El apunte, con humor, del alcalde Fran Martínez a las reinas festeras salientes del barrio de San Roque, el pasado 23 de abril en la plaza Santa Teresa Jornet, define bien la situación: “Vuestros reinados han sido de los más largos de la historia” pero también “los más complicados”. Las fiestas del barrio de San Roque, ligadas a un templo creado en el siglo diecisiete, han visto de pronto interrumpido un exitoso caminar.
En el prepandémico 2019, por ejemplo, se había llegado, según los organizadores, a una altísima participación en el concurso de gachamigas, en el otro vértice generador de actividades en este festejo, la plaza de San Lázaro.
Ahora, de nuevo, vuelve el jolgorio a la calle, con actividades tan curiosas como los toros de San Roque (unas figuras hinchables para las actividades infantiles), además de romerías, actuaciones, gastronomía, concursos.
Despidiendo el verano
Así, en torno al quince de este mes se desarrolla la penúltima de las fiestas del año en los barrios noveldenses (queda La Garrova, el segundo y el tercer fin de semana de septiembre). El orden en concreto es, en mayo, La Cruz (el fin de semana correspondiente al uno), La Estación (el fin de semana posterior al diecisiete) y María Auxiliadora (el fin de semana tras el día de la patrona, el veinticuatro).
Y en junio, el Sagrado Corazón (el fin de semana posterior al Corpus, o sea, sesenta días tras el Domingo de Resurrección: este año fue el dieciséis, el que viene lo será el ocho) y La Vereda (el fin de semana cercano a San Pablo, el veintinueve), además, claro, de San Roque, que gira en torno al quince de agosto, o sea el día de la Asunción.
Sirven también de ofrenda a la Virgen de la Asunción
La veneración mariana
El dedicarle las fiestas, además de al santo titular de la barriada (cuyo día devocional es el dieciséis), a la Asunción (ascensión a los cielos) de la Virgen ubica al municipio entre los más de 1.200 que rinden dicho homenaje en España. De ellos, más de 130 (contando aquellos, como Novelda, donde solo se la honra en un barrio o calle) en toda la Comunitat Valenciana.
Fue el Concilio de Éfeso, en el 431, al declarar a María Madre de Dios (a veces aparece escrito en griego, Theotokos), el que encendió la mecha de la fe mariana por todo el ámbito cristiano.
En el Mediterráneo, según los antropólogos, al implantarse sobre otros cultos, como las llamadas ‘diosas blancas’, la estela mariana fue puro reguero de pólvora ardiente. Y siempre en este día, ya que según la tradición eclesial la Asunción aconteció el quince de agosto del año 43.
La residencia de ancianos fue hospital antaño
El santo contra las epidemias
¿Y San Roque o Sant Ròc? El santo montpellerino, habitante del Reino de Aragón (1295 o 1348-1317 o 1376: sombras en la vida de este asceta), contrajo la peste y sanó, así que se dedicó a recorrer mundo curando a los enfermos. Por la parte milagrera, se le atribuyen curaciones de aquella pandemia y del cólera. Incluso de la filoxera.
Recordemos que uno de los productos estrella noveldenses es la uva de mesa, a la que no le sienta muy bien la enfermedad propagada por el pulgón que llamamos filoxera (científicamente, viteus vitifoliae). En otros aspectos, fue San Roque también inspirador de estudios médicos y futuras universidades, gracias a los hospitales que se erigieron en su honor.
La iglesia, del siglo XVII, fue ermita construida extramuros
La residencia que fue hospital
Precisamente, la residencia de ancianos anexa, dedicada a Santa Teresa Jornet (1843-1897), fundadora en 1873 de la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, se dedicó a eso. El complejo, que hoy incluye internamente edificaciones de más moderna factura, fue de hecho hospital. En cuanto al templo, se levantó como ermita en 1668. ¿El motivo? Una epidemia de peste, surgida en 1947 en Valencia, que azotó la hoy Comunitat Valenciana.
En 1960, consiguió el rango de parroquia, y la zona, extramuros, acabó fagocitada por los ensanches de la población, hoy con sus 25.611 habitantes y algunos tramos e incluso barriadas muy urbanitas. San Roque, como vecindario, aunque ya incluye moderneces, sigue conformada en general por viviendas de una o pocas alturas. Y como levantó sobre altozano, aún se dice lo de ‘bajar a Novelda’.
Actividades variadas
Este ánima vecinal genera unas fiestas que en 2019 tocaron, por calendario, desde el miércoles catorce al domingo dieciocho. Hubo de todo, hasta una fiesta benéfica del chanchullo, xanxullo o chunchullo (con el sentido de mezclote: de conservas de mar, encurtidos, frutos secos, salazones… hasta patatas fritas), típico plato noveldense.
Fiesta de cariz eminentemente familiar, prototipo de ‘festa al carrer’, en la calle, que en la última cena de convivencia celebrada concitó la participación de unas cuatrocientas personas. Será cuestión de volver a vivir los pasacalles, las coronaciones de las reinas, las verbenas, la ofrenda de flores a San Roque y la de frutos a la residencia. Y mucha gastronomía, concursos infantiles de dibujo y de disfraces, charangas, misas, cucañas y lo que toque imaginar.