Sin duda uno de los grandes protagonistas de estas Fiestas Patronales de Elche 2023 será José Mazón Dols, el encargado de capitanear el bando cristiano y la persona más mayor en la historia de estos festejos que ostentará dicho cargo. Su boato ha generado una gran expectación en la ciudad, sobre todo por la involucración de sus hijos Javier y José María quienes ya fueron capitanes cristianos en el pasado.
Antes de que se ponga el traje, hemos querido conocer un poco mejor al hombre en quien se centran todas las miradas. Como tantos vegabajeros de su generación, a mediados del siglo pasado inmigró a Elche para trabajar en nuestra industria manufacturera. Ya en su vejez se acabó involucrando en las fiestas y en los Moros y Cristianos mediante Los Templarios, hasta convertirse este año en el gran capitán. Un honor que compartirá con su esposa María Dolores Juárez en el papel de Dama Templaria.
Antes de hablar de las fiestas, vamos a repasar tu biografía. ¿Cómo fue tu juventud en Orihuela?
Soy originario de una pedanía oriolana llamada La Aparecida. Mis padres se dedicaban a la agricultura, y yo les ayudaba cultivando cáñamo, trigo, maíz, añora, alcachofas, lechugas, etc. Luego, de más mayor, continué trabajando en el campo por mi cuenta. Allí fue también donde conocí a mi mujer.
«El hermano del futbolista ‘el Indio’ me consiguió mi primer trabajo en Elche»
¿Cómo te surgió lo de venir a Elche?
Fue cuando yo tenía unos 30 años, por unos primos míos que se habían mudado antes que yo. En unas fiestas de La Aparecida nos reencontramos y tomándonos una cerveza me propusieron irme a Elche con ellos.
Yo entonces estaba construyendo una casa en Orihuela para vivir allí con mi esposa. Sin embargo me convencieron tanto… que mandé detener la obra.
¿Pero tus primos te habían buscado un empleo en Elche?
Qué va. Solo me dijeron que en Elche iba a vivir mejor porque era más fácil encontrar trabajo. En realidad me vine aquí totalmente ‘a ciegas’ (risas). Me gasté el dinero que tenía ahorrado en comprarme un piso junto al asilo a medias con un primo mío, esperando encontrar un trabajo pronto.
¿Y conseguiste un empleo pronto?
Ese mismo día que firmé la compra del piso. Me iba a volver a Orihuela a resolver unos asuntos, pero antes hice una parada en una taberna para tomarme una cerveza. Resulta que allí me encontré a un hermano del Indio (Pedro Villagordo, más conocido como ‘el Indio’, fue un icónico futbolista oriolano que jugó en el Elche CF durante los años 70) al que yo conocía porque habíamos sido vecinos.
Yo le conté mi situación, y enseguida me ofreció trabajo en FACASA, la fábrica de goma para el piso de los zapatos que estaba en la zona entre Altabix y Elche.
«En la fábrica de Caucho Industrial Matola trabajé unos veinte años, hasta mi jubilación»
Qué fácil fue entonces, ¿no?
Bueno, no te creas. Sinceramente yo de estudios andaba un poco flojo. En la fábrica me pedían tener al menos los básicos, pero yo no tenía ni eso. Así que me busqué a un amigo cura para que me falsificara un certificado de estudios (risas). Efectivamente este buen hombre me hizo el papel, lo entregué en la empresa y me puse a trabajar.
Luego te fuiste a la fábrica Coquillat Mora…
Estuve unos años en FACASA hasta que un operario amigo mío fichó por la fábrica de Coquillat Mora, en la carretera de Aspe. Él fue quien me ofreció ir a esta industria ganando más dinero… así que le dije que sí.
¿Cuál fue tu siguiente destino?
Tiempo después, un vecino de una fábrica de zapatos más pequeña llamada Bartolo me ofreció otro empleo con una jornada laboral más corta, solo de día. Recuerdo que le dije: “Mira, yo te lo agradezco… pero los zapatos solo sé ponérmelos. No tengo ni idea de cómo se fabrican” (risas). Él me dijo que no me preocupara, que en principio solo tenía que dedicarme a fabricar las cuñas y luego si hacía falta en otro lado ya me enseñaría. Al final estuve allí un par de años.
En esta etapa se puede decir que “me solté el liguero” un poco porque me animé también a aprender cómo funcionaban algunas máquinas de la fábrica y adquirí algunos conocimientos de mecánica.
«Lo de mi capitanía ha sido una encerrona que me han preparado mis hijos sin yo saberlo»
Esa fábrica duró poco, ¿no?
Sí. De hecho cuando cerró me fui al sindicato para informarme sobre el paro, y me encontré a mi antiguo jefe de Coquillat Mora. Recuerdo que aprovechó la ocasión para recordarme que él ya me había aconsejado que no fuera a aquella fábrica porque veía que iba a cerrar. “Tiene razón, estoy ahora así por no hacerle caso a usted” le tuve que reconocer.
