Sandra Polop / Cantante
Los fans de Operación Triunfo (OT) recuerdan principalmente la primera edición, aquella que ganó Rosa López y lanzó al estrellato a tantos artistas inolvidables, como David Bisbal, David Bustamante, Chenoa o la propia ‘Rosa de España’.
El formato decayó ligeramente en los dos siguientes años, hasta que el cambio de cadena provocó un resurgimiento: en 2005 participaron Edurne, Soraya Arnelas, Fran Dieli y, por supuesto, nuestra protagonista, Sandra Polop (València, 19-julio-1988), que con apenas dieciséis años rompía todos los récords de precocidad.
Hoy, muchos años después, aquella ‘niña’ -que sorprendió por su madurez- es una cantante consolidada, además de una mujer brillante, locuaz y extremadamente simpática. Estuvo cerca de representar a España en Eurovisión y también participó en numerosos programas de televisión, pero reconoce que tiene la espina clavada de todavía no haberlo hecho en ‘Tu cara me suena’.
Fallera y orgullosa de su tierra, entre sus proyectos actuales destaca la obra de teatro que está interpretando en el teatro ‘Fígaro’ de Madrid, ‘La fiesta del rock’, y, obviamente, las clases que ejerce en su exitosa Escuela de Artistas.
«Mis padres eran muy fans de los karaokes y siempre viví en ese entorno, hasta que me decidí a cantar»
¿Cómo llega la música a tu vida?
Se dice aquella frase que una artista nace o se hace. Soy de la opinión de que suceden las dos cosas, es decir, que nace como artista, pero debe crearse, formarse e identificarse con el perfil de artista que es.
A mi vida, antes que el canto, llegó la música en general: comencé haciendo danza, luego ballet, baile de salón, interpretación… Además, mis padres eran muy aficionados a ir a karaokes con amigos y desde siempre viví en ese entorno, hasta que un día me animé a cantar.
¿Alguien de tu familia cantaba?
Mi madre afinaba muy bien, no a nivel profesional, y no sorprendió que yo también lo hiciera. De hecho, vengo de una familia tremendamente musical, siempre respetando el gusto por las artes escénicas y fueron ellos los que me fueron introduciendo.
En el instituto te atreviste a interpretar a Rizzo, de ‘Grease’.
Sí, tendría unos trece o catorce años. De la misma forma que participaba en la Comisión de Fallas, en los Salesianos de San Juan Bosco teníamos la suerte de disponer de un teatro maravilloso, actividad a la que obviamente estaba apuntada.
El año que interpreté a Rizzo fue el detonante de pensar “esto me gusta, pero no solo para los fines de semana, sino para dedicarle mucho más tiempo”. Era mi vocación, lo tenía clarísimo.
¿‘La quinta avenida’ marca un antes y un después para ti?
Fue la primera orquesta en la que empecé mi andadura un poco más profesional. Anteriormente había participado en un concurso de la Comunitat Valenciana llamado Fiestas Unidas por la Música (FUM).
Quedé tercera clasificada y en el concurso conocí a mucha gente del sector musical y profesional, entre ellos mi amigo Álex Forriols, al que amo y quiero con todo mi corazón. Él ganó ese certamen, forjamos una gran amistad y entramos juntos como solistas de ‘La Quinta Avenida’.
«Soy una cantante camaleónica y polifacética, quizás porque siempre he ido escuchando diferentes estilos»
¿Qué referentes musicales tenías entonces?
Van cambiando, en base un poco a lo que te rodea. De pequeña, como mi núcleo eran mis padres, escuchaba sobre todo música española, como Ana Belén, Víctor Manuel, Gloria Estefan, Juan Luis Guerra, Marc Anthony, Luis Miguel o Nino Bravo, cantantes siempre muy melódicos.
¿Sigues teniendo mitos?
Ahora quizás más, no solo los que tenía de pequeña, como algo inalcanzable, sino que soy fan de cualquier persona que se atreva a tomarse en serio y a labrarse un camino dentro del mundo artístico. Tiene todo mi respeto y admiración.
¿Cuál es tu estilo?
Soy una cantante bastante camaleónica y polifacética, quizás porque siempre he ido escuchando diferentes estilos, en función de la gente que me rodeaba.
En estos momentos me ubico en el pop, es mi base, pero sí es cierto que durante una etapa de mi vida -cuando estaba en ‘La Tribu’- estuve envuelta de mucho rock. Tengo muchos conocimientos sobre ese género, que me divierte una barbaridad y hace que se identifique con mi personalidad. No me gusta clasificarme con algo concreto, pues los artistas somos almas libres que dependiendo de los estados emocionales podemos estar en un punto u otro.
Viajemos en el tiempo, a la cuarta edición de OT, en 2005.
Tenía dieciséis años, pero mucha personalidad y nervio. Siempre he sido una chica muy echada para adelante, muy resolutiva y a mis padres, que fueron unos valientes, les pudo más el verme feliz, ver cómo me brillaban los ojos ante la posibilidad de dedicarme a lo que yo quería.
«Cuando entré en Operación Triunfo con dieciséis años recuerdo que mis padres sentían más vértigo que yo»
¿No tenías vértigo?
Siendo honesta, recuerdo que tuvieron más vértigo mis padres que yo. Con dieciséis años te da miedo cuando has saltado, no antes. Me dan más respeto las decisiones a día de hoy que en ese momento.
Cuéntanos cómo fue el proceso de los exigentes castings.
