San Vicente del Raspeig se siente orgulloso de contar con uno de los hitos naturales más relevantes de nuestro país, el popular Jardín Vertical, uno de los más altos de España gracias a sus seis pisos de altura. Además, ocupa una superficie de 340 m2, posee 34.000 ejemplares plantados sobre el muro y actúa como filtro natural contra el polvo y los gases contaminantes.
El Jardín Vertical, en ese sentido, lleva la naturaleza a un plano vertical, para maximizar un uso tan escaso en la localidad como es el espacio. Su beneficio es evidente: produce oxígeno y provoca un efecto positivo en las personas, al contribuir a una constante sensación de bienestar.
Tiene una superficie de 340 m2 y posee 34.000 ejemplares plantados, siendo un reclamo paisajístico
Función estética y ambiental
Estéticamente, el Jardín Vertical mejora el entorno de San Vicente, intensamente urbanizado, y se convierte en un hito paisajístico. Ya en su función ambiental se aprecia como regulador térmico, filtrador de polvo y gases contaminantes, como avanzábamos previamente. También hace de fijador de gases de efecto invernadero, pantalla acústica, área de cobijo y alimento para la fauna.
Su objetivo inicial, no obstante, era el de ocultar la pared medianera que afea indudablemente un lugar en el que se han realizado edificaciones como la propia biblioteca infantil, el nuevo ayuntamiento o el centro social.
Cómo es
El Jardín Vertical es un tapiz vegetal de 340 m2 formado en un plano vertical, adosado a la finca que linda lateralmente con la biblioteca. El sustrato sobre el que arraigan las plantas está contenido en una estructura metálica y dotado de un sistema de fertirrigación. Para su mantenimiento dispone de una plataforma elevadora.
La superficie cultivada brinda una amplia variedad de especies vegetales. Junto a un criterio estético y paisajístico, la selección vegetal se llevó a cabo atendiendo a las condiciones climáticas del municipio y a las diferentes circunstancias ambientales del propio jardín: con un intenso sol en la parte superior y sombra y humedad en la inferior.
Mejora sensiblemente el entorno de San Vicente del Raspeig, demasiado urbanizado
Especies autóctonas
En su construcción se seleccionaron especies autóctonas o aquellas que se pudieran adaptar a las condiciones climáticas del entorno. Ello hizo que se emplearan un alto porcentaje de plantas perenne -aromáticas y gramíneas- para mantener un aspecto adecuado a lo largo de todo el año y evitar continuas reposiciones.
Sin embargo, la diversidad de las especies utilizadas ofrece cambios en la fisonomía del jardín debido a las distintas texturas y coloraciones del follaje y flores, así como en las variaciones de las fechas de floración. El efecto es un jardín visualmente dinámico y permutable en las cuatro estaciones del año.
Las especies más representadas en el Jardín Vertical son, entre otras, Teucrium (Teucrium fruticans), Ficus trepador (Ficus repens), Hiedra de hoja pequeña (Hedera helix ‘minor’), Romero rastrero (Rosmarinus officianalis ‘postrata’), Tomillo (Thimus sp), Santolina (Santolina chamaecyparissus), Margarita marina (Asteriscus maritimus) y Limonium (Limonium caesium).
Isla biológica
Fruto de su diversidad florística, el jardín alberga una cada vez mayor cantidad de fauna, que convierte al tapiz en una auténtica ‘isla biológica’ dentro de un ambiente muy antropizado, es decir, transformado por el hombre.
Asimismo, la combinación de flores y plantas melíferas atrae gran diversidad de abejas y otros insectos importantes para la polinización, mientras la presencia de dichos insectos hechiza, a su vez, a aves insectívoras. Ofrece también ‘casa’ a diversas especies de avifauna.
La mayor parte de sus plantas son perennes, para mantener una imagen constante y adecuada todo el año
Su cuidado
El Jardín Vertical tiene una red de riego por goteo automatizada para proporcionar la cantidad precisa de agua a cada una de las zonas, ya que necesitan diferentes requerimientos de humedad. Posee, de igual modo, una red de difusores para realizar riegos por nebulización en las épocas más calurosas.
El agua de riego no utilizada por las plantas y que llega a la parte inferior del jardín vertical se recoge en un aljibe y se recircula de nuevo al sistema de riego, minimizándose el consumo de agua. Finalmente, un sistema de fertirrigación aplica los fertilizantes necesarios a través del sistema de riego.
Beneficios medioambientales
Son muchos los beneficios que aporta el Jardín Vertical tanto a nivel medioambiental como sanitario. Primeramente, en la producción de oxígeno, pues 1 m2 de cobertura vegetal genera el oxígeno requerido por una persona en todo el año.
También ejerce de filtro contra el polvo, ya que 1 m2 de cobertura vegetal atrapa 130 gramos de polvo por año, y de filtro natural contra gases contaminantes (220 toneladas al año).
Es una barrera acústica, evitando el efecto rebote del ruido y significando un aislamiento que reduce hasta en diez decibelios la contaminación sonora, y asegura la diversidad biológica, al incrementar la biodiversidad en la ciudad, garantizando la llegada de avifauna e insectos.