Entrevista> Diego Zaragozí / Primer teniente de alcalde de Altea
Altea daba por cerrado el pasado día 31 de diciembre uno de los años más importantes de su historia reciente, al menos, en lo que a su transformación urbana se refiere. Y no sólo, que ya sería suficiente justificación para esa afirmación, por la inauguración de su nuevo paseo marítimo y de la playa de El Bol, sino también por haber encarrilado, probablemente de forma definitiva, la revisión de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
A todo ello, hay que unir grandes avances en cuestión turística y algunas otras actuaciones, de menor calado, pero de vital importancia para el día a día de sus vecinos, que Diego Zaragozí, primer teniente de alcalde de la Villa Blanca, desgrana en esta entrevista.
«Estamos comenzando a ver los frutos del trabajo que venimos realizando desde hace años»
El año 2022 deja tres grandes titulares en Altea: la finalización del Frente Litoral, la consecución de la certificación DTI y, de la mano de esta, la subvención para el desarrollo del turismo sostenible. Más allá de esos grandes logros, ¿qué destacaría de la gestión del día a día y que no ha recibido tanta atención mediática?
Es un año en el que se ha sufrido mucho. Hemos tenido problemas con algunas obras a la hora de adjudicarlas o de terminarlas. Pese a ello, creo que estamos comenzando a ver los frutos del trabajo que venimos realizando desde hace años.
Como dices, hemos hablado mucho de esa subvención para la sostenibilidad turística, pero también hemos conseguido otra de 800.000 euros para arreglar la desembocadura del Algar. Además hemos conseguido que la Generalitat asuma el Conservatorio Municipal. Por vez primera se ha hecho la digitalización de la obra pictórica del Ayuntamiento.
Lo que estamos haciendo, en definitiva, es hacer una serie de trabajos pensando en la Altea que queremos. Al final, el Frente Litoral termina donde termina, pero ya estamos trabajando en la parte del paseo Sant Pere, que se ha quedado obsoleto. Algo similar ocurre con la avenida Comunitat Valenciana, que es un proyecto que comenzaremos a ejecutar en 2023 y que será el gran parque central de Altea.
Pero usted me habla de proyectos y futuribles y yo le preguntaba por el día a día, ese que es más inmediato que las grandes obras.
Cuando preguntas a la gente de Altea -y supongo que también a los turistas-, casi siempre nos sale la cuestión del aparcamiento. No hemos de olvidar que en los pueblos, aunque suene a tópico, queremos aparcar en la puerta y eso ya no es viable ni aconsejable en el siglo XXI. Estamos buscando crear espacios peatonales para el uso de las personas.
Aun así, ya estamos sobre las 600 plazas nuevas de aparcamiento. La idea sigue siendo crecer en número de parkings disuasorios como se hace en todos los sitios.
«Lo que estamos haciendo es una serie de trabajos pensando en la Altea que queremos»
Me voy ahora a cosas más grandes y ahí le pregunto por el Plan General.
Es un hito muy importante. Está ya en su recta final. Todavía le queda algo más de un año, pero están viniendo todos los informes positivos y va a ser el documento que marque los próximos 25 años en Altea.
En los dos últimos números de AQUÍ en Altea hemos hablado mucho de ese PGOU. En el último, el de diciembre, dábamos cuenta de las duras críticas que ha recibido el documento por parte de la oposición, que aseguraba que deja desprotegidos a varios propietarios y que, prácticamente, obliga a la construcción de la variante como única alternativa.
Has tocado los dos temas más delicados del documento. El informe medioambiental que necesitábamos que fuera favorable nos hablaba de 17 puntos. De ellos, hay dos que es muy importante poder explicar.
El de las casas en rústico, incluso en terrenos de más de 10.000 metros cuadrados, lo que ha pasado es que estamos sobrepasando casi en el doble el número de viviendas que se podrían permitir en Altea en base a los cálculos que hace la Generalitat. Durante demasiados años se han hecho demasiadas construcciones ilegales.