El tema es que en principio no me quisieron readmitir en Coquillat Mora, pero el cuñado de mi antiguo jefe le convenció para que me hiciera al menos un contrato de seis meses.
¿Luego te quedaste ya fijo allí?
No, porque cuando quedaban unos dos meses de contrato me hicieron una oferta para trabajar en la fábrica de Caucho Industrial Matola. Aquí también me contrataron solo para seis meses, pero se ve que les gusté y me acabaron haciendo fijo. Trabajé en esta industria unos veinte años hasta mi jubilación.
Pues ya hemos repasado toda tu trayectoria profesional… así que vamos a la festera. ¿Cómo te metiste en los Moros y Cristianos?
Fue totalmente por mis dos hijos. Ellos estaban en la comparsa de Estudiantes y yo iba a acompañarles. La verdad es que me gustaba pasar allí el rato.
Hasta que mi hijo José un buen día quiso formar su propia comparsa de Los Templarios con unos amigos. Ellos me ofrecieron meterme aquí poco después, básicamente porque les faltaba uno para formar una filà.
«Cuando era más joven y tenía más fuerzas salía incluso en la Diana y en todos los actos que podía»
Los Templarios se fundaron hacia mediados de los años 2000. ¿Has estado desfilando desde aquella época?
Me atraparon para la comparsa y durante muchos años no me han soltado (risas). He desfilado en todas las fiestas, hasta el año pasado en el que me veía ya un poco mayor y decidí no salir.
¿Y entonces por qué te has metido ahora a capitán?
Pues de nuevo porque mis hijos me han enganchado (risas). En realidad yo no he sabido nada de todo esto hasta hace poco, fue una encerrona. De hecho había gente que me saludaba por la calle diciéndome “¡Hola capitán!” y yo no sabía a qué se referían.
Hace unos meses fuimos a comer a La Marina y les pedí explicaciones. Allí me confesaron por fin que estaban preparando todo para que yo fuera capitán. En un principio yo no quise, pero mis nueras me dijeron “vas a salir capitán, quieras o no quieras” (risas). Al final mi esposa fue la que me acabó de convencer.
¿Qué recuerdo tienes de tu primer desfile con los Templarios?
Pues mira, me pusieron un gorro grande que pesaba bastante. El caso es que mientras que estaba desfilando, se me cayó al suelo el sable. Yo me agaché a cogerlo olvidándome de que llevaba algo en la cabeza… y pasó lo que tenía que pasar.
El sombrero se cayó y todo el mundo decía: “Macho, menuda borrachera que lleva ese” (risas). Te digo la verdad, ese día no había catado bebida alguna. A mí me gusta desfilar con todos mis sentidos disponibles.
«Me hace mucha ilusión ser capitán en compañía de mi esposa y mi familia»
Te lo debiste de pasar muy bien si, a pesar de ese momento de apuro, quisiste repetir al año siguiente…
Sí, la verdad es que me lo pasé muy bien. Eso sí, al año siguiente ya iba bien preparado para que no me ocurriera otra vez lo mismo.
Te puedo contar otra anécdota graciosa. Hubo un año que en la comparsa se empeñaron en que no podíamos desfilar con gafas, y quien no viera que se pusiera lentillas. Sin embargo yo soy muy delicado con los ojos. Intentaron ponérmelas de mil maneras, pero yo no me dejaba. Al final fui el único de todos los Templarios que desfiló con gafas (risas).
¿Cómo crees que han evolucionado los Moros y Cristianos en estas últimas dos décadas?
Yo creo que bastante bien. En general diría que no han cambiado mucho desde que yo empecé a desfilar. Para mí desde luego todos los años ha sido un baile. Cuando era más joven y tenía más fuerzas salía incluso en la Diana y en todos los actos que podía.
Y llegamos a 2023. ¿Cómo te imaginas que van a ser estas fiestas desde el cargo de capitán?
La verdad es que yo no sé nada (risas). Muchos me preguntan por lo que va a pasar, y no tengo respuesta. Aún así estoy convencido de que todo va a ser un flechazo fantástico y van a salir muy buenas fiestas. Ya en la cena de capitanes he visto más gente que en otros años. Me parece que va a estar muy animada la cosa.
Por supuesto me hace mucha ilusión ser capitán y mi familia está muy emocionada con todo esto. Mis propios hijos me hacen de secretarios y me indican los actos a los que tengo que ir.
«Estoy viendo a la gente más animada por las fiestas que en otros años»
Además tu señora va a ejercer de Dama Templaria…
Ella está metida en los moros y cristianos conmigo desde siempre, aunque normalmente no desfila. Al principio tampoco quería hacer esta capitanía, le parecía todo esto una locura igual que a mí (risas). Sin embargo mis hijos la convencieron… y luego ella a su vez me convenció a mí.
Creo que al final le ha acabado pillando el gustillo y ahora noto que le apetece de verdad. Para mí sobra decir que me da muchísima emoción tenerla de Dama Templaria.
