El telescopio espacial James Webb de la NASA ha iniciado sus operaciones científicas regulares, una nueva fase tras más de seis meses de puesta a punto. En el marco de esta misión -una colaboración internacional entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA)-, un equipo del Centro de Astrobiología (CAB-CSIC-INTA) participa en varios programas científicos que permitirán avanzar en el estudio de las atmósferas de exoplanetas, profundizar en las regiones cercanas a los agujeros negros y desentrañar cómo eran las primeras galaxias.
El James Webb fue lanzado con éxito al espacio el 25 de diciembre de 2021 a bordo de un cohete Ariane 5. Después de alcanzar su destino final, a aproximadamente 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, la fase de ajustes y puesta a punto del observatorio ha culminado ahora tras la verificación científica de los 17 modos de operación de los cuatro instrumentos que lo integran.
Científicos del CAB-CSIC-INTA han contribuido a la puesta a punto de los espectrógrafos de los instrumentos de infrarrojo cercano y medio: NIRSpec y MIRI, respectivamente. “Llevamos más de 20 años trabajando en el diseño de los instrumentos y su posterior desarrollo, calibración en tierra e integración en el telescopio”, declara Santiago Arribas, investigador del CAB-CSIC-INTA.