Cuando uno observa el conocido letrero de Hollywood sabe dónde está, en la meca del cine, en uno de los distritos más conocidos de la ciudad de Los Ángeles. Lo que muchos no saben es que fue creado en 1923 como parte de una campaña publicitaria y que en un primer momento sus letras formaban la palabra ‘Hollywoodland’.
En la Comunitat Valenciana tenemos su símil, concretamente en la localidad de Cullera, donde sus enormes letras -pintadas sobre la montaña- cumplen medio siglo de historia. El propulsor de esta iniciativa fue Enrique Torres Gómez, persona muy recordada en la localidad “por llevar a Cullera a lo más alto” y ser el artífice de rescatar la llave original que abría la puerta ferriza del castillo.
Existen otros rótulos, repartidos por el mundo, que emulan al de California. También muy popular es el existente en la turística ciudad de Brasov (Rumanía) o el de Disneyland (Estados Unidos), sin olvidarnos del de Mora de Ebro, en la provincia de Tarragona. Pero el de Cullera tiene algo especial que vamos a descubrir.
Años sesenta
La actual Cullera comenzó a formarse en los años sesenta, cuando el ‘boom’ por el turismo de playa cambió el panorama urbanístico de tantas localidades de nuestro país. El municipio valenciano dejó de fundamentar su economía en la agricultura a hacerlo en las miles y miles de personas que acudían a ella todos los veranos.
Esa realidad se mantiene a día de hoy, con masificados periodos estivales que dan paso a inviernos mucho más tranquilos, en ocasiones desérticos. Estos constantes movimientos en el panorama urbano vinieron acompañados de otras ‘locuras’, siendo una de las más curiosas las letras de la montaña de Cullera.
Fue creado en 1973 por iniciativa de Enrique Torres Gómez y otros vecinos de la localidad
Enrique Torres Gómez
Marmolista y escultor de profesión, Enrique Torres Gómez vivió por y para su municipio natal, con numerosas ideas para su mejora, como por ejemplo la creación de un parador u hotel en la Penyeta del Moro.
Entre las propuestas que puso más empeño, la de llevar el nombre de Cullera a un lugar más elevado, a la montaña homónima o Sierra de los Zorros (en valenciano llamada ‘muntanya de les rabosses’). Así, junto a un grupo de amigos, se le ocurrió pintar un enorme letrero con el nombre de la población.
Está hecho con una pintura especial, no cal, y se puede apreciar desde varios kilómetros
Medio siglo
La singular aventura de estos hombres, iniciada en 1969, se ejecutó finalmente en el verano de 1973. Se trata de unas letras de dimensiones espectaculares -casi la longitud de un campo de fútbol-, ubicadas a una altura de unos cuarenta metros. Cada una posee una amplitud de tres metros, permitiendo que se vislumbren desde cualquier punto de Cullera e incluso desde la autovía.
Sus letras están hechas en blanco sobre la roca con una pintura especial, no cal como piensan muchos. Como indicábamos se pueden ver desde kilómetros de distancia y en ocasiones se iluminan por las noches.
A lo largo del presente verano, por medio del ayuntamiento, se han llevado a cabo una serie de actos para celebrar el cincuenta aniversario de las letras de Cullera. Se limpió toda la superficie, eliminando los matorrales secos y rellenando todas las letras para hacerlas más visibles (el último repintado fue en 2017).
En la actualidad las letras son, sin duda, un icono del municipio y su imagen más reconocible
Motivo promocional
Las letras de Cullera, hoy presentes en infinidad de publicaciones, libros y guías turísticas, se crearon con el motivo de promocionar el municipio y sus playas, menos frecuentadas que las de Gandía o los arenales de la costa alicantina. Nuestros protagonistas sabían que la iniciativa debía ser diferente, un golpe de impacto que llamase la atención. Había otro motivo, que únicamente conocen los más allegados y familiares de Enrique Torres, y que conservan como un secreto.
Desde su creación han sufrido diferentes anécdotas, como el día que el letrero de Cullera amaneció como ‘Culebra’, o cuando el consistorio local intentó que se incluyera en el Libro Guinness de los Récords, hito que nunca se consiguió. En 2014 alguien tuvo la ‘brillante’ idea de encender los fuegos artificiales en la montaña, provocando un incendio en las faldas del castillo.
Atractivo turístico
En la actualidad son muchos los que guardan un especial cariño al letrero, especialmente los turistas, a los que se les dibuja una sonrisa en la cara cuando ven aparecer, a lo lejos, ‘Cullera’ después de un largo viaje.
Todo un icono, ha quedado inmortalizado en miles de álbumes familiares y sitios online, brindándole mayor relevancia a uno de los destinos preferidos del Levante valenciano. Sin duda, no hay mejor publicidad para el municipio que las famosas letras, su imagen más reconocible.