Entrevista> Sor Regina Casado / Misionera en África (El Bierzo, León, 5-julio-1940)
Sor Regina Casado ha viajado desde Senegal a Elche invitada por Toubabs Team, la ONG ilicitana con la que participa en importantes proyectos en Senegal.
A sus 82 años, y acabando de superar una grave enfermedad, sigue entregando su vida a acciones solidarias, y desde hace más de cuarenta años recorre África para ayudar a quienes más la necesitan. Es de esas personas que te recuerdan lo que algunos son capaces de hacer por los demás a cambio de nada, y que te hacen reflexionar.
En la actualidad trabaja en Sam Sam, un barrio muy pobre cerca de Dakar donde las posibilidades de vida son muy complicadas. Sobreviven entre otras cosas gracias a la solidaridad de personas como Sor Regina, y a las ONG como Toubabs Team, que se creó en Elche en 2016 como proyecto humanitario por parte de un grupo de ilicitanos, algunos muy conocidos como el chef Fran Castell o la periodista Mayte Vilaseca, entre otros.
Objetivo: un centro de salud
Se marcaron como objetivo fundar un centro de salud, algo que han conseguido en colaboración con Manos Unidas y que supuso una inversión de cien mil euros.
En la actualidad siguen ampliándolo y dotándolo de más servicios, y desde entonces no han dejado de viajar a esta zona y recaudar fondos para darles una mejor vida. Su web: toubabs-team.org
«El destino nos unió y nos contagió de su fuerza y su bondad» C. Miralles
La ayuda de Sor Regina
Y en ese difícil camino se cruzaron con Sor Regina, tal y como nos contaba su presidenta, Carmina Miralles, “el destino nos unió y nos contagió de su fuerza y su bondad, y desde entonces su presencia y su ayuda en esa zona es fundamental para nosotros”.
Sor Regina nos contaba que entró en un convento de las Hermanas del Niño Jesús con tan solo trece años, porque desde muy pequeña, y aunque su familia era pobre, siempre buscaba la forma de ayudar a quienes estaban peor que ella. Dice que no se arrepintió ni un solo día de aquella decisión a pesar de su corta edad.
A los diecinueve años hizo los votos y empezó a hacer gestiones para poder viajar a África, donde ha sido y es de gran ayuda.
¿Qué le hizo ingresar en un convento con solo trece años?
La necesidad de poder ayudar a los demás y poder adquirir una formación para poder desenvolverme en mi objetivo, ya que yo entonces no sabía ni leer ni escribir. Además pertenecía a una familia muy buena, pero muy pobre, y no tenía medios para ayudar más allá de un trozo de pan.
Cuando traspasé las puertas del convento, sentí que era allí donde yo quería estar y donde nació mi verdadera vocación.
¿Y de ahí a África?
Sí. Desde que hice los votos a los diecinueve años comencé a solicitar que me enviaran como misionera, y no me lo concedieron hasta que cumplí veinticinco.
Mi primer destino fue Camerún, estuve allí veintidós años. El objetivo era crear un centro de formación para niñas y dotarlas de la posibilidad de un medio de vida, porque de lo contrario las prometían al matrimonio siendo prácticamente unas niñas. Aquí no teníamos ni convento, cogimos una casita que nos ofrecieron y empezamos a hacer obras.
Eran muchos poblados y éramos solo tres misioneras; una enfermera dentista, y la otra hermana y yo les enseñábamos a las mujeres a mantener en la medida de sus posibilidades la higiene de los niños, o a optimizar los recursos de los pocos alimentos que tenían para alimentar a sus familias.
Las niñas de esos poblados nos ayudaban en nuestro trabajo, poco a poco les íbamos enseñando todo lo que sabíamos, y finalmente pudimos crear nuestro propio centro de formación.
«Quería darles formación, para que casarse siendo niñas no fuera su único destino»
¿Cumplido ese objetivo había que buscar otro destino?
Claro. Desde entonces hasta hoy estoy en Senegal. Concretamente en Sam Sam, un barrio muy pobre cerca de Dakar. En principio iba a sustituir a una monja enferma, pero ya van más de veinte años. El objetivo era el mismo que en Camerún: levantar otro centro de formación para mujeres, para poder mejorar su futuro.
Hace unos años tuve la suerte de encontrarme con los ilicitanos de la ONG Toubabs Team que querían construir un centro de salud, y no solo lo han conseguido, sino que siguen mejorando sus servicios y sus instalaciones. Hacía mucha falta una atención sanitaria para esta gente rodeada de miseria y enfermedades.
¿Cuál es su próximo objetivo?
Hasta ahora mis proyectos han sido con niñas y mujeres, que son las más desfavorecidas generalmente. Ahora estoy trabajando con otro proyecto enfocado a hombres jóvenes, que al no tener salida se sumergen en el mundo de la droga, la delincuencia o se suben a una patera buscando un mundo mejor, donde muchos pierden la vida en el intento.
Estamos trabajando en la formación para ellos. Vamos a empezar por la ebanistería, y también la agricultura para que puedan generar no solo trabajo sino también sustento.
«Hacía falta mucha atención para esta gente rodeada de miseria y enfermedades»
¿Qué le gustaría decir desde aquí?
Que tenemos que pensar más en los demás, no cuestionar a los inmigrantes como los que cruzan mares en patera jugándose la vida, y no pensamos en cómo serán sus vidas para arriesgarse a algo así.
Hay mucha gente con un gran corazón, pero hace falta mucha más, y tenemos que demostrarlo con nuestras acciones.