Existe un camino paralelo a la carretera que atraviesa los pueblos de l’Horta Nord. Bien pavimentado y señalizado para disfrute de paseantes y deportistas, este camino posee una historia fundamental para València.
Hace muchos siglos, por esa misma ruta llegaba El Cid a la capital del Túria con sus legiones de soldados. Por este motivo, la Diputación ha bautizado el camino como Ruta del Camino del Cid. A un lado el mar Mediterráneo y al otro lado la huerta valenciana, este camino llano se ha convertido en el recorrido favorito para los vecinos de esta comarca valenciana.
Lo que marca el poema
La ruta del Camino del Cid, sin embargo, no comienza tan cerca de València. El itinerario empieza en Cella (Teruel). ¿Y por qué en dicho lugar? Para averiguarlo basta bucear en la literatura. En ‘El Cantar del mío Cid’ puede leerse: “A quien quiera ir conmigo a cercar a Valencia… tres días les esperaré en el Canal de Cella”.
Así pues, el poema marca que este itinerario dé comienzo en Cella, enclave escogido para reunir a quienes quieran ayudarle a conquistar València. Desde ahí se adentra en la Comunitat Valenciana por Castellón, siguiendo el curso del río Palancia, donde se detiene en puntos de tanto interés como Jérica o Segorbe.
Una vez en la provincia de València, la ruta atraviesa las localidades de Alfara de la Baronía, Algimia de Alfara, Torres-Torres, Quart de les Valls, Quartell, Estivella, Albalat dels Tarongers y Petrés, justo antes de llegar a la legendaria Sagunto.
En ‘El Cantar del Mío Cid’ recrea la entrada del héroe en la capital del Túria
El llano antes de la toma
La ruta deja atrás las milenarias murallas de Sagunto, que en ‘El Cantar’ es convertida anacrónicamente en cuartel general del Cid durante tres años, para entrar en Puçol, La Pobla de Farnals y El Puig, donde se sitúa la fortaleza de Cebolla tomada por El Cid en 1092 como preludio necesario de su victoria final.
Desde El Puig, ya sólo distan 15 km hasta València, conquistada literaria e históricamente en 1092 por el Cid. El camino atraviesa los pueblos de Massamagrell, Albalat dels Sorells y Alboraya, municipio ya limítrofe con la capital de provincia.
El final de esta narración histórica se sitúa el 15 de junio de 1094, fecha en la que después de un durísimo asedio El Cid entró con tropas cristianas en València.
La ruta completa atraviesa pueblos como Albalat dels Tarongers antes de llegar a Sagunto
También es ‘vía verde’
La comarca de l’Horta Nord está atravesada por dos líneas férreas con origen en València: la de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), que llega hasta Rafelbunyol, y la de Renfe, hacia Barcelona.
Junto a éstas existió una tercera línea hoy desmantelada, que cruzaba limpiamente esta comarca siguiendo un rectilíneo camino. Esta ‘vía verde’, que recupera parte de este recorrido entre naranjos, se enmarca en el mismo trazado de la ruta del Cid.
Hay que señalar que el tramo de la misma se denomina ‘Vía xurra’ y se desarrolla principalmente entre caminos rurales asfaltados y carriles bici.
El buen estado de la ruta y la excelente señalización son un gran atractivo para el paseo
Para los amantes de la bici
La bici se ha convertido en el medio saludable que más ha conectado con los valencianos los últimos años. Uno de los motivos es el clima, y otro el hecho de que la capital del Túria y sus alrededores presente una orografía sin apenas desniveles.
La ‘Vía xurra’ se ha convertido en una de las preferidas por parte de los ciclistas, sobre todo por aquellos que desean ir en familia. Pasear con niños entre la huerta no es un problema por el buen estado de la calzada y la excelente señalización.
Uno de los recorridos más habituales, para quienes no desean hacer demasiado ejercicio, pasa por salir de València y llegar hasta Rafelbunyol, para después tomar un metro de vuelta a la ciudad. Esta pequeña aventura puede alcanzar los 12 kilómetros y se antoja una buena alternativa para quienes no deseen desgastarse mucho con los pedales.
Alto para visitas culturales
Otra buena alternativa, si se quiere aprovechar toda la mañana o la tarde, es hacer paradas culturales. Así, muchos paseantes se detienen con sus bicis en el municipio del Puig para poder visitar el Monasterio, que fue construido por Jaime I el Conquistador para recordar la Batalla del Puig.
Como curiosidad, merece la pena señalar que el límite sur de la ‘Vía xurra’ está señalizado por un gran poste rematado por varias bicicletas de forja.