Benidorm, como el resto de grandes destinos turísticos de la Costa Blanca, se prepara para vivir un mes de julio turístico que promete ser histórico. A poco que la tendencia que lleva mostrando el mercado desde el pasado mes de enero, cuando dio comienzo el primer año de plena normalidad -en todos los sentidos- tras la llegada de la pandemia, este verano superará al de 2019, por el momento, el mejor desde que se tienen registros.
Hoteleros y hosteleros llevan, desde las pasadas navidades, celebrando un lleno tras otro. Y no sólo en las fechas que históricamente han funcionado como reclamo de turistas, sino que la llegada en estos últimos años de eventos como la Copa del Mundo de ciclocross o el Benidorm Fest han ayudado, y mucho, a desestacionalizar la ciudad.
«En alguna entrevista se ha oído lo de que ‘mientras tenga dinero para Netflix y Mercadona, no voy a trabajar por 300 euros’» D. Salinas
Lleno eurovisivo en Benidorm
Un buen ejemplo de ello lo vivimos hace poco con el festival de Eurovisión, en el que el batacazo que se dio Blanca Paloma en Liverpool fue inversamente proporcional al espaldarazo turístico que el certamen supuso para Benidorm.
Los hosteleros de la capital turística de la Costa Blanca no podían estar más satisfechos con lo sucedido entonces y, como explica Diego Salinas, gerente de Abreca, ese “lleno hasta la bandera”, otro más, no hacía más que confirmar que “este 2023 está siendo un año de récord”.
El peligro de morir de éxito
Se mire por donde se mire, los datos que ha venido registrando la ciudad hasta este verano han sido espectaculares. Diego Salinas insiste en que “está siendo un año de récord”, pero también alerta del peligro que vive Benidorm y, por extensión, el resto de la Costa Blanca de “morir de éxito”.
El gerente de Abreca repite que “estamos sufriendo mucho en el ámbito del personal”. De hecho, la ciudad ha vivido ya varias citas del ‘Benidorm Gastronómico’ y en todas ellas “nos ha costado muchísimo encontrar camareros” para dar respuesta al incremento de la demanda que se registra en eventos como las recientes Jornadas del Atún.
La tendencia mostrada desde enero hace pensar en un verano histórico para el turismo local
«No se puede crecer más»
Salinas hace una previsión de cara a ese mismo verano y va, incluso, un poco más allá: «Es un problema que se va a incrementar respecto al año pasado y creo que sucederá cada vez más» en el futuro.
Por ello, el gerente de la asociación reconoce que desde Abreca están “alertando de que Benidorm no puede crecer más. Hay establecimientos que han tenido que cerrar salones porque no tenían personal para servir”.
Motivos desconocidos
Hasta ahora, los hosteleros siempre habían culpado de esta situación al elevadísimo coste de los alquileres de las viviendas en destinos turísticos como Benidorm, lo que hace que las ofertas de empleo no sean atractivas para aquellos que deberían invertir más de lo que ganan en poder tener un techo.
Sin embargo, ese discurso ha cambiado ahora y el propio Salinas dice desconocer los motivos que han llevado a esta situación. “Lo que hemos visto en todas estas jornadas y mesas de trabajo es que no entendemos que pueda haber tres millones de parados y exista esta demanda de empleo”, asegura.
«Hay establecimientos que han tenido que cerrar salones porque no tenían personal para servir» D. Salinas
Trabajadores subvencionados
Aparentemente ajeno a las muchas críticas que han recibido no pocos empresarios del sector por ofertar puestos de trabajo muy mal remunerados y, sobre todo, con condiciones laborales más que precarias -desde Abreca se asegura que son una minoría y que ellos también luchan contra esa realidad-, Diego Salinas apunta directamente hacia los trabajadores como responsables de la falta de mano de obra que, considera, puede acabar arrasando a la hostelería local.
De hecho, en unas palabras que seguro pueden causar una honda polémica, Salinas pone la pelota en el tejado de los demandantes de empleo ya que, dice, “en alguna que otra entrevista se ha oído lo de que ‘mientras tenga dinero para Netflix y Mercadona, no voy a trabajar por 300 euros’”.
«Algo falla y no sabemos qué»
En un discurso que ha ido ganando muchos apoyos en los últimos años entre algunos sectores políticos y empresariales de nuestro país, no son pocos los que señalan que la culpa de que aquellas personas que no aceptan el primer empleo que se les pone por delante está en lo que ellos llaman ‘la paguita’ que, en forma de ayudas y subsidios, ofrece la Administración.
Quizás por ello, Diego Salinas ha pedido “revisar si estamos excesivamente subsidiarizados o no”, ya que, desde su punto de vista, “no se explica que haya paro y, a la vez, demanda de empleo. Algo falla y no sabemos lo que es”.