La marroquí Tetuán hoy, aparte de residencia veraniega de Mohamed VI e inquietantemente cerca de Ceuta, sin salida al mar salvo que sea a través de Río Martín o Martil, conserva en su casco histórico una fuerte huella andalusí, sobre todo en el Barrio o Ensanche Español.
Se convirtió en tierra de promisión de los moriscos (musulmanes convertidos al cristianismo a la fuerza) tras su expulsión de España. Y llegó a ser capital del protectorado español.
Fue tomada por las fuerzas de España el seis de febrero de 1860 y, aunque en 1862 se devolvió a Marruecos, en Ontinyent, en el Vall d’Albaida, esto fue motivo suficiente para recuperar ese 1860 unas celebraciones que gozaron de éxito en época barroca (entre los siglos dieciséis y el diecisiete), ligadas al culto a la Purísima (el ocho de diciembre). Ahora, de lo que se trataba era de disfrutar de fiestas de verano, entre siega y vendimia.
Cambio de fechas y culto
La idea gestada en el Casino Liberal prendió pronto en el ánima onteniense u ontiñentina. Ahora, los cambios de fechas mandaban y las celebraciones se dedicaron al Santísimo Cristo de la Agonía, veneración al Cristo doliente o Ecce Homo que sin embargo se basa en la idea de la Transfiguración, cuando Jesús, el seis de agosto según la Iglesia, se volvió luz tras subir a una montaña.
La fe irradiada desde la basílica de la Transfiguración, en el monte Tabor (Har Tabor o Tavor), en la Baja Galilea (al norte de Israel), arraigó notablemente en bastantes municipios de la hoy Comunitat Valenciana. Como ocurrió en Ontinyent y como sigue aconteciendo: los Moros y Cristianos ontenienses se agrupan en la Societat de Festers del Santíssim Crist de l’Agonia.
La idea fue gestada para contar con unos festejos de verano
Desde una sociedad agraria
La sociedad agraria del municipio, que ya había rogado muchas veces al Cristo de la Agonía para que echara mano divina ante las sequías, unió pronto fervor religioso y alegría civil. Inicialmente, estaban representados todos los estamentos, como clero (Cruzados o Capellans), nobleza (Estudiantes), ejército (Marineros) y pueblo (Tomasines).
También incluían a los entonces ‘malos’ (Moros del Rey, del Rif y de Caballería). Poco a poco, lo lúdico le fue echando más pulsos a la historia.
Así, entraron Contrabandistas, Bucaneros y lo que hiciera falta. Como la primera escuadra de mujeres, en la comparsa Fontanos, cuando en 1989 se elimina el machista artículo veinte de los estatutos de las fiestas, que impedía esto precisamente.
Ese “lo que hiciera falta” compone hoy, por cierto, una de las tropas de este tipo de celebraciones más nutridas y admiradas. Como que en 2010 eran declaradas de Interés Turístico Nacional.
Desde 1989 las mujeres pueden formar aquí escuadras
Comparsas del momento
Las comparsas actuales son, por el bando moro: Abencerrajes (1980), Benimerins (1947), Chanos (1918), Kábilas (1860), Moros Berberiscos (1920), Moros Espanyols (1920), Moros Marinos (1865), Mudéjares (1975), Omeyas (1970), Saudites (1967), Taifas (1975) y Mossàrabs (1948).
Por el cristiano: Almogàvers (1975), Arqueros (1968), Astures (1984), Bucaneros (1966), Cides (1975), Contrabandistas (1861), Cruzados (1882), Estudiants (1860), Fontanos (1940), Gusmans (1979), Llauradors (1883) y Marineros (1860).
En estas fiestas, como en otras, el anacronismo encaja milagrosamente con el apunte verdaderamente histórico, en personaje o en vestimentas, o en ambos, conformando un vistoso resultado que volverá, por fin, a inundar las calles desde el veintidós al ventiséis de este mes, según programa (en torno al cuarto domingo de agosto).
Y se volverán a escenificar momentos como la reconquista de la villa por Jaume I (1208-1276), en 1244.
En 1985 se construyó el desmontable Castell de Festes
El acervo histórico
Con el tiempo, han ido ganando una pátina medievalista que aún hace semejar más antiguos los festejos. Lógico, generados en lo que fue Hins Untinyàn, de núcleo medieval y, según censo de 2021, con 35.946 habitantes en buena parte volcados con unas celebraciones que, sin ser fiestas mayores, ejercen como tales. Con un barrio de la Vila declarado Conjunto Histórico Nacional en 1979 y un templo gótico, el de Santa María, sembrado entre los siglos catorce y quince.
Se construyó sobre el ánima de una mezquita que además acoge los restos de lienzo de la muralla erigida por los musulmanes. También el palacio de la Duquesa de Almodóvar, del quince, levantado sobre restos agarenos, los de la vivienda del cadí muslime. Buenos telones para que la fiesta desfile y hasta corretee por entre sus mimbres.
Frases para una fiesta
Como en tantas celebraciones en la Comunitat, los confinamientos han provocado un agujero festero de dos años. El espectacular Castell de las Festes de Moros i Cristians, algo así como un gigantesco Exín Castillos de hierro y madera, de 1985, enganchado a la fachada consistorial, ya está montado desde junio. Porta la leyenda “cual mis aguas es limpio de mis hijos el linaje».
La sentencia procede de las Embajadas creadas en 1860 por el magistrado y escritor Joaquín José Cervino y Ferrero (1817-1883). No es la única frase que coronará estos festejos. Queda, por ejemplo, esa misma que servirá de arranque para las celebraciones, pronunciada por el Jurat en Cap: “Cavallers, estem en festes!”.