¿Tiene esto algo que ver con la racionalización del número de viviendas con los recursos disponibles?
En parte sí; pero en este caso no es ahí donde está el verdadero problema. De lo que hablamos es que la tendencia medioambiental europea, que marca la española, es a limitar el número de casas que se pueden hacer por metro cuadrado en una población para no acolmatar el territorio. Altea ya ha sobrepasado hace tiempo ese número porque, insisto, se han hecho muchas viviendas ilegales.
De hecho, se ha elaborado una ley autonómica para legalizar esas viviendas porque sólo quedaban dos opciones: tirarlas todas o legalizarlas todas.
«El PGOU es un hito muy importante. Va a ser el documento que marque los próximos 25 años en Altea»
Volvamos al efecto que esto tiene en el PGOU.
La exigencia que nos hace la Generalitat es que no se permita hacer más casas en rústico, incluso en terrenos que ya tengan esos 10.000 metros. Urbanismo hizo un cálculo de los terrenos que pudieran estar afectados y salían unos 30. Hemos pedido que haya una carencia de unos pocos años para que los propietarios puedan tener su licencia de obras y construir su casa. Por ahora, no hemos tenido respuesta negativa.
Centrémonos ahora en la cuestión de la circunvalación.
Todos los PGOU tienen una circunvalación dibujada y casi todos la tienen hasta el Mascarat. Y la tienen dibujada porque te exigen que así sea. Si tú quieres tener un informe favorable para aprobar el Plan General, la tienes que dibujar. Luego, se hará o no se hará.
Es decir, que volvemos a la casilla de salida de 1982.
Así es. El PGOU de 1982 ya la tenía dibujada y estamos en 2023 y no se ha hecho. Otra cosa que no es cierta es que no esté prevista la salida a la autopista. Sí hemos dibujado la posibilidad de ‘pinchar’ la autopista en Montahud. Lo que no se ha reservado, porque no existe, es la bajada a la playa.
En el plan que presentó la Generalitat, y en el que tuvimos controversia con l’Alfàs del Pi, esa bajada se hacía por su término municipal y nosotros no podemos hacer el PGOU por su delimitación. Ellos se niegan y no tengo nada que decir al respecto, pero nosotros sí hemos contemplado el enlace y su conexión con la carretera comarcal.
Una de las últimas grandes noticias que nos ha dejado el año ha sido la aprobación de la llamada tasa turística, unánimemente criticada por todo el sector. He podido hablar con Joan Baldoví y me decía que está dispuesto a hablar con el sector y uno se pregunta si, con la ley aprobada, ya no es un poco tarde para ello. Ustedes han dicho que la implementarán en Altea en 2024. ¿Van a hacerlo sí o sí o piensa, si es alcalde, negociarlo con los hoteleros?
No tengo la decisión tomada porque habrá que verlo llegado el momento, pero no tengo ninguna duda. No me escondo con esto: soy partidario de la implantación de la tasa turística. Es más, el PSPV-PSOE, aunque tiene voces discordantes, ha votado a favor en Les Corts.
«Si quieres tener un informe favorable para aprobar el Plan General, tienes que dibujar la variante. Luego, se hará o no se hará»
Sí, pero todos sus alcaldes están diciendo que no la implantarán en sus municipios.
Yo lanzo ya una pregunta: ¿cuántos de los pueblos que han dicho ahora que no, dirán que sí en 2024? Lo que no voy a hacer es decir ahora que no por una cuestión electoral. Creo que los ciudadanos lo entienden así. En muchísimos sitios se paga la tasa y no dejas de ir allí por ello.
Considero que el problema más grande que les crea a los hosteleros, y es el motivo por el que se oponen a ella, es la parte del trabajo administrativo. En Altea hay hoteles que cuestan 200 euros la noche y creo que la gente vendrá igual si les cuesta 202. No compro que la tasa turística va a ser mala para el turismo, sólo que puede ser incómoda.
