Durante los incendios de gran magnitud, las autoridades tienen la prioridad de salvar vidas humanas. Sin embargo, la cada vez mayor virulencia de los incendios forestales hace que el trabajo de los bomberos y los recursos contra los incendios ya no sean suficientes. Frente a este tipo de situaciones, el Centro de Investigaciones sobre Desertificación (CIDE, CSIC-UV-GVA) participa en el proyecto europeo FirEUrisk, cuyo objetivo es mejorar la gestión de los incendios forestales en toda Europa. «Debemos trabajar con la población para preparar a las personas y que así puedan enfrentar estas situaciones», explica el coordinador del proyecto e investigador en la Universidad de Coimbra (Portugal) Domingos Xavier Viegas.
La mayoría de los incendios ocurren debido a la actividad humana y a la negligencia. Sin embargo, estos últimos pueden evitarse informando a la población sobre cómo prevenir las igniciones y sobre cómo actuar cuando un incendio ya ha comenzado. «Nuestro mensaje para la población es que salven sus vidas, eso es lo más importante. Se trata de incendios que se propagan con tanta intensidad que con la tecnología actual no podemos detenerlos. Por tanto, la ayuda puede no llegar. Es importante darse cuenta de esto», destaca Viegas.
Algunas recomendaciones para actuar ante la cercanía de un incendio forestal, según el coordinador del proyecto:
- Actuar rápido: «Si las personas se encuentran en una situación en la que puede haber un incendio a su alrededor o acercándose, deben tomar decisiones rápidamente».
- Escapar inmediatamente: «Si las personas consideran que es mejor alejarse, deben abandonar el lugar con gran anticipación, no esperar al último minuto».
- Buscar refugio: «Si escapar no es una opción, buscar refugio es esencial «.
La participación ciudadana se vuelve aún más relevante bajo la nueva realidad del cambio climático. «Hay una distribución muy irregular de las lluvias y las temperaturas extremas, aparecen casi al azar. Ahora afrontamos más incendios en primavera, en marzo y abril; y la temporada de incendios se extiende hasta finales del verano, incluso a otoño, con incendios que arden hasta finales de septiembre, octubre y, a veces, incluso en noviembre», explica Viegas. En una situación tan volátil, las condiciones pueden cambiar repentinamente y complicar el trabajo de supresión del incendio. Por tanto, los expertos destacan que, para salvar vidas, las poblaciones deben estar preparadas y saber cómo responder.
Herramientas para decidir en función del fuego
FirEUrisk trabaja con autoridades a nivel local, nacional y europeo para mejorar la toma de decisiones y la información que recibe el público, a través de investigaciones científicas y herramientas que evalúan el riesgo de incendio. Un ejemplo es el desarrollo de un mapa sobre los combustibles a partir de la cobertura vegetal existentes en Europa.
De todos los factores involucrados en el comienzo y comportamiento de los incendios, «la vegetación es el único factor que podemos modificar y cambiar de alguna manera», señala el coordinador del proyecto. El mapa europeo desarrollado dentro del proyecto brinda a los investigadores recursos para comprender el comportamiento del fuego. Además, es útil para los decisores políticos ya que permite realizar un cálculo estratégico del riesgo de incendio que incluye, no solo al clima, sino también a los hogares, las personas y las infraestructuras.
Estas herramientas son clave si se tiene en cuenta que la sequía y las temperaturas extremas actuales han dado lugar al mes de julio más caluroso registrado hasta la fecha, en el hemisferio norte. «La falta de lluvias ha creado un efecto acumulativo en la sequedad de la vegetación», explica Viegas.
Las condiciones de sequía actuales provocan que los incendios se propaguen muy rápidamente y con mucha virulencia. Esta es la situación actual en Portugal, España y Grecia, donde la sequía es mucho más severa. “Las consecuencias han sido devastadoras: los incendios ya han arrasado con Sicilia, Cerdeña y Rodas, obligando a que miles de personas evalúen estos destinos turísticos. Estos incendios pueden amenazar muy fácilmente la vida de las personas», concluye.