Este pasado febrero se cumplió el decimoquinto aniversario desde que se nos fuera para siempre uno de los más grandes músicos que ha dado Torrevieja. Si bien su repertorio fue de lo más polifacético, se le recordará siempre sobre todo por su enorme contribución a la gran tradición habanera existente en nuestra localidad. Muchos incluso le consideran el máximo referente que jamás ha dado este género musical de origen cubano.
Por supuesto estamos refiriéndonos al maestro Ricardo Lafuente Aguado. Pocas personas habrán que hayan hecho tanto por la música de esta ciudad y que se les siga recordando con semejante cariño. Así que por nuestra parte no podemos sino que rememorar su obra y milagros, a modo de homenaje póstumo.
Infancia
Ricardo vino al mundo el 5 de noviembre de 1930 en el número 40 de la calle Empecinado (actualmente llamada Patricio Pérez). Era el hijo de un salinero llamado José y de su esposa Carmen. Además tenía tres hermanos mayores.
Recibió sus primeras lecciones en el colegio Chapapietra hasta que se quedó huérfano de padre a la edad de doce años. Esta circunstancia le obligó a buscar un trabajo como ayudante en una imprenta para colaborar con la economía familiar en plena Posguerra.
Se daba la circunstancia de que el dueño de dicha imprenta tenía un piano en su casa. Cuando Ricardito trabajaba bien, como recompensa su jefe le dejaba tocar algunas piezas en sus ratos libres. Así fue cómo se inició en la música.
Comenzó a tocar música gracias a que el dueño de la imprenta donde trabajaba tenía un piano
Sastre, músico y actor
Durante los siguientes años Ricardo Lafuente encadenó varios trabajos, pero siguió siempre interesado en la música. Siendo todavía adolescente convenció a varios amigos para formar una rondalla llamada CARPE, las iniciales de sus componentes: Ceferino, Antonio, Ricardo, Pepe y Eduardo.
Poco después compuso su primera habanera llamada ‘Sin rumbo’. En 1951 escribió una zarzuela, para su grupo teatral, llamada ‘La última golondrina’, con una fuerte influencia folclórica de las costumbres locales torrevejenses.
Ésta fue quizás la época más teatral de nuestro protagonista, en la que participó en diversas obras y coros mientras que trabajaba como sastre, un oficio que aprendió sobre todo gracias a sus hermanas.
Participó en el primer certamen de habaneras con una pieza dedicada a Torrevieja
Consolidación como músico
Cuando se celebró el primer certamen de Habaneras de Torrevieja, en 1955, el maestro Lafuente participa con una pieza dedicada a su ciudad natal que se convertiría en una de sus obras más emblemáticas. Desde entonces sus canciones siempre fueron un clásico imprescindible del evento musical.
Su fama como músico fue en aumento y se convirtió en el director de tres grupos llamados ‘El trío Habanera’, ‘Los dos de la sal’ y ‘Los cinco levantinos’, con los que toca conciertos por distintos municipios de Alicante y Murcia.
Durante este periodo de su vida pasó varios años en Madrid dado que le surgió una oportunidad laboral para trabajar en una importante sastrería ubicada en la Puerta del Sol.
De regreso aquí en 1966, compuso el actual himno oficial de Torrevieja, si bien no fue declarado como tal por el Ayuntamiento hasta dos décadas después. Se trata de una pieza muy instrumental como lo son la mayoría de los himnos, pero al mismo tiempo tiene ese toque de estilo coral que tanto caracterizó la música de Lafuente.
Durante gran parte de su vida compaginó la música con su trabajo como sastre
Orquesta Salinas de Torrevieja
Convertido ya en toda una institución en su localidad, Ricardo Lafuente no paró de componer boleros, baladas, pasodobles, música religiosa y por supuesto… habaneras.
En 1981 actuó en Televisión Española dirigiendo la Orquesta y Coro Salinas de Torrevieja, que él mismo había fundado, acompañando a Lola Sevilla, artista afincada en nuestra localidad y famosa sobre todo por su papel en ‘Bienvenido Mister Marshall’.
La actuación gustó tanto que José María Íñigo les invitó a su programa, e incluso dieron un concierto en Bélgica para un programa especial de Radio Nacional. Aprovechando el viaje realizaron una gira por varios centros culturales españoles en Suiza.
Últimos tiempos
Durante los siguientes años es difícil encontrar algún evento musical o cultural de Torrevieja donde el maestro Lafuente no estuviera implicado. Escribió un gran libro recopilatorio de habaneras que es considerado una auténtica enciclopedia del género, compuso el himno del equipo local de balonmano, fundó el grupo de teatro Talia…
Por desgracia Ricardo sufrió una enfermedad degenerativa que le fue apartando poco a poco de su agitada vida pública. Afortunadamente aún pudo ver en vida como su localidad le dedicaba el Museo de la Habanera y una avenida con su nombre. También tiene concedido el título de Hijo Predilecto por el Ayuntamiento.
El maestro nos dejó el 26 de febrero de 2008. Al poco de fallecer su amigo, el músico José Miguel Gómez Del Olmo, le compuso una habanera homenaje llamada ’Nunca olvidarán’ y la orquesta coral que fundó pasó a llamarse Ricardo Lafuente.
Sin duda fue uno de los torrevejenses más ilustres que ha dado nuestro municipio. Aunque quince años después sigamos echándole en falta, por suerte siempre podremos seguir disfrutando del enorme legado musical que nos dejó. Golondrina de amor, Torrevieja sin par…