Entrevista > Asun París Quesada / Primera teniente de Alcalde y concejala de Fiestas de San Vicente del Raspeig (Denia, 26-enero-1970)
Actualmente su vinculación con la política es la que la ha puesto como cara visible en muchos medios de comunicación de fuera de nuestra localidad, pero si algo la caracteriza a Asun París es su vinculación y pasión por las fiestas.
Queremos conocer más sobre ella y sobre que le llevó a vivir las hogueras desde muy pequeña, pasando por todos los ámbitos: festera, presidenta y responsable municipal de las fiestas.
A pesar de que naciste en Denia a los pocos meses te estableciste en Alicante, donde pasaste toda tu infancia y adolescencia. ¿Cómo fue aquella época?
Estudié infantil y primaria en el colegio de las Carmelitas, y luego el BUP en los Agustinos. Mi madre es madrileña y mi padre dianense arraigado a sus Fallas. Mi primer trajecito de fallera me lo puse con apenas un año de edad.
Cuando nos trasladamos a Alicante en los primeros años mis padres se metieron a barraquers, luego en la hoguera de Carolinas Altas y más tarde mi padre fundó la comisión de la Bola de Oro. Estuve en la ciudad viviendo hasta los diecisiete años y llevo vinculada a las Hogueras desde los seis años hasta la fecha.
«Mi primer trajecito de fallera me lo puse con apenas un año de edad»
Es decir que son parte normalizada de tu vida…
Cuando uno está tan arraigado a la fiesta, ya es parte de tu vida. Incluso cuando nos vinimos a San Vicente mi padre, que siempre digo que era de profesión fundador de hogueras, también fundó aquí la de Las Acacias.
Siempre he sido una persona que me ha gustado estar muy activa allá donde he estado. He sido catequista, he estado en el coro, haciendo excursiones con los pequeños, etc. Todo en lo que podía participar en el colegio, ahí estaba yo. Disfrutando tanto de la enseñanza como de las fiestas.
Llegas con diecisiete años a San Vicente, donde te estableces y formas tu familia. ¿Cómo fue el cambio de una ciudad como Alicante a otra más pequeñita como ésta?
Con diecisiete años uno realmente no quiere cambiar, ni alejarse de sus amigos ni de su entorno. Fue una época mala para mí, al menos así es como recuerdo haberla vivido. Al principio venir de una ciudad a San Vicente era como… “qué mal, me voy al pueblo”. No es que Alicante sea una gran ciudad como Barcelona o Madrid, pero tiene su encanto con su playa, sus fiestas, su puerto, etc.
Luego, conforme he ido creciendo y desarrollándome como persona en San Vicente, he sabido apreciar la localidad cada vez más. A día de hoy no la cambiaría por Alicante para nada. Conforme maduras vas viendo las cosas de otra manera, tienes otros valores.
«San Vicente ha cubierto todas mis necesidades en todos los sentidos»
¿Qué te ha aportado San Vicente?
San Vicente ha cubierto todas mis necesidades en todos los sentidos. La cercanía hace que no pierdas el contacto con tus amigos. Además, como mi carrera de Magisterio cuando yo empecé no estaba en la Universidad de Alicante (UA) sino en el colegio La Aneja del Castillo de San Fernando, yo seguía bajando y teniendo esa vinculación con la ciudad.
Vivir en San Vicente te da muchas posibilidades en el día a día. Es una ciudad que sigue manteniendo esa idiosincrasia de pueblo y de pasear por las calles saludando a uno y otro porque conoces a la gente.
Yo vivo en una zona que afortunadamente tenemos al lado la ciudad deportiva, el instituto y el centro médico. En definitiva, tenía cubiertas todas mis necesidades en un radio muy corto. Esto al final hace que la vida sea cómoda, y es lo que te aporta San Vicente. Tranquilidad, comodidad y una cercanía con Alicante como para poder ir al centro comercial o al cine en un paseo. Aquí lo tenemos todo. Por eso te decía que no lo cambiaría por nada en el mundo.
¿Por qué te decides por estudiar Magisterio, y más concretamente la rama de ciencias? Es una reivindicación histórica que las mujeres entren más en las ciencias.
