Entrevista > Paula Llorens Camarena / Actriz de teatro (Canals, 29-diciembre-1986)
Paula Llorens Camarena es una de las mejores actrices valencianas de la nueva generación, con ya un importante número de funciones de teatro representadas. Polifacética y apasionada de su profesión, ha ejercido también de directora, además de adaptar obras, escribir, producir y ser músico.
De hecho, confiesa que su vida estaba decantada hacia el piano hasta que el teatro se cruzó por el camino. Persona sumamente social y con una constante sonrisa, nos atiende desde su casa de Xàtiva para hablar, entre otros aspectos, de sus obras actuales: ‘Historia de una maestra’ y ‘El abrazo de los gusanos’.
«El día del estreno sigo teniendo nervios, pero he aprendido a gestionarlos»
¿En qué momento esa afición por el teatro se convierte en algo real?
Hay dos momentos claves: por un lado, cuando decides estudiar la carrera de Arte Dramático. Una asignatura optativa de la escuela implica invertir muchísimo tiempo, ya que mis estudios pasan a ser íntegramente artísticos y quiero encarrilar mi vida hacia la interpretación.
El segundo es la primera vez que trabajas, cuando formas ya parte de una compañía profesional. En mi caso fue mientras estudiaba el último año de la carrera, en 2007: hice mi primer ‘casting’ para la compañía de teatro infantil de Cullera ‘Magic Sis’. Me cogieron y empecé a recorrer no solo los teatros de Valencia, sino los de toda España.
Esto me curtió muchísimo porque significaba enfrentarte todos los fines de semana a un escenario y al público.
¿Qué siente en esa primera función?
Recuerdo muchos nervios e incluso dificultad para dormir la noche anterior al estreno. Es una sensación que curiosamente nunca se va, pero sí se aprende a gestionar. Aún sigo notando nervios, especialmente en los estrenos -y más sí es una obra propia-, pero ya no tantos.
Afortunadamente no soy una actriz que sufra miedo escénico, sino que me gusta afrontar cada función porque lo hago de una forma tranquila.
«La adaptación de la obra ‘Tirant lo Blanc’ ha sido el mayor reto al que me he tenido que enfrentar»
Licenciada en Arte Dramático en 2008, ese mismo año ya escribe su primera obra: ‘Cardiovascular’.
Un profesor en mi último año de Arte Dramático nos animó a escribir en su asignatura, que era Dramaturgia. Yo redacté la obra de teatro ‘Cardiovascular’, la presenté a un concurso y ganó.
Ahora releo esa obra y me parece sencilla, juvenil y ‘naif’ en cuanto a lenguaje literario, pero es un texto al que le tengo mucha estima porque veo en él algunas de las características que me han acompañado en los siguientes años. Se nota, por ejemplo, que está escrito por una actriz, pensando en un conflicto teatral o en unos personajes que sean atractivos para los intérpretes.
Prosigue entonces su formación ya en Madrid.
Sí, marcho a Madrid en 2012 para estudiar escritura dramática en la carrera Dramaturgia y Dirección Escénica. Además, esos años son muy importantes porque veo mucho teatro, muy variado, y eso me enriquece.
La escuela de Madrid me facilita una serie de herramientas técnicas que me permiten saber mejor qué y cómo debo enfocar un texto, una metodología, y no por intuición como solía hacerlo
Adapta numerosas obras, una de las más relevantes ‘Tirant lo Blanc’.
Las adaptaciones llegan a mí sin haberlo planeado. Sí es cierto que al mismo tiempo que hacía Arte Dramático en Valencia cursaba la carrera de Filología Hispánica y la literatura siempre ha estado muy presente en mi vida.
Sin duda, mi parte filóloga me ha ayudado muchísimo a la hora de crear alguna obra o adaptarla. ‘Historia de una maestra’, de Josefina Aldecoa, por ejemplo, es mi primer proyecto cuando decido montar mi propia compañía de teatro.
Me piden entonces desde el Institut Valencià de Cultura una adaptación del ‘Tirant lo Blanc’, de Joanot Martorell. Ha sido el reto más grande al que me he tenido que enfrentar, por la magnitud de la obra, que es larguísima, y su complejidad, escrita en un valenciano del siglo XV, es decir, arcaico. El objetivo era acercarla al público joven . Fue un trabajo costoso, pero del que aprendí muchísimo.
«Cuando actúo me olvido de todo lo que sucede en el exterior, porque estoy plenamente focalizada en la función»
¿Cómo fue la acogida?
El público salía encantado del teatro y, además, profesores doctorados en Filología Catalana resaltaron la buena adaptación. Funcionó muy bien a nivel literario y teatral, tanto que llegó a ser interpretada en Madrid y en el Corral de Comedias de Almagro (Ciudad Real), donde pudimos además hacerlo en el idioma original.
Me dieron el premio a las Artes Escénicas a la mejor adaptación, un reconocimiento que no me esperaba y del que estoy muy orgullosa.
¿Qué tiene el teatro que tanto atrapa a los actores y actrices?
Encima de un escenario es donde más cómoda me siento, me olvido totalmente de lo que está pasando fuera, porque estoy totalmente focalizada en la función: te transportas a otros lugares, eres otras personas y haces cosas que en la vida real nunca harás.
Además, estás contando historias que piensas que merecen ser contadas, viendo que al público le hace reír, llorar o tener otro tipo de sentimiento. Estar en el escenario me aporta una sensación de plena felicidad.
