Situado en el centro de la ciudad, junto a la plaza de España -entre las iglesias de San Jorge y Santa María-, el monasterio o convento del Santo Sepulcro es uno de los templos religiosos más bellos y sorprendentes de Alcoy, con numerosas obras de arte en su interior. En el mismo se venera, por ejemplo, la imagen de Cristo yacente, junto al Niño Jesús del Milagro.
Jesuset del Miracle
Sin duda, esta iglesia -de la misma forma, la más antigua del municipio- alberga un enorme patrimonio artístico, evidente en las pinturas, imágenes, detalles de orfebrería o lienzos que decoran sus paredes. Acoge además la capilla de Adoración Perpetua al Santísimo Sacramento, que cuenta con numerosos devotos en toda la comarca.
Actualmente está custodiado por las Carmelitas Mensajeras del Espíritu Santo, unas monjas que velan día y noche por mantener viva la devoción al mencionado Niño Jesús del Milagro, conocido popularmente por los alcoyanos como Jesuset del Miracle.
La iglesia alberga un rico patrimonio artístico, evidente en las pinturas, imágenes y lienzos que decoran sus paredes
Su historia
El patriarca Juan de Ribera colocó la primera piedra del convento en 1595, antes de bendecir el sitio, erigido en el lugar donde se hallaba la capilla abierta en la que se encontraron las sagradas formas sustraídas del templo parroquial unos años antes, en 1568.
Ese año, concretamente el 29 de enero, un francés llamado Juan Prats, de oficio tundidor, casado y residente en la propia Alcoy, dice la tradición popular, se introdujo cautelosamente en la iglesia y, aprovechando la soledad que reinaba, se acercó al altar mayor, abrió la puerta del Sagrario y robó las reliquias de los santos que allí descubrió.
Llegó a su casa, bajó al establo e hizo un hoyo, entre el estiércol, para depositar el sagrado tesoro, cubriéndolo con trapos sucios y unos troncos de leña. Al día siguiente, el primer sacerdote que acudió a la iglesia, mosén Miguel Soler, notó de inmediato el terrible sacrilegio, el robo de las hostias consagradas, dando la voz de alarma al vecindario y, poco después, a todo el municipio.
Fue mandado construir en 1596 por orden del arzobispo de València para reparar la ofensa sufrida por el Santísimo Sacramento
Su construcción
Este robo, aseguran, ocasionó un enorme impacto en todo el Reino de València y únicamente fue reparado gracias a la intervención del Niño Jesús, quien inclinó sus dedos para señalar el sitio exacto donde el cáliz sagrado había sido escondido. Esa imagen, de hecho, es la que a día de hoy se conserva en el convento del Sagrado Sepulcro bajo el nombre de Niño Jesús del Milagro.
El arzobispo de València, Juan de Ribera, ordenó la construcción del edificio religioso en el mismo lugar y fundó una orden especial de Agustinas Descalzas para la conservación expresa de los recuerdos de aquel suceso, con la intención de reparar la ofensa sufrida por el Santísimo Sacramento de Alcoy.
Su sobria portada neoclásica contrasta con la fachada lateral, de estilo barroco regionalista y diseñada por Vicente Valls en 1925
Cómo es el convento
La iglesia, también de las más bonitas de la urbe alcoyana pese a su sencillez, contiene como hemos señalado anteriormente numerosos detalles de interés, siendo una especie de pequeño museo sacro de todo lo relativo al hecho milagroso acontecido.
Su sobria portada neoclásica contrasta con la fachada lateral, de estilo barroco regionalista y diseñada por el arquitecto alcoyano Vicente Valls Gadea en 1925. Por otra parte, su planta es de cruz latina, con nave de tres tramos cubierta por bóveda de cañón sobre arcos fajones con lunetos, donde el crucero se cubre mediante una cúpula elíptica sobre pechinas, con nervaduras y ventanas entre ellas.
Destaca asimismo la gran altura de los arcos de embocadura de las capillas laterales, apenas comunicadas entre sí. A los pies se sitúa el coro alto, cerrado con celosía, para uso en exclusiva de las monjas Agustinas Descalzas que habitan el convento. El interior del templo ha experimentado diversas reformas, siendo la última en 1917.
Más tesoros
Como muestra de su enorme riqueza, en la capilla del convento se encuentra igualmente una réplica de la Sábana Santa, perteneciente a Juan Luis de Alzamora, secretario de Juan de Austria, quien la donó a la iglesia.
Del mismo modo, en una de sus hornacinas se observa una imagen de San José, que muestra una reproducción a pequeña escala de un banco de carpintero y una ‘cabellera’ de virutas de madera.
Indicar, por último, que a lo largo de la Guerra Civil Española las joyas del monasterio fueron expropiadas, las monjas exclaustradas y se empleó como cuartel de las Milicias Antifascistas. Seguidamente fue ocupado durante un tiempo por la CNT y, más tarde, las dependencias conventuales se utilizaron para alojar refugiados.