Uno de los proyectos llamados a ser más importantes de este mandato electoral para Mutxamel sigue en el limbo, cuando ya llegamos al final de 2022 y apenas quedan unos meses para la celebración de las próximas elecciones municipales. Hablamos del futuro Mercado Municipal que se pretende implantar en el antiguo inmueble del colegio El Salvador, ubicado en la avenida Carlos Soler (más conocida popularmente como ‘la Rambla’).
Las obras comenzaron en 2020 y por entonces se apuntaba desde el Ayuntamiento y la Diputación -cofinanciadora del proyecto- que podría inaugurarse hacia principios del año siguiente. Sin embargo luego surgieron discrepancias entre la dirección de obra y la empresa constructora que llevaron incluso a parar los trabajos. Ahora se supone que la construcción está finalizada… pero seguimos esperando.
Críticas de la oposición
“Desde nuestro grupo siempre estamos preguntando por el mercado, pero el gobierno municipal cada vez nos dice una fecha nueva. Parece que ahora se está amueblando por dentro, pero seguimos sin saber cuándo se inaugurará” nos comenta Loreto Martínez, portavoz del PSOE.
“Nosotros siempre hemos coincidido con el PP en muchas de sus propuestas para Mutxamel, pero luego tienen un problema grave en la gestión política. Les falta agilidad, saber planificar las cosas y tener objetivos claros. Ya pasó lo mismo con el Centro de Juventud, que se acabó retrasando tres años. Y ahora del mercado tampoco nos dicen nada” nos aduce Lluis Pastor, portavoz de Compromís.
Desde el periódico AQUÍ en Mutxamel también hemos contactado con el bipartito (PP y Cs) que gobierna el municipio, pero han rehusado hacer declaraciones sobre este tema.
«Algunos mercaderes están descontentos con los mostradores, fregaderos y otros elementos construidos» L. Martínez (PSOE)
Más puestos y gastronomía
Hace años, cuando se presentó este proyecto para construir el mercado municipal, sí que contó en un principio con bastante consenso, ya que tanto los diferentes partidos políticos del ayuntamiento como muchos mercaderes y comerciantes de la zona lo consideraron una oportunidad para dinamizar el centro urbano e incluso atraer a los vecinos de las urbanizaciones periféricas.
El planteamiento es que albergue dieciséis puestos -diez más de los que existen actualmente en el mercado antiguo- de distintos tipos como venta de flores, comida para llevar, panadería, etc. También se establecerá un bar con cocina y terraza para darle un matiz más gastronómico.
Aun así no faltaron algunas críticas desde el principio. “Echamos en falta un estudio previo para analizar diversos aspectos como por ejemplo si de verdad existe demanda suficiente para dieciséis puestos. Sería una pena que medio edificio se acabe quedando vacío, cuando podía aprovecharse como oficinas municipales o de salón de actos” nos aduce Pastor.
Igualmente el portavoz de Compromís se muestra preocupado porque puedan surgir problemas de aparcamiento. “Si la gente de las urbanizaciones viene a comprar hasta aquí pero no puede aparcar, acabarán yéndose al Carrefour. Debería de haberse estudiado la reorganización del tráfico de la zona. Nos dicen ahora que habrá un parking en un solar cercano, aunque tal vez se podían haber habilitado plazas en batería en la avenida Carlos Soler” nos señala.
«La gente de las urbanizaciones no vendrá al Mercado si no hay suficiente aparcamiento» L. Pastor (Compromís)
Trabajos pendientes
En principio las obras están ya terminadas, o al menos eso es lo que parece visualmente desde fuera del edificio a pesar de que su fachada continúa vallada. Sin embargo, aún quedarían por solucionar varias imperfecciones internas.
“Algunos mercaderes ya lo han visitado y existe cierto descontento porque los mostradores, los fregaderos o los espacios para los frigoríficos no son los adecuados” nos comenta la portavoz del PSOE. “Nos han llegado algunas quejas sobre la reverberación del interior o la toma de corriente eléctrica” nos comenta el de Compromís.
Asimismo se ha advertido de un problema de accesibilidad en una de las entradas traseras dado que está en desnivel, por lo que ha sido necesario colocar escalones que complicarían la entrada a las personas discapacitadas.
El proyecto es que el mercado tenga 16 puestos de venta más un bar con cocina y terraza
Rótulo en castellano
Por otra parte, los tres grupos de izquierda (PSOE, Compromís y UP) que forman parte del ayuntamiento han pedido que el rótulo de entrada donde ya se lee ‘Mercado municipal Mutxamel’ sea bilingüe en lugar de estar solo en castellano, dado que «incumple reiteradamente el Reglamento de Normalización Lingüística” según un escrito que registraron en el pasado pleno municipal de octubre.
Los socialistas también han demandado que el mercadillo callejero de los miércoles se acerque al nuevo mercado. “Es un error mantenerlo en la calle Juan XXIII, porque si estuvieran más cerca los comerciantes de ambos puntos se benefician mutuamente de la afluencia de la gente que atraen” opina Martínez.
Esperando las licitaciones
Los seis actuales mercaderes del antiguo mercado tienen derecho de tanteo para trasladarse al nuevo inmueble una vez sea por fin inaugurado. Respecto al resto de puestos, se asignarán a través de una licitación para un plazo de 25 años. Lo mismo ocurre con el uso del bar.
De momento no sabemos nada todavía de estos dos pliegos, aunque en junio ya se aprobó en el pleno municipal la ordenanza fiscal para los puestos y el reglamento interno del Mercado. Sin embargo, los mutxamelers seguimos esperando esta inauguración que continúa sin fecha oficial. Cabe esperar que 2023 sí sea su año definitivo.