Quizás pueda sorprender, pero por muy español que nos suene el término popular ‘gota fría’ en realidad es de origen alemán. Fue a finales del siglo XIX cuando unos climatólogos germanos acuñaron la palabra ‘kaltlufttropfen’ (gota de aire frío). Dado que no es un término muy científicamente correcto, luego acabaría siendo sustituido por el más moderno de Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
Algunos expertos advierten de que en este septiembre existe un riesgo alto de que volvamos a padecer una gran gota fría, principalmente por las altísimas temperaturas registradas en este verano y por venir de una primavera que ya fue especialmente lluviosa. Con la mirada expectante hacia nuestros cielos, aprovechamos para recordar aquellas grandes riadas que ya sufrimos en nuestra provincia a lo largo de la historia.
Arrasando la Vega Baja
Si hay una comarca que sabe lo que es padecer las devastadoras consecuencias de la gota fría, esa es la Vega Baja. Primero por ser la zona más calurosa de nuestra provincia y segundo por contar con un río tan caudaloso como es el Segura.
La primera gran inundación de la que existe constancia ocurrió en el otoño de 1259. El diluvio fue tal que se destruyó la gran presa medieval de la Contraparada, que distribuye el agua por el norte de Murcia. Como consecuencia gran parte de la huerta se quedó de secano y no pudo recuperarse hasta 80 años más tarde.
En octubre de 1379 ocurrió otra gran gota fría que destruyó el puente de Orihuela y causó muchas víctimas mortales. Igual o más terrible fue la ocurrida en 1592.
Desde 1957 Jávea tiene el récord de España en agua caída durante 48 horas
La década maldita
A finales del siglo XIX los vegabajeros sufrieron una serie de riadas seguidas, cada cual más destructiva, que causaron daños terribles en la comarca. La primera en 1871 afectando principalmente a los cultivos.
En 1877 cayó la ‘Riada de San León’, más potente que la anterior y que destruyó considerables viviendas. Pero no fue nada en comparación a lo que estaba por venir dos años después cuando se produjo la ‘Riada de Santa Teresa’. Esta espantosa DANA cuenta hasta la fecha con los registros de caudal más altos en nuestra provincia. Se saldó con la terrible cifra de más de 1.000 muertos, de los cuales 700 fueron en Murcia y los 300 restantes en la Vega Baja.
Toda esta década maldita de 1870 sirvió al menos para que los políticos por fin reaccionaran. A raíz de estas catástrofes el Gobierno impulsó el ‘Proyecto de Obras de Defensa contra las Inundaciones en el Valle del Segura’, el cual se convirtió en el primer plan global antirriadas de la historia de España.
En 1986 una gran riada desbordó el Serpis y colapsó Alcoy
Lluvia interminable en el norte
Por supuesto el norte de nuestra provincia no se ha librado de los temporales, donde quizás las precipitaciones no suelen caer tan de golpe pero se pueden prolongar durante mayor tiempo.
Buen ejemplo de esto fueron las riadas que se produjeron en 1475 cuando estuvo lloviendo durante cuatro meses seguidos en la Marina Alta, según relatan las crónicas medievales. En 1695 igualmente comenzó a llover en octubre y no cesó hasta diciembre. Probablemente aún peor lo pasaron en el siglo XVIII, pues se alternaron grandes riadas con duros periodos de sequía.
Sobra decir que todas estas inundaciones provocaron el desbordamiento de los ríos y causaron graves daños, aunque habitualmente la peor parte se la llevaba el sur de la provincia de Valencia al ubicarse entre los caudales del Júcar y el Turia.
A finales del siglo XIX se impulsó el primer gran plan antirriadas de España en la Vega Baja
Siglo XX
Si bien como relatamos las ‘gotas frías’ han gustado de visitar nuestras tierras desde siempre, algunos científicos han señalado que el calentamiento global ha intensificado este fenómeno meteorológico. Lo cierto es que en los últimos cien años llevamos ya unas cuantas DANA padecidas.
En 1946 la conocida como ‘Riada de la Bendita’ hizo necesaria la evacuación de varios municipios como Dolores, Rafal o San Fulgencio. Solo dos años más tarde la misma zona volvería a sufrir otra nueva gota fría.
Todavía se recuerda en Jávea la que cayó el 1 y 2 de octubre de 1957. Desde entonces la localidad tiene el récord de precipitación acumulada registrada en 48 horas de toda la historia de España, un total de 878 litros por m2 según datos de la Agencia Estatal de Meteorología.
A finales de septiembre de 1986 Alcoy fue inundada como ni los más viejos del lugar habían visto. El río Serpis y sus afluentes se desbordaron destruyendo puentes y causando el colapso de la ciudad. Esta riada incluso conllevó consecuencias para el futuro urbanismo alcoyano, pues muchas industrias destruidas abandonaron sus históricos emplazamientos y se crearon nuevos polígonos.
Las últimas riadas
No menos grave fue la caída sobre Alicante en 1997. Si bien la capital alicantina ya había padecido quince y diez años antes riadas de grandes proporciones, se considera ésta la mayor de su historia reciente. Las víctimas y los destrozos causados fueron tales que durante los siguientes años se realizaron grandes obras en la ciudad para preparar mejor las calles ante futuros episodios similares.
Y por supuesto todos tenemos aún presentes la gran DANA caída en 2019 que afectó sobre todo a las poblaciones de la Vega Baja y el Bajo Vinalopó. Dicen los climatólogos que fue la mayor sufrida por esta tierra desde la citada Riada de Santa Teresa de 1879.
Afortunadamente en la actualidad estas grandes riadas suelen causar menos víctimas mortales que antaño, sobre todo por la modernización de los servicios de salvamento y también por la mayor calidad de las infraestructuras. Aunque no es menos cierto que los destrozos causados son incluso mayores pues ahora hay mucho más suelo construido, el cual absorbe el agua considerablemente menos que el suelo campestre tradicional.