¿Tanta adrenalina aporta el contacto con el público?
Sobre todo, una conexión muy fuerte, porque comunicas una cosa y ves cómo se transforman las personas que te están viendo: reflexionan, sonríen, suspiran, se emocionan, empatizan…
En algunas salas, las más cercanas, notas absolutamente todo, incluso el más pequeño movimiento, y se crea un ambiente muy bonito.
«Soy una actriz trabajadora y responsable que sabe adaptarse a aquello que le pide el director/a»
¿Cómo se definiría como actriz?
Muy trabajadora, responsable, que suele ser muy fiel a aquello que me pide el director/a. No hago las cosas como yo las haría, sino que en cada producción me adapto para ser capaz de ofrecerle a ese director/a el personaje que ha soñado.
Soy una actriz que está muy viva y pendiente de todo en el escenario, y como también soy músico, dicen que tengo mucho sentido del ritmo, como si las partes de la obra fueran las de una partitura.
Sin duda, ¿el teatro fue de los segmentos más golpeados por la pandemia?
Como sabemos, se paralizó todo, se suspendieron todas las funciones que teníamos de ‘Historia de una maestra’ y afectó a muchos compañeros a nivel mental.
Personalmente siempre digo que me salvó la escritura, porque había recibido la beca ‘Ínsula Dramatària Josep Lluís Sirera’, por parte del Institut Valencià de Cultura, y me permitió seguir trabajando en nuevas obras y avanzar de un modo creativo.
Si no hubiera tenido la escritura no sé qué hubiera hecho, ya que leía muchísimo y veía películas y series. A otros compañeros, como digo, les causó depresión y muchísima ansiedad.
¿El público ha vuelto plenamente?
Afortunadamente hace ya meses que está normalizado y el público puede asistir sin mascarillas. No obstante, sí es cierto que algunas personas prefieren llevarlas, principalmente las de mayor edad, por prevención.
«La escritura me salvó de la pandemia: pude seguir trabajando y avanzando de un modo creativo»
También escribe, ¿sigue alguna metodología?
Cada obra te pide una cosa diferente. Un aspecto curioso es que, cuando escribo, siempre llevo una libreta encima y voy apuntando situaciones que me suceden o veo.
Algunas que he escrito sí que han necesitado de un proceso extenso de documentación, como es el caso de ‘Una guerra invisible’, que trata sobre el abuso de una mujer militar. Tuve que hacer un trabajo de investigación muy grande.
¿Hasta qué punto es compatible interpretar y dirigir al mismo tiempo?
Es una locura, que hice en mis primeros años, cuando era más joven y más irracional, si se puede decir así. Se puede compaginar, pero sufres demasiado y lo que queremos es disfrutar de todos los procesos del teatro. Últimamente, si la obra es muy complicada o tengo un papel que requiere mucha atención y trabajo, intento que otra persona dirija.
En el cine ha hecho sobre todo cortos.
Sí. En películas me han surgido papeles muy pequeños, quizás porque todos los trabajos que me han propuesto me conducen más hacia el teatro y menos al audiovisual, cine o series de televisión.
«Me siento muy feliz porque vivo del teatro, circunstancia que muchas veces no sucede en este oficio»
¿Cómo se recibió a ‘Historia de una maestra’?
De un modo excelente, y desde el primer momento. Se trata del primer espectáculo de mi compañía y se estrenó en Canals, mi pueblo. No sabía que iba a recibir esa respuesta por parte del público.
Estuvimos con esa obra en la Muestra de Teatro de Alcoy y nos pidieron seguidamente funciones no solo por toda la Comunidad Valenciana, sino que también por Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid, País Vasco, Aragón…
La sorpresa fue que, cuando pensaba que la obra ya estaba acabando, porque tenía ya varios años -fue estrenada en 2018-, nos llamaron del Teatro Fernan Gómez de Madrid para ofrecernos tres semanas, que han sido muy satisfactorias, con llenos casi en todas las funciones.
¿La obra, por lo tanto, va a continuar?
El éxito en Madrid ha hecho que nos llamen de otras localidades. En el Fernan Gómez cumplimos la función número 100, una cifra muy destacada, hoy en día casi imposible.
Tenemos ahora muchas nuevas propuestas para seguir con ‘Historia de una maestra’, en la que hago un monólogo, estoy sola en el escenario por primera vez en mi carrera e interpreto alrededor de veinte papeles durante una hora y cuarto.
¿Está en el mejor momento de su carrera?
Me gusta decir que estoy en un momento muy feliz, porque vivo del teatro. No tengo que tener otro empleo para sobrevivir, como sucede muchas veces en este oficio.
Recuerdo que cuando comencé, debía de dar clases y hacer miles de cosas para subsistir. De hecho, se calcula que únicamente el ocho por ciento de los actores vivimos de la interpretación.
No puede ser que un buen actor trabaje en esta profesión dos meses y luego tenga que ejercer de camarero o dependiente, por ejemplo. Un productor muchas veces lo que quiere en su serie o película es una cara conocida.
¿Se ha planteado también la opción de actuar en inglés o le da vértigo el cambio de idioma?
Nunca lo he pensado, pero me estoy sacando el C1 de inglés. Lo hago sobre todo para poder leer las obras y ver las series o películas en el idioma original. Hace ya muchos años que las visiono sin doblar, para poder escuchar la voz de los actores.