesor del título de Experto en Artes Escénicas y del máster en Artes Escénicas de la Universidad de Alicante, ¿cómo valoras la evolución del teatro desde que te iniciaste en el sector?
El máster es un regalo que tenemos en esta provincia, donde a pesar de la afición por el hecho escénico, no había estudios reglados. La labor que está realizando John Sanderson es encomiable y ya da sus frutos.
Contar con profesores de la talla de John Strasberg, Jose Pedro Carrión, Amanda Harris, Nuria Gallardo… por citar solo a algunos, sitúa este máster entre los mejores de España.
Ahora, ¿en qué momento de tu carrera te encuentras?
Escribiendo mucho y con la ilusión por lo próximo. Si el mejor viaje es el próximo, el mejor texto es el que está por venir. En el teatro, como en la vida, como diría Kavafis, hay que disfrutar siempre del camino que estás recorriendo.
«El teatro itinerante es muy duro»
Y ese camino te ha llevado a la obra de teatro ‘Las novias viudas’, una historia que está enmarcada en la Guerra Civil española.
La obra es un monólogo, un musical interpretado por una actriz, acompañada de un pianista. Habla de una joven que termina prisionera en el Teatro Principal de Alicante, que fue cárcel durante unos pocos días al término de la Guerra Civil.
La joven está en el escenario, el lugar que siempre soñó pisar, ya que el arte corre por sus venas, pero ahora debe cantar para sus carceleros. Hace de tripas corazón y canta, contando la historia de las novias viudas.
¿Qué te sirvió de inspiración para llevar a cabo esta obra?
Mi amigo Ángel Pernías me contó una historia que sirvió de germen al texto. La historia de dos jóvenes que se iban a casar durante la guerra y que, unos días antes de la boda, vieron como sus respectivos novios morían en un bombardeo en la ciudad.
‘Las novias viudas’ forma parte del cierre de la trilogía Teatro contra la Desmemoria, ¿qué nos puedes contar de este gran proyecto?
Todo empezó con ‘Mar de almendros’, una obra que habla de cómicos y el Stanbrook, el barco que zarpó rumbo a Orán huyendo de las tropas fascistas. Fue Premio Ciudad de San Sebastián y tuve el honor de estrenarla con TEADA y representarla en el Puerto de Alicante, a pocos metros de donde zarpó el buque. Fue una experiencia inolvidable aquella treintena de representaciones.
Después vino la segunda obra ‘Dentro de una hora’.
Esta función trata sobre el bombardeo del mercado central, a partir de testimonios reales de quienes vivieron cerca la tragedia, la estrenamos con TEADA en el aniversario del bombardeo.
Y, por último, estas novias viudas, con las que cerramos la trilogía y que conmemoraremos el 175º aniversario del Teatro Principal. Es teatro contra el olvido porque el silencio hace tanto daño como las bombas.
Su nueva obra ‘Las novias viudas’ cierra la trilogía Teatro contra la Desmemoria
¿Cuál es su mensaje?
Me interesa la intrahistoria, la pequeña gran historia de esos inocentes que padecieron la barbarie. Quiero contarla desde la sencillez para Alicante, que en su momento pudo ser considerada paradigma de tantas ciudades en guerra.
Hoy, tristemente, las ciudades ucranianas duelen igual que nos dolía Alicante hace más de ochenta años. Es también mi pequeño homenaje a toda esa gente que escribió una historia hermosa y dolorosa a la vez y que no saldrá en los libros de historia.
¿Está previsto que ‘Las novias viudas’ tenga gira autonómica o nacional?
Esperamos que sí. Mantenemos la trilogía en cartel y nuestra idea es que pueda representarse donde nos lo pidan, una, dos o las tres. Son obras de una hora de duración, emotivas pero entretenidas, donde no falta la sonrisa ni una buena canción que las acompañe.
Y aunque parezca que la historia que contamos es local, es universal. En Alicante no tuvimos un Picasso que universalizara la tragedia, pero la tragedia está ahí y hay que contarla.
A lo largo de tu trayectoria también has escrito varios libros, que se han traducido a varios idiomas, ¿qué se siente al saber que tus textos traspasan fronteras y los leen desde lugares tan pintorescos como Polonia?
Mucha satisfacción, ya que uno escribe para compartir sus textos. Polonia, Hungría, Italia Puerto Rico… lo importante es llegar a todos.
«Me interesa la pequeña gran historia de esos inocentes que padecieron la barbarie»
¿Hay nuevos proyectos literarios en camino?
Estoy con varios a la vez, aunque mi sueño de otoño, como yo le llamo, es ‘Plüvia’, un musical de gran formato que estoy intentando mover, pero sé que es muy difícil que llegue a estrenarse.
¿Por qué?
Porque necesito un buen productor que arriesgue dinero en un espectáculo que pueda llevarse después al extranjero, al revés de lo que se hace en este país, donde los musicales son clonados e importados.
Si algún lector quiere embarcarse en la aventura o conoce un empresario o empresaria que quiera hacerlo, ya sabe a quién dirigirse, solo necesitamos 300.000 euros.
Faceta como compositor
Estudió música en el Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá y desde los doce años no ha parado de componer canciones. Ha compuesto las bandas sonoras de más una veintena de espectáculos, le ha puesto música a muchos poemas de Miguel Hernández y ganó la sirenita de plata en el Festival de Benidorm.