Maravilloso, como si mis padres me hubieran apuntado a un campamento de verano musical, porque esa edición fue la única que se hizo en verano.
Realmente yo no me presentaba, fui a acompañar a Álex Forriols, a quien le daba algo de miedo ir solo. Al final también me apunté, me cogieron y pude vivir una experiencia única. Mi amigo, que ese año lamentablemente no pudo entrar, sí participó años más tarde.
Se cumplía un sueño.
No me había planteado formar parte de un programa tan grande, pero desde luego fue maravilloso poder participar y vivir todo lo que ha venido después.
¿Cómo asimilaste la fama?
Es una de las preguntas que más he trabajado durante años con mi terapeuta, porque es clave para el desarrollo de tu vida.
No lo asimilas en el momento, estás en una nube y un poco viajando con la inercia de lo que lleva ese producto. En todo este proceso son fundamentales tu familia y amigos, porque ellos, desde otro punto, veían desde fuera todo lo que se iba generando, esa locura vertiginosa.
Me decían “está muy guay lo que estás viviendo, no te debes perder nada, pero jamás olvides que esto tiene que ver con un formato, un proyecto que es conocido mundialmente y que iba a funcionar conmigo y con cualquier otra artista”.
«He participado en muchos programas de televisión, pero me queda, y lo conseguiré, estar en ‘Tu cara me suena’ (ríe)»
Te cambió la vida.
Sí, me mudé a Madrid, porque quería seguir aprendiendo y formándome. Empecé a trabajar técnica vocal, piano e interpretación, además de hacer terapia, ya que mis padres pensaron que un ‘coach’ mental me tendría que acompañar constantemente a lo largo de esta carrera, para entender que no todo lo que me iba a pasar era bueno.
Pienso que un artista no es un individuo, sino un equipo, desde su profesor de canto hasta su mentor, pasando por su representante o director de marketing. Y es importante que desde el principio suceda así para emprender un camino que, a veces es duro, pero que no sea injusto.
Otras aventuras televisivas fueron ‘Al pie de la letra’, ‘Los mejores años de nuestra vida…’.
Al estar en Madrid me fueron surgiendo nuevas propuestas televisivas, que era de donde había nacido públicamente. ‘Al pie de la letra’ era un programa maravilloso que había en Antena 3, en el que me lo pasé genial y aprendí muchísimo musicalmente hablando.
En ‘Los mejores años de nuestra vida…’, de TVE, compartí momentos con otros compañeros de OT, así como en ‘¡Qué tiempo tan feliz!, de María Teresa Campos.
Han sido muchos los programas en los que he participado, pero me queda una espinita, que es participar en ‘Tu cara me suena’. Lo tengo entre ceja y ceja y hasta que no lo consiga no voy a parar (ríe).
¿Estuviste cerca de representar a España en Eurovisión?
Exacto, el mismo año que fue mi compañera Soraya Arnelas. Estuve en la final de la preselección, con un proyecto de Alejandro Abad que se llama ‘El secreto de Álex’. No pude ir a Eurovisión, pero la experiencia fue muy positiva.
En 2011 entras en ‘La Tribu’.
Sí, es una formación de ‘covers’, parecido a una orquesta -aunque únicamente de pop-rock- e íbamos por toda España haciendo entre ochenta y noventa conciertos anuales, muchos de ellos en verano.
Éramos una familia, yo era la encargada de mis chicos y estuve nueve años, hasta la pandemia.
¿Tenías otros proyectos en marcha?
Siempre tuve inquietud por crear formatos propios, como ‘Pop Ladies’, en el que somos dos chicas haciendo voces. Me acompañan Sandra Acosta y Sabrina Navarro. Es un tributo a las mujeres, tanto nacionales como internacionales.
A partir de la pandemia desarrollo, junto a mi compañero Xus Soriano, ‘Zulu’, que es un tributo de covers-rock nuestro, propio.
«Estar en la Academia me cambió la vida; después me trasladé a Madrid porque quería seguir formándome»
¿Qué es lo próximo que harás?
Después de dos años de musicales deambulantes por toda la Comunitat Valenciana con la firma Excelsior, desde el uno de octubre estaré en el teatro ‘Fígaro’ de Madrid con el musical ‘La fiesta del rock’, de las Rocking Girls.
Se representa los domingos por la mañana, un musical-concierto infantil en el que introducimos el rock para niños. La capitana, Belén Estrada, está de baja por maternidad y yo la voy a sustituir hasta que regrese.
También tienes un sentido didáctico, te gusta enseñar.
Hace siete años comencé a impartir clases de ‘coaching’ escénico en diversas escuelas de València, centros de música donde se imparte canto.
Siempre he pensado que la voz es la base de un artista, es importantísima, sin serlo todo, porque un artista se forma por el carisma, tablas, puesta escénica o la manera de actuar.
Decidí, ya que me había formado en ello, comenzar a dar clases. Funcionó extraordinariamente bien hasta que llegó la pandemia, período terrible para todos los artistas a nivel mundial.
¿Y qué sucedió entonces?
Mi pareja me aconsejó que si no podía trabajar para otras escuelas lo hiciera para mí misma, y así fue. Creé una escuela con mi nombre y ahora se llama Escuela de Artistas.
Hemos estrenado el nuevo curso a principios de octubre y contamos actualmente con más de setenta artistas. Damos, además de técnica vocal y ‘coaching’ escénico, interpretación, canto coral, historia de la música, preparación para castings…