Entrevista> Cándido Fuentes/ Luthier (Elche, 2-noviembre-1959)
Ser luthier es ser un artesano de la madera y las cuerdas, un meticuloso productor de instrumentos que terminan llenando almas de alegría. Heredero de una de las profesiones más legendarias de la historia que nos rodea y un profesional que a día de hoy sigue creando y reparando las herramientas de los intérpretes musicales.
Cándido Fuentes es uno de ellos. Su pasión por la música y el hecho de no poder comprarse una buena guitarra como la de su amigo, fueron la clave para empezar. Un trabajo que comienza desde la selección de la madera hasta el último barnizado, y finalmente colocar sus cuerdas, sacarle el mejor de los sonidos y hacer de cada una de ellas una pieza única.
Elegir una buena madera
Cándido lo compara con la confección de un traje a medida, en donde el instrumento tiene su punto de nacimiento entre el artesano y el músico, y al igual que la elección de una buena tela para un buen traje, lo es una buena madera para la guitarra.
Una tarea de mucha soledad, paciencia, atención y mucha concentración, que no hubiera sido posible sin la ayuda de un gran ebanista como su padre, su maestro hasta el final de sus días.
¿Qué recuerdas de tu primera guitarra?
La primera guitarra que hice fue un prototipo para poder estudiar sus distintas partes y piezas, que unido a la aritmética para calcular las notas me dieron las claves para empezar.
Una de las partes más importantes es la tapa, y conseguir que las notas vibren y emitan sus diferentes sonidos.
«No lo habría conseguido sin mi padre que fue un gran ebanista»
¿Es fundamental saber tocar para ser luthier?
No necesariamente. En mi caso sí porque desde muy joven la he tocado y la sigo tocando, pero hay muchos luthiers que no tocan ningún instrumento.
La guitarra ha ido evolucionando y ahora para ser lutier más que músico debes saber de física y tener una buena técnica. Es decir, saber calcular densidades con las diferentes partes del instrumento. No es como antes, que se hacían instrumentos de manera más intuitiva que técnica.
Indagando en la historia me encontré con que Stradivarius también hizo alguna guitarra, concretamente hizo cuatro, con una técnica que solo él conseguía porque era un auténtico visionario. A día de hoy siguen siendo consideradas piezas únicas.
¿Cómo se hace una guitarra?
Te lo cuento a grandes rasgos. Lo primero es seleccionar unas buenas maderas. Yo utilizo palo santo, pino, abeto, cedro o ébano según la parte de la guitarra clásica y ciprés para flamenco. Es muy importante la madera que se utiliza porque aporta diferentes matices de sonido.
Después hay que proteger la madera con tratamientos para que no se produzcan cambios con el tiempo y que vibre mejor, y una vez finalizada se le da un acabado con laca de poliuretano o goma laca.
¿Qué consejos darías a quienes tienen guitarras?
Lo que más debe preocuparnos son los cambios de humedad y temperatura. Un cambio brusco puede ser muy perjudicial para la madera. Una cosa que nunca se debe hacer es meter la guitarra en el maletero del coche, ni tocar junto a una chimenea.
Por lo tanto, humedad y calor son sus principales enemigos junto a los cambios bruscos de temperatura. Alrededor de un 60% es la humedad ideal, y una temperatura estable que no sea muy alta.
En cuanto al mantenimiento es muy sencillo. Limpieza e hidratar el diapasón con aceite de limón que es de los aceites que mejor absorbe la madera con poco poro, como la de la guitarra.
«Para ser luthier más que músico debes saber de física y tener una buena técnica»
¿Cuál es tu historia como luthier?
Empecé por hacerme una guitarra para mí, como un desafío por tener una guitarra superior a la que podía comprarme. Cuando vi que podía hacerla y que además me apasionaba llevar a cabo todo el proceso le cogí el gusto al oficio, y ya llevo veinte años viviendo de esto.
También es verdad que no lo habría conseguido sin mi padre que fue un gran ebanista, y que me ayudó y enseño muchísimo hasta el final de sus días.
A partir de ahí un amigo me pidió que le hiciera una, otro que quería que le arreglara el mástil, y así poco a poco con el boca a boca tengo clientes por toda nuestra comunidad y Murcia, en conservatorios, y también clientes en Francia.
Hay muchísimos músicos y pocos luthiers, y por lo tanto el trabajo está garantizado, especialmente si eres bueno en lo que haces.
¿Es una profesión que tiende a desaparecer?
Al contrario. Ten en cuenta que vivimos en el país de la guitarra, y hay músicos y guitarristas por todas partes. Hay gente joven con ganas de aprender el oficio, y ahora la media de edad del luthier que hasta hace poco era alta está bajando. De todas formas, tampoco somos muchos.
«Vivimos en el país de la guitarra, y hay músicos y guitarristas por todas partes»
¿En qué cambia de comprar una guitarra en una tienda?
Un profesor de guitarra de conservatorio me dijo un día que una guitarra comprada en una tienda es como escuchar la novena sinfonía en una radio. La categoría de instrumento para un guitarrista es buscar lo que quiere expresar, es un discurso musical donde se distinguen graves, agudos y que no salga todo plano.
Te tiene que ayudar a expresar lo que estás tocando y eso solo se consigue cuando se hace a tu medida, igual que cuando encargas un traje a un sastre y te queda perfecto.
¿Cuánto cuesta una buena guitarra?
En el mercado y hecha por un lutier a partir de unos tres mil euros. Si nos vamos a grandes concertistas hablamos ya de guitarras a partir de siete mil o diez mil euros.