¿Qué es el síndrome de Diógenes? Es una enfermedad psiquiátrica que se caracteriza por la acumulación de objetos, desperdicios y basura en la propia casa. Es un trastorno del comportamiento que afecta sobre todo a personas de más de 65 años que viven solas. También a veces a parejas de ancianos, en las que uno arrastra al otro. En alguna ocasión se da en el síndrome de Diógenes en jóvenes, pero es menos habitual.
Esta patología, que afecta al 6% de la población, les hace acumular objetos porque creen que son necesarios y en algún momento los van a utilizar. Cada cosa que guardan implica un recuerdo o una emoción y por ese motivo recogen papeles, ropa o basura de la calle y se lo llevan a sus casas.
Síndrome de Diógenes: causas
El síndrome de Diógenes se produce sobre todo en personas mayores que tienen alguna alteración psiquiátrica no diagnostica y viven solos. Son personas de avanzada edad que se sienten solas, no han superado la muerte de un cónyuge o familiar muy cercano y presentan cuadros depresivos. La soledad, la tendencia al aislamiento y las dificultades para la adaptación social son algunos factores importantes.
Las características principales de quienes lo padecen son:
- Personas que viven solas.
- Tienen pocas relaciones sociales.
- Han perdido familiares y/o amigos
- Presentan problemas de salud, muchas veces de tipo neurocognitivos.
- Evitan hablar sobre la acumulación como un problema.
- Niegan que necesiten ayuda.
Cómo prevenir el Síndrome de Diógenes
Tan importante como el diagnóstico es la prevención. Las personas con síndrome de Diógenes no acumulan basura en un solo día, sino que es un proceso que lleva varios años. Por ese motivo es primordial que el entorno, ya sean los vecinos o los familiares, esté pendiente si tienen sospechas.
Las personas con este trastorno no solo acumulan basura en casa, sino que abandonan su higiene corporal y desarrollan una cierta fobia social. Como consecuencia, se empiezan a aislar socialmente de familia y amigos y no quieren ser atendidos por profesionales que les ayuden.
Una persona con síndrome de Diógenes que vive en una comunidad de vecinos supone un problema de salubridad, ya que la basura acumulada atrae enfermedades infectocontagiosas. Es importante que los vecinos avisen a servicios sociales, para que la persona pueda recibir ayuda cualificada, ya sea en su casa o en un centro especializado en el que le puedan atender y en el que esté en contacto con más personas.
Síndrome de Diógenes: síntomas más frecuentes
Las personas con Síndrome de Diógenes no son capaces de entender que su estilo de vida es perjudicial para la salud. Entre los síntomas más frecuentes se encuentran los siguientes:
- Abandono de la higiene personal.
- Mala alimentación. En ocasiones presentan desnutrición y anemia.
- No se preocupan por su salud.
- Actitudes obsesivas como el amontonamiento de basuras y objetos inútiles.
- Comportamiento antisocial, que va desde el desapego al aislamiento social. Generalmente viven de forma austera, rozando la pobreza y la falta de conciencia respecto al problema.
No se debe confundir esta patología con el trastorno por acumulación compulsiva, en el que no se acumulan basuras ni se descuida la higiene y cuidado personal.
Síndrome de Diógenes: tratamiento
Es importante realizar un diagnóstico para saber cómo tratar el síndrome de Diógenes y cuál es la patología de base que está generando este comportamiento. Una vez hecho hay que evitar que el paciente viva solo. Si no es posible, debe hacerse un seguimiento crónico, con visitas domiciliarias habituales y trabajo coordinado de los servicios sociales. También se debe realizar una desinfección de la vivienda.
El principal escollo para tratar a estos pacientes es que ellos no son conscientes de su problema y muchas veces rechazan la ayuda social. Si no están incapacitados por enfermedad psiquiátrica o demencia no se les puede obligar, por lo que a veces son casos difíciles de manejar.
El objetivo del tratamiento es fomentar hábitos de autocuidado y disminuir la agresividad o la conducta antisocial del individuo. Además, se intenta crear vínculos afectivos y potenciar la empatía.
La terapia cognitivo conductual les hace tomar conciencia de su enfermedad y encargarse de su higiene personal. Los estabilizadores del estado de ánimo y los antipsicóticos pueden ayudar, si el médico lo considera necesario.
El apoyo al paciente debe darse por parte de la familia, amigos y equipos de profesionales como geriatra, psicólogo, trabajador social y gerontólogo. Actualmente en España hay 1200 personas ingresadas por este trastorno, todos mayores de 85 años.