Mi padre es maestro, aunque no ejerció durante toda su vida pues montó una imprenta y se dedicó por años a las artes gráficas. Lo cierto es que lo que te inculcan los padres te lleva hacia el futuro. Además a mí siempre me han gustado mucho los niños y la educación.
Recuerdo que cuando era adolescente veraneábamos en Guardamar y daba clases a los niños vecinos para ayudarles con los deberes. Siempre ha sido algo muy vocacional.
Es verdad que yo soy de ciencias. De hecho, al poco tiempo de terminar Magisterio implantaron la carrera de Matemáticas en la UA y me matriculé. Me hubiera encantado completarla, pero como ya trabajaba acabó siendo incompatible por los horarios. Es una deuda pendiente que tengo. Lo cierto es que con los alumnos que he tenido si algo me caracterizaba era la pasión con la que trababa de explicarles las matemáticas.
«No cambiaría a San Vicente por nada en el mundo»
Y la paciencia, porque con los niños hay que tener mucha…
Sí. La verdad es que yo he estado dando clases hasta primero de Bachillerato porque siempre he trabajado a nivel de clases particulares y de repaso. Eso me ha hecho conocer una gran amplitud de edades. De hecho trabajé en una academia en San Juan donde he dado hasta español a extranjeros. Cualquier rama relacionada con la Educación, la verdad es que me llena.
Dentro de todos esos trabajos que has tenido en la Educación, lo que más me ha llamado la atención es que fuiste monitora de campamento en el Centro Infanta Elena para paralíticos cerebrales. Son unas personas muy especiales que exigen una forma de trato diferente.
Estuve dos veranos. Yo siempre me he dedicado más a las clases de Primaria, pero siempre me ha llamado la atención trabajar con estas personas tan dependientes porque necesitan un trato muy especial. Son personas que te dan mucho más cariño del que puedes darles a ellos, y eso a mí siempre me ha llegado mucho.
Aquel tiempo que pude dedicarle a esos campamentos en Masamagrell fue muy especial. El Centro Infanta Elena todos conocemos lo qué es, la dedicación, los cuidados y el tiempo que llevan. Es algo que a mí me ha llenado mucho. Te aporta valores. En el transcurso de tu vida seguramente no te encuentres con muchas personas así, pero aportarles un poquito de ti para que sean más felices… al final se traduce en una felicidad mutua.
«Con los alumnos si algo me caracterizaba era la pasión con la que trababa de explicarles las matemáticas»
También me ha llamado la atención que durante algunas épocas has estado relacionada con la televisión. ¿De dónde te viene esa afición?
Es verdad que mi carrera ha sido el Magisterio, pero otra de mis pasiones es el periodismo. Yo no pude estudiarlo porque me tenía que ir fuera y en aquel momento mis padres no se lo podían permitir, así que al final decidí quedarme aquí y optar por el Magisterio.
Aún así, mientras que estaba en la universidad tuve la oportunidad de entrar en el Canal 37 para echar una mano. Ni cobrábamos ni nada, estábamos de voluntarios. Allí empecé haciendo mis pinitos y presentando un programa concurso de colegios. También de regidora con el tema de deportes.
Luego se implantó el Canal 15, que más tarde se convirtió en Localia. Allí me llamaron para hacer de regidora de programas, sobre todo con Antonio Guijarro los lunes por la noche sobre el fútbol y el Hércules. Yo hacía entrevistas a pie de campo y me llamaban “la reportera dicharachera” (risas).
Al final fueron muchos años de dedicación…
El periodismo y la televisión siempre me han gustado mucho. Empecé hacia 1991 y terminé en 2003, cuando mi marido y yo nos quedamos embarazados de mi hija y decidí cerrar la etapa.
Trabajé con Ximo Bernal, Paco Vigueras, Gaspar Campillo y gente que me aportaron un montón de cosas. Aprendí mucho, y además la televisión me dio una soltura que ahora me viene muy bien a la hora de afrontar entrevistas o dar discursos en actos. Es decir, en estar un poco más espabilada para dar la cara al público.
«Cualquier rama relacionada con la Educación, la verdad es que me llena»
En 1999 te metes en la agrupación socialista de San Vicente. ¿Por qué decides entrar en política y más concretamente en el PSOE?
