Poner en valor uno de los edificios más emblemáticos de Santa Pola, y rendir tributo a la figura de su última propietaria, es el objetivo en el que se ha embarcado el Ayuntamiento de la localidad con la rehabilitación de Villa Adelaida.
El proyecto de abrir al público la casa de verano de Maribel López Pérez-Ojeda nació en el mismo instante en que esta santapolera, adelantada a su tiempo, decidió donar el inmueble al Consistorio.
En este momento se está redactando el proyecto para rehabilitar el edificio y musealizar una villa que fue construida en 1910, y en la que su dueña pasó los últimos años de su vida junto a su tercer marido.
Adecuación
La rehabilitación del inmueble permitirá adecuar la casa a las necesidades técnicas que exige un edificio de uso público y que requerirá adaptar la instalación eléctrica, reforzar la estructura, acondicionar la climatización y cumplir las normas de accesibilidad.
Por el momento, se ha desarrollado un proyecto para adecuar los jardines y se han realizado diversas actuaciones en las pinturas que inundan el interior y exterior de la casa para evitar su deterioro. Esta última actuación ha tenido un coste de 30.000 euros.
Los responsables municipales esperan que el proyecto de musealización esté concluido este mes para proceder a la licitación de los trabajos. La concejala de Infraestructuras y Urbanismo, Trini Ortiz, explica que la intención es que las obras puedan comenzar tras el verano y que en año o año y medio el inmueble pueda abrirse al público.
Las obras comenzarán tras el verano
Inversión
El proyecto de musealización ha tenido un coste de 200.000 euros y el Ayuntamiento, con una subvención que aportará la Diputación, afrontará el millón de euros que serán necesarios para poder abrir las puertas de Villa Adelaida al público.
La casa en cuestión fue regalada a la madre de Maribel López por parte de sus padrinos y esta última la legó al Ayuntamiento en su testamento con dos condiciones. Por un lado, pidió que la finca albergara el “Hans-Maribel-Shami centro de arte, ciencia y letras para el fomento de talentos jóvenes en el campo del arte, la ciencia y la literatura”.
Por ello, la intención es crear en la villa espacios para la cultura e, incluso, una de las opciones es habilitar una residencia artística en las instalaciones con la finalidad de que sus trabajos repercutan en la vida cultural de la localidad. La pretensión no es hacer un museo, sino que la villa en su conjunto acoja exposiciones, eventos artísticos o conciertos y que sea un referente cultural.
La responsable de las bibliotecas municipales, Marian Sempere, una de las promotoras más entusiastas del proyecto, subraya que la segunda condición para la cesión era la conservación de las pinturas realizadas en el inmueble por el artista y galerista hindú Shami Mendiratta, el tercer marido de la dueña, la primera santapolera que se graduó en Estados Unidos.
El presupuesto de reforma es de dos millones
Visitas
Se ha solicitado a la Conselleria la posibilidad de realizar visitas guiadas en la villa, declarada como Bien de Relevancia Local, antes de que se acometa el proyecto de rehabilitación, aunque por el momento la propuesta no cuenta con la aprobación de los técnicos.
Sempere remarca que la casa en sí no tiene el valor modernista de la época al tratarse de un refugio veraniego, “pero sí es muy importante lo que la envuelve alrededor de la dueña y de su entorno”.
El recinto acogerá un centro para jóvenes talentos
Reconocimiento
La pretensión es “que la casa muestre el empoderamiento de una mujer que nació en 1931 y que a los veinte años se trasladó a Estados Unidos, con su primer marido, y empezó a estudiar para convertirse en jefa del departamento de Lenguas Románicas de la Universidad de San Francisco, algo que en Santa Pola era impensable para las mujeres que únicamente aspiraban a ‘casarse bien’”, remarca Mariam Sempere.
La importancia de Villa Adelaida radica en que la finca forma parte de la memoria cultural de Santa Pola para las tres últimas generaciones. “Es el gran misterio que nos ha quedado, porque todos hemos pasado por la puerta, pero nadie conoce la villa. Es un emblema de la cultura local”, indica la edil de Urbanismo.
Relevancia
Por su parte, el archivero municipal, Rafael Pla, remarca la especial relevancia de la última propietaria de la casa y de sus antepasados. Su abuelo, Fernando Pérez-Ojeda, fue comandante de Marina y su bisabuelo, Francisco García Braceli, un notario que cobró gran notoriedad durante la epidemia de cólera. “Lo que queremos es poner en valor a una mujer y una época junto a personajes que han sido muy trascendentes para la historia de Santa Pola”, indica Sempere.
Los impulsores de la recuperación de Villa Adelaida remarcan la ‘revolución’ que experimentaba la localidad cada vez que Maribel volvía desde Estados Unidos para pasar las vacaciones. “Venía con la forma de vivir de California, con cincuenta años de adelanto para nosotros, y se producía un contraste enorme”, manifiesta la responsable de bibliotecas, quien hace hincapié en que el Ayuntamiento lleva años homenajeando a Maribel a través de un libro sobre su vida y la dedicatoria de una calle.
Maribel fue, sin duda, una mujer que marcó un hito en la localidad.