¿Te imaginas vivir como un monje? Pues está al alcance de tu mano. Tan sólo a treinta kilómetros (apenas media hora) de València se encuentra el monasterio de Sancti Spiritu, más conocido como Santo Espíritu. El municipio de Gilet, en pleno corazón de la Calderona, alberga a una comunidad de monjes franciscanos que decidió abrir las puertas de su hospedería para que cualquier visitante disponga de cama y plato.
Aunque parezca mentira por lo modesto de sus instalaciones, la hospedería está muy solicitada. En plena vorágine hipertecnológica y con sociedades sobrestimuladas, son muchas las personas que buscan un remanso de paz y un entorno natural. Así, comunidades religiosas, grupos de empresas y particulares aspiran a disfrutar de unas instalaciones que se acompañan de un menú que incluye desayuno, comida y cena.
No aceptan reservas
El ciudadano del siglo XXI cada vez se siente más hastiado y encuentra dificultades para buscarse a sí mismo. A fin de pasar unos días en silencio y rodeado de naturaleza, las puertas del monasterio se abren a los seglares. Esa huida del bullicio, ese anhelo de volver a la madre naturaleza y ese querer vivir desactualizado se ubica a apenas treinta kilómetros al norte de València.
La Hospedería Santo Espíritu del Monte posee un número de teléfono al que se puede llamar y, según horario, logrará ser atendido por esta vía el futuro cliente. Las explicaciones son claras y concisas. Ahora bien, no se toman reservas ni datos personales por teléfono.
Aquel que desee alojarse deberá escribir un correo electrónico y esperar la respuesta en relación con la disponibilidad de la habitación en las fechas que haya solicitado. “De lunes a jueves es más fácil encontrar habitación con cierta premura, pero si es para un fin de semana, suele estar todo ocupado a dos o tres fines de semana vista casi siempre”, nos indican desde la propia Hospedería Santo Espíritu del Monte.
El ciudadano del siglo XXI cada vez se siente más hastiado y desea buscarse a sí mismo
Un mínimo de dos noches
La estancia mínima en la Hospedería Santo Espíritu del Monte es de dos noches. El precio de cada noche ronda los sesenta euros. Por ese precio, el cliente goza de las tres comidas del día: desayuno, comida y cena. Para contactar con la hospedería, el teléfono es 962 620 011, en días laborables de 9:30 a 13 horas, y el siguiente correo: hospederia@santoespiritu.org.
Dado que las instalaciones se encuentran en el propio monasterio, también se puede asistir a las liturgias ordinarias. “Sí que está permitido, además del alojamiento y las comidas, sumarse a las distintas misas programadas; ahora bien, pasear por el resto de las instalaciones donde hacen vida los monjes, no”, puntualizan desde la institución.
Como mínimo la estancia es de dos noches y el precio de cada una ronda los sesenta euros
Canal de cocina
En lo que atañe a la gastronomía propia de Hospedería Santo Espíritu del Monte, cabe destacar su presencia en medios de comunicación y redes sociales, tal y como se comprueba en las distintas redes sociales donde la institución tiene cuenta. Tal es el caso, por ejemplo, de la plataforma Facebook, donde registran casi 300.000 suscriptores.
De manera periódica, además de anunciar actos litúrgicos y recordar ciertas fechas de interés del calendario cristiano, también se cuelgan vídeos en los que el padre Ángel explica sencillas recetas en apenas media hora. Con el título ‘Cocina Franciscana’, fray Ángel acude cada lunes con un plato de fácil elaboración mientras hace alguna referencia bíblica.
María de Luna, esposa de Martín I de Aragón, fundó el monasterio
Origen del monasterio
El monasterio fue fundado por María de Luna, esposa de Martín I de Aragón, a raíz de la pacificación de Sicilia. Para ello contó con la donación de los terrenos de Jaumeta de Poblet, viuda de Pedro Guillermo Catalán, señor de Gilet, que heredó la propiedad junto con su hija Juana, confirmando la donación del Papa Benedicto XIII en 1403.
En el testamento de María de Luna, redactado en 1404, donaba a los frailes del Sancti Spiritu (Santo Espíritu) el convento del mismo nombre que ella había promovido para ellos. El rey Fernando el Católico solicitó la cesión del convento de las Trinitarias, accediendo al deseo de sor Isabel de Villena, pero esto no llegó a consumarse y el monasterio permaneció abandonado hasta 1491. En 1692, tuvo lugar la inauguración de la iglesia actual.
Vaivenes de la historia reciente
Durante la guerra de la Independencia española, los frailes abandonaron el convento convirtiéndose en un hospital. En 1813, los frailes regresaron y ya en la desamortización, los extensos pinares pasaron a manos del Estado. Las décadas avanzaron y tras la guerra civil española se multiplicaron los novicios.
En la actualidad mantiene su condición de colegio y dispone de un museo con obras y una poderosa biblioteca. Su fundamento, no en vano, reside en ser lugar de estudio (disfruta de 80.000 obras y aspira a ser referencia del mundo franciscano) y oración.
Después de un periodo de reformas y renovación de sus instalaciones, la hospedería abrió de nuevo en marzo de 2014. Hoy en día cuenta con varias salas, ascensor y una habitación adaptada a discapacitados.