¿Quién, estando en una fiesta, no ha oído aquello de ‘una cassalleta i mon anem’ (una cassalla y nos vamos)? Es la frase, casi ya un himno, que gritamos cuando no queremos que la diversión se acabe, pero es inevitable, porque la ‘cassalla’ -tan valenciana, tan nuestra- es una bebida que no puede faltar en ninguna celebración.
La popular frase llegó a tanta gente que el grupo ‘La Gossa Sorda’, de la localidad alicantina de Pego, le quiso hacer un homenaje a esta bebida anisada en su canción ‘Cassalla Paradise’. Se trata de un licor espirituoso que se obtiene de la destilación de granos de anís, logrando un aguardiente seco, de 40-45 grados, y prácticamente transparente.
Sin embargo, y pese a su alto consumo en la Comunitat Valenciana, su origen no es de la terreta, ni mucho menos, sino de un pequeño pueblo sevillano llamado Cazalla de la Sierra, de ahí su nombre.
Sus inicios
A lo largo de los siglos XV y XVI, en la mencionada localidad hispalense, hubo una sobreproducción vinícola. Con el alcohol restante se comenzó a fabricar con acierto una nueva bebida: fue tal el éxito, que el municipio de Cazalla de la Sierra llegó a tener hasta quince destilerías dedicadas a la producción de este aguardiente.
Con el paso del tiempo, la popularidad de la bebida se expandió a la mayoría de rincones del país, cuajando especialmente en la zona de València. Se la bautizó también con el nombre de ‘cazalla’ (‘cassalla’ en valenciano).
A día de hoy es muy consumida en la Comunitat Valenciana, principalmente en las comarcas de La Marina Alta, La Safor, La Ribera Alta y Baja y La Vall d’Albaida, y en celebraciones como Moros y Cristianos, Fallas, Hogueras o cualquier otra festividad.
Procedente del pueblo de Cazalla de la Sierra (Sevilla), cuajó especialmente en la Comunitat Valenciana
Preparación y beneficios
La receta de la cassalla, o licor de anís seco, sigue siendo muy artesanal y ha permanecido casi inalterada desde hace siglos: las semillas de anís se maceran en alcohol y se dejan en infusión durante meses, hasta que una vez finalizada se agrega azúcar y agua para lograr el licor definitivo.
Se piensa que posee muchos beneficios, tanto físicos como mentales, siempre que se consuma con moderación. Puede ayudar a la digestión -o al apetito- y a la relajación, además de ser un gran estimulante y buena para la circulación y el sistema respiratorio.
“La cassalla es un licor dulce y fuerte que revitaliza el cuerpo y el alma”, dice una leyenda valenciana. Existen muchas maneras de disfrutar de este delicioso licor, dependiendo de la zona: solo, con hielo o mezclado, como les indicaremos a continuación.
Existen muchas maneras de consumirlo, según la zona: chupito, ‘sequet’, ‘palometa’, ‘canari’, ‘barrejat’…
Formas de consumirla
Una de las maneras más comunes de beber cassalla es mediante chupito. Ya en la provincia de Alicante es más típico el ‘sequet’, que no es más que un chupito acompañado seguidamente de un vaso de agua fría.
La paloma o ‘palometa’ mezcla una parte de anís con cuatro de agua fría. El resultado es una bebida blanquecina -por eso su nombre-, suave. También se puede servir con hielo, añadiendo primero el anís, después hielo y finalmente agua.
El ‘canari’ combina cassalla con refresco o granizado de limón, normalmente en un vaso de tubo, al tiempo que el ‘barrejat’ lo mezcla con vino moscatel o mistela. Es muy típico de València y Castellón para concluir un buen almuerzo. Una variante de este último, en la Región de Murcia, es el revuelto o ‘láguena’, que combina a partes iguales cassalla y vino dulce, quedando una bebida dulce y seca.
Pese a su sabor dulce y delicioso, es una bebida alcohólica cuyo consumo recomendamos sea con moderación
¿Cuándo se toma?
La cassalla está vinculada con la fiesta, las bodas o las celebraciones y, aunque no hay un momento específico de cuándo tomarla, es habitual en las comidas -antes o después-, siendo idónea para los periodos estivales, ya que fría resulta muy refrescante.
Insistimos, no obstante, que se trata de una bebida bastante fuerte y recomendamos su consumo con moderación, a ser posible combinándola con agua fría o refresco de limón. ¡Recuerda que el alcohol siempre se debe consumir con cautela, porque todo en su término medio es bueno!
Recetas con cassalla
Por último, como no podía ser de otro modo, también se emplea en la preparación de recetas, sobre todo en repostería. Deliciosas son las rosquillas de cassalla, que se elaboran con masa de harina, aceite y una tacita del licor, antes de darles la forma de rosquilla y decorarlas. A continuación, al horno hasta que estén al gusto.
Igualmente, los higos con cassalla, que se dejan en el licor de anís macerándose durante semanas. Después se diluyen en agua.