¿Puedes adelantarnos algo sobre cómo será el boato?
Grande y espectacular. También que tendrá mucha música, pues es lo que realmente nos gusta… y por el momento no puedo decir nada más. El boato es como el traje de la novia, hasta que se saque a la calle no hay que describirlo demasiado (risas).
Para terminar, ¿Quieres transmitir un mensaje a los festeros y visitantes antes de empezar estas fiestas?
Ante todo me gustaría agradecer al capitán moro (Alfonso Mora) y al abanderado (Fernando Rodríguez) porque nos hemos hecho muy amigos en este año. También por supuesto a mis hijos por todo lo que están haciendo.
Respecto a los festeros y visitantes, pues desearles que vengan a Elche, que disfruten de las entradas, que participen en todos los actos posibles y que sean días para disfrutar y pasarlo bien.
Entrevista> Javier y José Mazón Juárez / Excapitanes cristianos e hijos del capitán
«Esta capitanía es el homenaje que nuestros padres se merecen»
Los hijos del Capitán Cristiano y la Dama Templaria prometen que el boato superará incluso las expectativas generadas
Estos Moros y Cristianos de 2023 cuentan con dos capitanes cristianos ‘en la sombra’ que son los hermanos Mazón Juárez. Ellos son grandes veteranos en estas lides dado que ya ostentaron el mismo cargo en el pasado. Javier (Elche,18-abril-1975) fue capitán del bando de la cruz en el año 2000 con la comparsa Estudiantes, mientras que José (Alicante, 26-febrero-1970) hizo lo propio en 2015 con los Templarios.
Ahora han querido que sean sus progenitores quienes vivan esta inolvidable experiencia. Se cierra así una bonita trilogía festera por la cual ha acabado pasando toda la familia. Aunque eso sí, al contrario que en las monarquías, en este caso los mayores han ido sucediendo a los menores.
¿Cómo se fraguó esto de que vuestros padres fueran capitán y Dama Templaria?
Javier Mazón – Queríamos hacerles un homenaje porque nuestros padres lo han hecho todo por nosotros. Ellos han sacrificado mucho de su vida para que pudiéramos jugar al fútbol, estudiar o muchas más cosas. Por eso ahora consideramos que les tocaba a ellos estar en cabeza, y ser nosotros quienes les arropáramos desde atrás.
José Mazón – Mi hermano y yo nos sentamos un día y pensamos que la mejor forma que había de homenajearles era a través de la fiesta de Moros y Cristianos, dado que es algo que llevamos compartiendo tantos años juntos en familia.
«Ser capitán es un momento para disfrutarlo porque esto es una vez en la vida»
¿Qué supone para vosotros que vuestro padre os suceda en el cargo?
Para nosotros es un honor y sobre todo una gran satisfacción ver lo mucho que él está disfrutando del momento. Incluso los miembros de otras comparsas lo han aceptado muy bien y están mostrando todo el aprecio que tienen a nuestros padres. Lo más bonito es ver la cara de felicidad que ellos muestran en todos los actos.
Al final los abuelos y niños suelen hacer siempre la misma gracia. El hecho de que sea el capitán más mayor de la historia lleva a que se le trate con mucho cariño, un poco como si fuera un niño (risas). Además, por la forma de ser que él tiene, cae muy bien a la gente. Probablemente están viendo en nuestro padre ese espíritu que todo el mundo querríamos tener cuando lleguemos a esa edad.
Os pregunto también por vuestra madre. ¿Qué papel está jugando como Dama Templaria?
Las mujeres por desgracia en este mundillo de los moros y cristianos quizás todavía no ocupan ese papel que también se merecen. No obstante, no deja de ser la dama del capitán.
Es cierto que nuestra madre es de otra manera de ser. También lo disfruta, pero de otra forma. Desde luego nosotros que la conocemos sabemos que está muy a gusto estando junto a su marido, sus hijos y demás familia.
«La gente ve en nuestro padre ese espíritu con el que todos querríamos llegar a su edad»
Se está generando muchísima expectación con el boato. Ya sé que no podéis contar mucho, pero… ¿se cumplirán las expectativas?
Es cierto que hay muchas expectativas, pero siento decir que no se van a cumplir… sino más bien las vamos a superar.
Como los dos habéis sido capitanes en el pasado, ¿le habéis dado algún consejo a vuestro sucesor?
El mejor consejo que se le puede dar a un capitán es que lo disfrute porque cuando te quieres dar cuenta esto se ha pasado… y no hay vuelta atrás. Esto es una vez en la vida.
A nuestro padre le costó un poco entrar en el papel desde que fue nombrado capitán en octubre, pero una vez que lo ha asimilado el problema ahora es ver quién lo va a sacar del papel cuando esto acabe (risas). En los primeros actos le resultaba un poco complicado hablar en público, sin embargo ahora está encantado y va volando a todos los lados.