Por ahora, los empresarios turísticos les han ganado a los partidarios, al menos, la batalla de la imagen pública. Se lo digo porque según las encuestas, la mayor parte de la población se muestra también contraria.
Ahí discrepamos. Cuando tú le explicas a los vecinos de Altea que en agosto vamos muy justos con la limpieza, debes también decirle que esta tasa permitirá aumentar los servicios en momentos en los que se triplica la población.
Podría recurrir a la demagogia y decir que mantener las playas y los socorristas nos cuesta 600.000 euros al año; pero no lo hago porque sé que nos costaría lo mismo si no viniese nadie ya que se trata de una obligación.
Sin embargo, en Altea es cada vez más difícil que un joven se pueda pagar un alquiler debido a los precios. En una reunión reciente, ellos pedían que parte de esa tasa turística se dé para ayudas en este sentido…
Disculpe, pero usted sabe que la propia ley no permite que se financie con lo recaudado este tipo de ayudas.
Sí, lo sé; pero lo pongo como ejemplo de que hay una parte de la sociedad que no la ve mal. Yo no sé si ha venido en mal momento, pero insisto en que no soy contrario.
¿No le preocupa en absoluto que un destino similar y cercano como, por ejemplo, Xàbia, no ponga la tasa y ese ‘dumping’ fiscal entre municipios perjudique a Altea?
No. Creo que no y lo argumento con la misma reflexión que te he hecho antes: una persona que quiere venir a Altea ya sabe que le va a costar 200 euros una habitación. No creo que por 202 se vaya a otro pueblo.
«¿Cuántos de los pueblos que han dicho ahora que no implantarán la tasa turística, dirán que sí en 2024?»
El 28 de mayo hay elecciones. Usted asumirá el puesto de alcaldable por parte de Compromís. ¿Tiene prevista una lista continuista o, aprovechando el cambio del cabeza de cartel, debemos esperar una profunda renovación?
Si hago una lista continuista y llegado el momento seguimos gobernando y lo hacemos más o menos con las mismas competencias, significará que hacemos las cosas bien. Pero, al mismo tiempo, creo que puede dar la imagen de que nos hemos quedado aquí aferrándonos al cargo o que no encontramos relevo. Así pues, va a haber un poco de todo. Ahora mismo somos ocho concejales y sólo hay uno que es seguro que no seguirá y ese es Jaume.
Contestando a tu pregunta, va a haber novedades, pero también bastantes compañeros que van a seguir. Una cosa que supongo que no os reconoce nadie es que es mucho más difícil fichar de lo que parece: la calle no está llena de gente que esté esperando a que yo vaya a hablar con ellos para ser concejales. Y eso que estamos gobernando y es más fácil subirse al caballo ganador.
Perdóneme, pero no me ha quedado claro: ¿habrá o no habrá novedades?
(Ríe) Las habrá, pero no una barbaridad. Estaremos sobre un 60% de continuidad y un 40% de caras nuevas.
«Desearía ser alcalde durante ocho años y, si lo soy, no estaré nueve. Ese es mi compromiso»
Usted y yo hemos hablado bastante en los últimos años y hay una coletilla que me repite mucho y es esa por la que se refiere a “mi vida real” a todo aquello que está fuera de la política. Para que el lector lo entienda, usted siempre me dice que lo de la política es circunstancial y temporal. Suponiendo que el 28 de mayo usted sea elegido alcalde, ¿seguirá el ejemplo de Jaume Llinares y se pone ya una fecha de caducidad?
Si finalmente mi ilusión de ser alcalde se acaba cumpliendo y lo soy en la próxima legislatura, si estoy a gusto y mis compañeros mantienen su confianza en mí, me gustaría estar dos legislaturas. En otras palabras: desearía estar ocho años y, si los estoy, no estaré nueve. Ese es mi compromiso. En ningún caso estaré más de dos legislaturas.