ENTREVISTA> José Daniel Busquier / Arqueólogo (Petrer, 29-enero-1994)
Las excavaciones arqueológicas de la plaza de Baix continúan deparando notabilísimas sorpresas para el patrimonio local. La última ha sido la aparición de los restos de una construcción romana de planta basilical con ábside, datada aproximadamente a finales del siglo IV o comienzos del siglo V, y un mosaico polícromo en su interior muy parecido al encontrado en 1975.
El descubrimiento ha generado una gran expectación y ha obligado a cambiar la percepción que teníamos hasta ahora de la antigua Villa Petraria. Hemos hablado con Daniel Busquier, arqueólogo del Museo Dámaso Navarro, para que nos alumbre acerca de estos últimos hallazgos, y nos acerque un poco más a las costumbres de aquellos habitantes que residieron en el Petrer romano de hace 1.700 años.
«No puedo asegurar que la basílica tuviera un uso religioso»
¿Qué importancia le concedes a los últimos descubrimientos arqueológicos en la plaza de Baix y en especial al de la basílica romana?
Muy grande, porque nos encontramos con un edificio singular de planta basilical con un ábside dentro de la propia Villa Petraria, y un mosaico polícromo con una decoración muy parecida al descubierto en 1975. Ambos hallazgos corresponderían a la última fase de la villa, es decir, finales del siglo IV o principios del siglo V.
¿Cuál fue el uso que podría tener?, ¿religioso, privado…?
No puedo asegurar que se trate de una basílica paleocristiana de carácter enteramente religioso porque me faltan elementos para saberlo: no hay un baptisterio ni ninguna clase de elemento litúrgico.
El único elemento con un carácter un poco más religioso sería la columna encontrada hace unos meses y que actualmente se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico. Puedo decir que es un edificio de planta basilical, pero no puedo asegurar que tuviera un uso religioso.
«Podemos entender que las personas que residían aquí tenían mucho dinero»
¿A qué conclusiones habéis llegado tras las primeras observaciones de los restos?
Da la impresión de que, a lo largo de los años, la villa va mejorando según sus necesidades, dado que las personas que vivieron en ella va haciendo mejoras y aumentando el tamaño de sus instalaciones para hacer habitaciones más grandes.
La primera área sería la que está más hacia el norte, con un tono más señorial porque dispone de hasta dos salas con mosaicos: una, parcialmente perdida en la zona central, con un mosaico bicromo, en blanco y negro, y otra, la que está más pegada al ayuntamiento, de cuyo mosaico se ha conservado tan solo un cinco por ciento.
La siguiente remodelación utiliza los muros de la primera fase como cimentación, apoyándose sobre el mosaico de la parte más antigua. Para esta última fase se añade una plataforma para generar el ábside en la parte de la cabecera, que es decorado con un mosaico polícromo, de cuatro colores, del que está conservado en torno al cincuenta por ciento y que curiosamente es muy similar al localizado en 1975.
«Sería un lujo encontrar los restos de la fundación de Villa Petraria»
Al igual que se sabía desde hace años que bajo el suelo de la plaza había restos de época romana, ¿teníais conocimiento de que hubiera también aquí una basílica?
Fue una gran sorpresa porque siempre se ha investigado la villa a partir de muy pocos elementos. Sabíamos que del siglo I al siglo VI había gente romana viviendo en esta zona, pero no podíamos saber exactamente cómo lo hacían. Jamás hubiésemos pensado que se tratase de una villa, ya no solo de estas dimensiones, sino además bastante importante.
Sabemos que en esa época comienza a estar de moda poner ábsides en las ciudades, así que podemos entender que las personas que residían aquí tenían mucho dinero, y no tenían ningún problema en poder permitirse hacer grandes reformas en muy poco tiempo para estar a la última.
Después de estos hallazgos, ¿qué más sorpresas crees que puede esconder el subsuelo de la plaza de Baix?
Lo que más conocemos de Villa Petraria es del siglo III hasta principios del siglo V, así que para mí, lo más interesante ahora es saber qué pasa entre el siglo I y el siglo III, es decir, conocer la fundación de la Villa. Eso para nosotros sería un lujo.
Tenemos material de esos primeros tiempos que nos da pie a pensar que la gente ya está viviendo allí, pero no encontramos sus lugares de residencia. Es posible que el suelo de esos primeros siglos esté muy por debajo de los restos encontrados ahora, o también podría suceder que aquella gente no viviera en la plaza de Baix, sino en el Derrocat o en la plaza de Dalt.
Los mosaicos descubiertos serán extraídos y restaurados para su correcta conservación
¿Qué va a pasar con los mosaicos?
Conselleria nos ha pedido que para su correcta conservación hay que sacarlos de donde están y restaurarlos, dado que tienen ondulaciones causadas por las raíces de los árboles y la humedad del ambiente. Luego se decidirá si se vuelven a colocar en su sitio o se exponen fuera.
¿Cómo integrar los restos en la futura remodelación de la plaza de Baix?
El proyecto original de reforma de la plaza se mantendrá en buena parte, pero obviamente habrá que integrarlo de alguna forma. ¿Cómo? Es complicado. Es más trabajo de arquitectos que de arqueólogos. Nosotros asesoramos para que todo quede lo mejor posible.
Habrá que seleccionar qué es lo más importante. Podría hacerse una especie de sótano o una plaza a doble altura. En cualquier caso, hay que buscar que se adapte lo mejor posible a la plaza y a las condiciones de las personas.