Cuando en 1666 Beatriu Fajardo de Mendoza ordenó e impulsó la creación del Reg Major de l’Alfàs y Benidorm, también conocida como la Sèquia Mare, la aristócrata polopina estaba, seguramente sin saberlo, poniendo la primera piedra del camino que, a la postre, propiciaría el final de la baronía de Polop y la independencia de todos los pueblos que se extendían desde allí hacia la orilla del mar.
Porque con aquella red de infraestructuras hídricas Fajardo de Mendoza no sólo llevó el agua a sus tierras de cultivo, sino que permitió que los núcleos poblacionales que hoy conocemos como La Nucía, Benidorm, l’Alfàs o l’Albir se fueran desarrollando y adquiriendo, con el paso de los años, identidad propia.
Una carrera interminable
Y todo, gracias al agua. Un bien que nunca ha estado garantizado en estas latitudes y que incluso hoy en día, cuando el ser humano es capaz de traer gas y petróleo desde miles de kilómetros de distancia, sigue siendo un verdadero dolor de cabeza en épocas de sequía, como la actual.
Por ello, en una carrera que se mantiene en la actualidad, las infraestructuras para mover el agua de un sitio a otro nunca han dejado de crecer y de mejorarse. Y conforme unas se creaban, otras se abandonaban o, en el mejor de los casos, se destinaban a otros usos.
La galería, que data de los años 50 del siglo XX, arranca en la avenida Porvilla y llega a la Font de la Favara
70 años escondida
En La Nucía saben bien de la importancia del agua, y no sólo porque en 1666 fuera este el primer municipio en verse beneficiado por la Sèquia Mare. En el recién terminado mandato 2019-2023, sin ir más lejos, el gobierno local construyó y puso en marcha una potente planta potabilizadora para olvidar de una vez por todas los problemas de turbidez que de tanto en cuanto afectaban al suministro de agua potable local.
No es nada nuevo. Casi tres cuartos de siglo antes, en los años 50 del siglo XX, La Nucía habilitó una galería de 700 metros de longitud que, atravesando el pueblo de punta a punta, sirvió para llevar el agua a través de la trama urbana y salvar así un serio obstáculo a la hora de aliviar la sed de las poblaciones que se encontraban más abajo. Ahora, 70 años después, esa galería sale del olvido en forma de atractivo turístico.
Los trabajos para habilitarla como atracción turística cuentan con una subvención de casi medio millón de euros
En perfecto estado
Parte desde la actual avenida de Porvilla y pasa justo por debajo de la Seu Universitaria, el Teatre Sindicat y, por muy poco, el ayuntamiento, entre otros edificios; la galería desemboca, casi un kilómetro después (700 metros es su longitud exacta), en otro paraje que mucho tiene que ver también con el agua: la Font de la Favara, donde también se ha recuperado el antiguo lavadero municipal como elemento patrimonial y de interés turístico.
Lo más sorprendente es que pese a la dura labor para la que fue diseñada y los muchos años de completo abandono que ha sufrido, la galería, abovedada y construida en ladrillo, se mantiene en un perfectísimo estado de conservación, lo que va a permitir que, con una intervención mínima, su debut como atracción turística pueda realizarse más pronto que tarde.
Las obras comenzarán este mismo año y se espera que estén finalizadas en 2024
Prevista para 2024
El propio alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, confirma que la galería “está perfectamente conservada y sin ningún riesgo de desprendimiento” a lo largo de su recorrido. Por ello, y con una subvención de poco menos de medio millón de euros procedente de la Diputación de Alicante, se va a proceder ahora a adecuar el túnel para hacerlo visitable dentro de lo que se ha bautizado como ‘Ruta de l’Aigüa’.
Los trabajos, que arrancarán en la segunda mitad de 2023 y que podrían terminar ya el año que viene, consistirán, según Cano, en “la instalación de iluminación, la retirada de la tubería de agua y la elevación del techo en algunos puntos, ya que la altura original de la galería varía de los 1,5 a los dos metros de altura”.
Un proyecto más amplio
En cualquier caso, insiste Bernabé Cano, este será sólo el primer paso de un proyecto mucho más amplio y que llevará a la creación de toda una ruta que, con el agua como temática principal, se extenderá hasta los ocho kilómetros de recorrido total.
Una idea que conllevará la mejora de la Sèquia Planet y las Galerías de la Font del Torrent así como su conexión con la Font de Rovira y el Molí del mismo nombre adecuando, así mismo, la propia Sèquia Mare.