Mi vida siempre ha estado muy vinculada con la de mi padre, ha sido un poco paralela. Él, mi hermana y yo somos socialistas desde siempre. En 1999 Alberto Beviá, actual concejal de IU, era vecino nuestro en las urbanizaciones y estaba en el PSOE. Por aquel entonces él había sido concejal de Fiestas, y mi padre era el presidente de la Gestora de Hogueras. Ese entorno en el que nos movíamos nos hizo darnos de alta en el partido.
Nos afiliamos mi padre y yo. Por motivos personales en 2010 me tuve que dar de baja, y en 2014 volví para entrar en el proyecto de Jesús Villar.
En 2015 fuiste concejala electa y desde entonces hasta este momento. En la primera legislatura tuviste algunas concejalías más, pero Turismo y Fiestas son las que se han repetido. ¿Son las que más te apasionan?
Sobre todo Fiestas. Y eso que en 2015 cuando a mí me preguntaron en el grupo municipal qué concejalías quería, yo dije: “Me da igual, menos Fiestas” (risas). Porque yo llevaba 20 años de presidenta de mi hoguera y cuando lo dejé en 2014 era porque quería darle un cambio en mi vida para dedicarme a otras cosas. Ser presidenta de una hoguera es invertir muchas horas que se las quitas a la familia. Es algo que llevas todo el año, no solo en fiestas.
En el momento de dejar de ser presidenta lo de ir en la lista electoral ni se me pasaba por la cabeza. Una vez que voy en el proyecto de Jesús Villar y fue investido alcalde, los cinco concejales socialistas expusimos lo que queríamos en una reunión y dije eso. Aún así, reconozco que la persona idónea para el cargo era yo y a fecha de hoy no me arrepiento en absoluto sino al contrario. Con esta concejalía he aprendido muchísimo.
«El periodismo y la televisión siempre me han gustado mucho»
Las fiestas tienen de bueno la visibilidad, porque participa todo el pueblo y la gente lo ve mucho más que otra cosa que se pueda hacer en la localidad; pero también lo malo, que cualquiera las toca porque si modificas algo tan tradicional te ‘la juegas’…
Recuerdo que cuando me nombraron surgió cierto runrún en las fiestas de Moros y Cristianos porque yo venía de las Hogueras y pensaban que les iba a hacer una escabechina. Ha sido todo lo contrario, he aprendido mucho y adoro tanto los Moros y Cristianos como las Fiestas Patronales.
He sabido determinar la posición de cada una de ellas en el ámbito municipal, y hay que reconocer el trabajo de los festeros y las tres entidades porque se dejan la piel día a día por engrandecer las fiestas. Cada una en su parcelita trabaja por y para la fiesta.
Ahora yo ya no te podría decir cuáles son mis fiestas favoritas. Descubrir que el Baile del Farol, o la bajada del santo, que son bastante desconocidos por la gente, son momentos tan íntimos y a la vez bonitos y tradicionales… que no los cambio por nada. Y con los Moros y Cristianos tres cuartas partes de lo mismo.
¿Qué has podido hacer desde la concejalía y de qué estás más orgullosa?
Se han hecho muchas cosas. Yo no voy a decir que he introducido algo que no hubiera, pero sí he intentado que las cosas fueran más participativas. Te explico, cuando nosotros llegamos por ejemplo la Hoguera Oficial se daba a dedo. Yo tengo muy buena relación con los artistas de Hogueras por haber sido presidenta, y era una de las reivindicaciones del Gremio. Desde la concejalía simplemente se llamaba a un artista, se le ofrecía un dinero y se le pedía un boceto.
Cuando llegamos en 2015 ya estaba todo contratado, pero para nuestras primeras fiestas de 2016 creamos un concurso de hogueras oficiales. Todos los artistas se podían presentar. Aunque no lo ponía en las bases, realmente los que se presentan son los que estaban en el Gremio. Hay todo con un jurado de gente experta en fiestas, artistas y políticos con el fin de decidir el mejor proyecto para nuestro municipio, no el que una persona eligiera unilateralmente.
También hemos creado un concurso de mascletàs y dado más riqueza a las fiestas de Hogueras y Barracas.
«Mi vida ha estado muy vinculada con la de mi padre, ha sido un poco paralela»
¿Y en lo referente a los Moros y Cristianos?
