Entrevista > Manuel Álvarez Diestro / Fotógrafo (Santander, 22-abril-1972)
Hasta el próximo 15 de septiembre los Pozos de Garrigós del Museo de Aguas de Alicante, dentro de su IV Ciclo de Arte y Medioambiente, acoge la exposición ‘The Caves of Steel’. Se trata de un conjunto de fotografías de edificios tomadas en diferentes ciudades del mundo como Seúl, Hong Kong o Beirut, compaginadas con otras que nos resultan bastante más cercanas como son Alicante, Benidorm y Torrevieja.
Todas estas instantáneas han sido realizadas por el artista cántabro Manuel Álvarez Diestro, especializado en fotografía arquitectónica. Estudió Historia del Arte en Estados Unidos, y ha trabajado durante años en el sector de las aerolíneas y luego para la Secretaría de Turismo de Reino Unido. Sus diferentes desempeños profesionales le han permitido viajar por todo el planeta, y un buen día le dio por ponerse a fotografiar ciudades. Actualmente dirige su propio departamento de arte y creación en la Escuela Universitaria TAI de Madrid.
¿Cómo te surgió hacer esta exposición en Alicante?
Alicante es una provincia muy interesante y llevo años fotografiándola. Hace años residí en Argelia y en esa época me compré un piso en Benidorm. Esta ciudad para mí siempre ha sido un enorme laboratorio de creación fotográfica.
Recientemente desde Aguas de Alicante me propusieron traer mis trabajos de lugares asiáticos con desarrollos urbanísticos muy verticales, pero poniéndolos en paralelo con los modelos de ciudades turísticas mediterráneas que existen aquí. Un concepto muy rompedor que me pareció miel para mi boca.
De hecho, Benidorm siempre me ha recordado un poco a Hong Kong porque es un lugar donde sientes que estás en España y en el extranjero al mismo tiempo. Además, la idea de exponer en un emplazamiento realizado con roca del siglo XIX, como son los Pozos de Garrigós, también me entusiasmó.
«Todas las ciudades tienen algo interesante que contar»
La muestra lleva el título de una novela de Isaac Asimov, todo un gigante de la ciencia ficción. ¿A qué se debe?
Hay un pasaje donde Asimov dice que el momento cuando el hombre consiguió dominar completamente la naturaleza fue a través de la creación de las ciudades, que en la novela están cubiertas de grandes cúpulas de acero. De ahí su nombre.
Artísticamente siempre ha interesado mucho la relación del ser humano con el paisaje a través de los rascacielos y viviendas que construye. Mi obra fotográfica refleja mucho ese enfrentamiento entre el espacio construido y el natural.
«A veces no se valora lo suficiente la sostenibilidad de ciudades verticales como Benidorm»
Has elegido tres ciudades de nuestra provincia que en realidad cuentan con urbanismos bastante diferentes: el de Benidorm es muy vertical; el de Torrevieja muy horizontal; y el de Alicante tal vez esté a mitad de camino. ¿Por qué esta elección?
Es cierto que son diferentes, pero las tres son muy potentes a su manera. Al viajar tanto por el mundo te das cuenta de que todas las ciudades tienen algo que contar. Alicante es una capital y un foco histórico que ha crecido de forma muy orgánica integrándose al mar. Yo me he centrado sobre todo en la Albufereta, dado que muchos de sus edificios fueron construidos por arquitectos muy visionarios de los años 50 y 60. Al estar entre el mar y la gran roca, tiene algo visualmente que la hace especial.
Benidorm es una ciudad prácticamente hecha de cero, creada de forma artificial a través de un plan director con una selva de rascacielos. Y Torrevieja ha sido una dispersión horizontal, que no me parece precisamente un modelo de éxito, pero desde el punto de vista fotográfico no deja de ser interesante. Quizás lo ideal fuera haberla fotografiado con drones, pero como yo no disponía de ellos me centré sobre todo en sus acantilados.
«La Albufereta es una zona arquitectónicamente interesantísima por sus edificios y su especial ubicación»
El urbanismo de la Costa Blanca se ha denostado mucho desde el boom turístico, por haber sido demasiado salvaje y masificador. ¿Tal vez haya edificios con valor arquitectónico que nos pasan injustamente desapercibidos?
Sí. Yo esto lo he visto con una claridad abrumadora. Aquí tenéis auténticas joyas de la arquitectura. Es cierto que existe una conciencia generalizada de ver habitualmente esas torres como una aberración o una amenaza, y eso ha hecho pasar una mala jugada a edificios que sí tienen un valor arquitectónico importante.
En realidad la construcción en vertical como la de Benidorm ha generado que se puedan liberar otros espacios. A veces no se valora lo suficiente la sostenibilidad de este tipo de arquitectura. Es algo que los especialistas debemos de comunicar para que la gente reflexione y lo entienda mejor.
En ese sentido creo que mi labor como fotógrafo también ayuda a resaltar el valor de estos edificios. Y al mismo tiempo desde el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante y Aguas de Alicante también se están organizando mesas redondas para explicar mejor estos temas a la población.
La exposición termina con un cortometraje proyectado sobre la roca de los pozos de Garrigós. ¿En qué consiste este concepto?
Es un cine experimental a través de planos, que en realidad son como fotografías llevadas al movimiento. Dado que en mis fotografías de edificios no se percibe presencia humana, a través de esta pieza trato de humanizar la exposición presentando cómo la gente vive esta arquitectura. Es decir, mostrando cómo toman el sol, comen pizza, se hacen selfies, etc. Todo ello ambientado con una música electroacústica realizada por un compositor italiano y diálogos en muchos idiomas.
Por cierto, recientemente presenté mi primer largometraje llamado ‘Trains bound for the sea’ en el Festival de Málaga. Actualmente ya se puede ver en Filmin.