Recientemente Mutxamel recibió la visita de un grupo de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) Senior, orientada a alumnos mayores de 55 años. En concreto este curso se imparte en Jávea, y sus veteranos estudiantes se desplazaron hasta nuestra localidad para conocer el Monasterio de la Santísima Trinidad con su museo de arte bizantino y el Palacio de Peñacerrada.
Sin duda, estos históricos inmuebles son dos de los patrimonios más destacados que se ubican en el término municipal mutxameler. Y aprovechando la ocasión, en este periódico hemos querido recordar la historia de uno de ellos. Ese pequeño Versalles que albergamos en el seno de nuestra huerta.
Un palacio en la huerta
El Palacio de Peñacerrada fue construido por orden y sufragio del marqués del mismo nombre, quien se llamaba Antonio Pascual de Riquelme Molina Castañeda. Esta poderosa familia estaba asentada en la zona desde la Edad Media y se convirtieron en grandes terratenientes agrícolas. En el siglo XVII incluso lograron entrar en el círculo de la nobleza española al serles concedido el título del Marquesado de Peñacerrada por Carlos II.
En 1743 Mutxamel consiguió independizarse de Alicante, pero los problemas entre sus políticos locales y el citado Antonio Pascual de Riquelme (III Marqués de Peñacerrada) se hicieron constantes durante la segunda mitad del siglo por motivo de impuestos y otras cuestiones. Así pues, el noble mandó construir un gran palacio en sus dominios. Sin duda una potente forma de marcar territorio.
No se conserva documentación para acreditar quién fue el arquitecto ni el año exacto de construcción, pero calculamos que sus paredes originales deben estar rondando actualmente su 250 aniversario.
El palacio funcionó como ayuntamiento de su propio municipio durante más de medio siglo
El Poble Nou
Sin embargo, Antonio Pascual de Riquelme no se conformó con ello y redobló el pulso al ayuntamiento. En 1789 utilizó sus influencias para acogerse a un viejo derecho medieval por el cual su hacienda fuera reconocida como un municipio independiente de Mutxamel. Es decir, el palacio y la veintena de viviendas ubicadas a su alrededor (habitadas sobre todo por sus empleados) se convirtieron en un pueblo propio llamado Peñacerrada, y cuya jurisdicción judicial pertenecía al partido de Jijona.
Lo cierto es que este curioso experimento independentista no acabó de salir demasiado bien. Al pequeñísimo ayuntamiento peñacerradense le costaba mucho reunir presupuesto suficiente como para financiar inversiones o unos mínimos servicios públicos. Como consecuencia los vecinos fueron progresivamente abandonando el pueblo, convirtiéndolo todavía en más minúsculo.
En 1846 ya solo quedaban una decena de casas habitadas en Peñacerrada. El Gobierno de España decretó entonces una ley obligando a la desaparición de aquellos municipios que no llegaran a treinta vecinos. El propietario entonces era Antonio Pascual de Riquelme Pascual de Pobil (V Marqués de Peñacerrada y nieto del anterior), quien ya no debía tener tantas ganas de seguir peleando por este inviable municipio. Por tanto, el pueblo se acabaría reintegrando en Mutxamel.
La localidad de Peñacerrada quedó en los libros de historia con una vida de poco más de medio siglo de existencia. Aunque eso sí, a esta zona todavía se la sigue conociendo desde entonces como ‘el Poble Nou’.
La zona es conocida como el Poble Nou debido a que fue un municipio independiente
Ampliación y zonas verdes
Durante el siglo XIX la familia Pascual de Riquelme realizó algunas reformas sobre este distinguido inmueble. El principal objetivo era convertirlo en un lugar con un carácter más social, y no tan orientado a la administración o a almacenar las cosechas como antaño.
Aún hoy en día se puede apreciar dos partes bastante distinguibles. Por un lado, la más antigua donde radicaba la sede de aquel efímero y extinto ayuntamiento de Peñacerrada. Por otra parte, la moderna tiene una vocación más residencial.
Asimismo se quiso rodear al palacio de jardines señoriales. Quizás la gran curiosidad que tiene este recinto es que sus dueños no se decantaron por un estilo determinado para sus zonas verdes, sino que apostaron por crear tres jardines diferenciados: uno del tipo francés, otro italiano y un tercero inglés. Con toda la riqueza de especies vegetales, fuentes y estatuas que ello conlleva.
Los jardines se pueden visitar por las mañanas de lunes a sábado
Periodo de decadencia
La familia Pascual de Riquelme se acabó trasladando a Murcia (de hecho también ostentaban el Marquesado de Beniel) y el Palacio de Peñacerrada quedó más como una residencia de verano. Igualmente, durante los días de Moros y Cristianos los propietarios abrían los jardines para que las comparsas organizaran aquí sus saraos, e incluso se llegaron a rodar algunas películas en la finca.
Sin embargo el palacio fue entrando en una profunda decadencia. El último dueño que realmente se preocupó por conservarlo fue Alfonso Pasqual de Riquelme Sandoval en la primera mitad del siglo XX. Luego la propiedad quedó dividida en muchos herederos, y su mantenimiento pasó a ser prácticamente inexistente. Por no decir que la zona del Poble Nou y El Ravalet hoy en día también ha ido dejando atrás el esplendor que algún día tuvo.
Jardines visitables, edificio cerrado
Actualmente los jardines son cuidados por el ayuntamiento, y se pueden visitar por el público en las mañanas de lunes a sábado. Respecto al edificio, permanece cerrado en un estado bastante mejorable y sin perspectivas de un mejor futuro a la vista. Todo y habiendo sido declarado como Bien de Interés Cultural por la Generalitat Valenciana en 2008.
Por supuesto, no podemos terminar este artículo sin dar las gracias a Assumpció Brotons, la gran cronista de Mutxamel, por la información que nos ha compartido. Para saber más sobre el Palacio de Peñacerrada, así como cualquier otro aspecto de nuestra historia local, recomendamos que visiten su blog www.cronistademutxamel.com o que lean cualquiera de sus innumerables publicaciones.