Carcaixent es un relevante municipio de la provincia de Valencia, ubicado en la comarca de la Ribera Alta, muy cerca de Alzira, a unos cuarenta kilómetros de la capital y muy próximo al mar Mediterráneo, con un clima excelente para el cultivo de la naranja -de excelente y dulce sabor, visible en sus infinitos bancales-, la joya de la huerta valenciana.
Ofrece un interesante patrimonio cultural y paisajístico, gracias a una geografía que nos permite disfrutar de un entorno ribereño idílico, donde la naturaleza ha sido transformada en productivos huertos de cítricos y unas zonas montañosas ligeramente más elevadas, perfectas para la práctica del senderismo o cicloturismo.
El municipio mantiene un rico patrimonio modernista, movimiento europeo que tuvo en Carcaixent su máximo apogeo a inicios del siglo XX y cuyos principales monumentos han llegado a nuestros días.
Una visita sorprendente
La visita a la localidad sorprende gratamente por su amplio abanico de posibilidades, desde relevantes obras monumentales y artísticas hasta la mencionada arquitectura modernista, tan ligada a la riqueza que proporcionó el cultivo y la comercialización de la naranja.
Podemos comenzar conociendo la ermita de Sant Roc de Ternils, el edificio más antiguo y emblemático de Carcaixent, del siglo XIII. Fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1979 y está considerado uno de los baluartes del gótico primitivo valenciano.
Conserva la estructura original, compuesta de una única nave rectangular con cuatro arcos interiores diafragmáticos. Sobresale el techo de madera, que fue restaurado, con decoración de la época con formas geométricas y escudos de rombos.
Debido al cultivo de la naranja y sus beneficios, Carcaixent conserva obras modernistas que han llegado a nuestros días
Iglesia de San Bartolomé
El siguiente destino a descubrir es la iglesia parroquial de San Bartolomé de Cogullada, declarada Bien de Interés Cultural en 1981. Fue levantada entre los siglos XVI y XVII y posteriormente reformada a lo largo de los dos posteriores.
Su única portada está labrada en piedra y presenta una ordenada armonía. Destaca igualmente la urbe por albergar una de las campanas más antiguas de la Comunitat Valenciana, fundida en 1528 y con un peso superior a los 300 kg.
En la visita podremos degustar alguno de los platos típicos de la gastronomía valenciana: arroces, fideuá, puchero…
Otros reclamos
Junto a la Plaza Mayor, su centro neurálgico, está la casa de Francesc Pablo, considerada la más antigua de Carcaixent. Un escudo con su nombre y la fecha del año 1600 se sitúa sobre la puerta principal de la imponente fachada de varías alturas, mientras numerosas ventanas enrejadas atestiguan su antigua actividad como hostal.
Resalta también la sede del Conservatorio Mestre Vert, en el antiguo Hospital Municipal, y el Auditorio de las Dominiques, que tras ser un monasterio dominico del Corpus Christi se sometió a una acertada reconversión patrimonial.
Completamos la visita en la iglesia de La Asunción, el convento de Aguas Vivas y el palacio del Marqués de Montortal o degustando algunos de los platos típicos de su deliciosa oferta gastronómica, fundamentalmente valenciana: paella, arroces -al horno o a banda-, puchero, fideuá…
La localidad vive un periodo de esplendor ya en la Edad Moderna gracias a la morera y al comercio de la seda
Sus orígenes
Los orígenes de Carcaixent provienen de una alquería musulmana, pese a que se sabe de la existencia de asentamientos humanos en la zona desde el Neolítico. Se encontraron especialmente restos íberos y romanos.
Su etapa más brillante, no obstante, se produce en la Edad Moderna, cuando logra una mayor independencia por el gran crecimiento económico y demográfico que brinda el cultivo de la morera y el comercio de la seda.
La agricultura se mantuvo como actividad más importante hasta hace poco tiempo, sobre todo la dedicada al monocultivo y comercio de la naranja, iniciado en el siglo XIX. Pero en los años sesenta del pasado siglo se produjo una importante crisis y este sector entró en un periodo de recesión. Por fortuna, en la actualidad está en una fase de transformación y Carcaixent continúa siendo uno de los principales epicentros de esta fruta.
Privilegiada ubicación
La localidad está regada por el río Júcar y sus afluentes, además de por la Acequia Real de Carcaixent, con sus ya 350 años de antigüedad. Su territorio físico presenta una parte llana y otra montañosa: desde el oeste se extiende por la unidad geográfica que forma la llanura aluvial del Júcar -lo que se conoce como ‘l’horta’-, que se transforma a partir de la ciudad, y hacia el este, por el terreno accidentado del macizo del Realengo y la Serratella.
Carcaixent presenta, por último, unas excelentes vías de comunicación, con una carretera (CV-41) que facilita la conexión con la A-7, la llamada Autovía de Levante, y una dotación de servicios de todo tipo: educativos, sanitarios, socioculturales, administrativos, banca, restauración, etc. Todo ello hace de esta población un lugar agradable para residir.