Hemos intentado cumplir con todas las reivindicaciones que nos han ido haciendo. Cuando nosotros llegamos las presentaciones de los cargos se realizaban en el paraninfo y antaño en el pabellón con lo que eso supone de esfuerzo por parte del Ayuntamiento. Durante dos semanas los clubes no pueden entrenar y es un gasto mayor. Pues desde las concejalías de Fiestas y Deportes hicimos el esfuerzo para retomarlo en el Pabellón, porque allí es donde mejor se lucen.
Si buscamos un mayor lucimiento para nuestras bellezas y damas del fuego o reinas y cortes de las Fiestas Patronales, pues ¿cómo no vamos a querer lo mismo para nuestros cargos de Moros y Cristianos? Están todos en el mismo nivel y para nosotros es importante que todas las fiestas estén medidas por el mismo rasero.
Y luego hay una fiesta de la que nunca se habla pero que desde 2019 pasó a ser parte de la concejalía de Fiestas, que es la Semana Santa sanvicentera. En eso también hemos intentado apostar por engrandecerla y la relación con la Junta Mayor de Hermandades ha sido excelente. Creo que hemos aportado ese granito de arena, también en los actos previos, para que cada año se luzcan más.
Vamos a hablar de política. Un año después de ser designada portavoz municipal eres elegida secretaria general de la agrupación socialista en San Vicente. ¿Cómo has vivido ese momento?
Es verdad que hace un año ni me hubiera planteado presentarme a secretaria general, no estaba dentro de mis objetivos ni mucho menos. Fue a raíz de conversaciones con compañeros, por el momento que estábamos pasando en la agrupación y consciente de que Jesús Villar no se iba a presentar, cuando decido tirar para adelante y asumir una nueva responsabilidad.
Viví aquel día con muchos nervios porque Miguel Ángel Mora sabe que a mí me hubiera gustado formar una lista única con él, y estuve tendiendo la mano hasta el último momento para intentar conseguirlo. Yo creo que hubiera sido mejor una lista donde todos nos viéramos representados y partiéramos con un objetivo común. No pudo ser y al final ese día se vivió con muchos nervios e inquietudes.
Yo me quedo con el final de ese día, el momento en el que Mora me da un abrazo mostrándome su apoyo. Él siempre dijo que quería presentarse y llegar hasta el final, pero que saliera quien saliera esa persona sería al día siguiente el secretario general de toda la agrupación.
¿Qué es lo que toca ahora?
Nosotros tenemos ahora este año por delante para trabajar. Cuando tú le dices eso a la gente, hay quien nos ve como el alcalde y la concejala. Una cosa es el trabajo diario del Ayuntamiento, el cual no lo hemos dejado en ningún momento, y otra la labor que nos toca ahora en la agrupación local de unir, coser y trabajar por las elecciones de 2023. Eso es a lo que nos referimos.
En la ejecutiva llevamos desde 2020 sin que se haya hecho prácticamente nada. Dos años de parón en una agrupación es algo que pasa factura. Ahora es el momento para ponernos las pilas y remangarnos para trabajar porque va a ser un año duro.
«Ahora yo ya no te podría decir cuáles son mis fiestas favoritas»
Cuando dijiste que tu objetivo es “reconducir el partido hacia los valores y convicciones socialistas”, ¿cuáles crees que son los que se habían perdido?
Creo que ha habido momentos en los que ciertos grupos de personas han mirado más por sí mismos que por los vecinos. Al final eso ni les ha favorecido a ellos, ni a nosotros como partido.
Somos un partido abierto y tenemos que escucharnos los unos a los otros. Antes había una figura que manejaba a un grupo de personas, y lo que decía pues era todo “sí, bwana”. Para mí eso no es el socialismo; lo es tener la libertad de expresar que no estás de acuerdo en algo.
Pienso que se ha privado a muchas personas de esta libertad de expresión y de poder aportar tanto a nivel municipal como a nivel de partido. Estaba todo dirigido por una serie de personas y de ahí nadie levantaba la voz.
¿Cómo vas a vivir estas Hogueras?
Creo que serán grandiosas. Es el 75 aniversario, y las hogueras fundadoras van a tener de por sí su propia celebración. Eso lo que aporta es todavía más fiesta, es decir engrandecer esos días aún más. Estoy segura de que van a echar el resto para que sean muy especiales. Venimos de dos años sin poder celebrar y la gente tiene unas ganas increíbles de fiestas.