Entrevista > Pere Soler i Martínez / Técnico del Archivo Municipal de Altea (Altea, 1976)
Para muchos, la tarea de clasificar, ordenar, guardar y conservar miles de documentos puede resultar un trabajo no sólo tedioso, sino tremendamente aburrido. Sin embargo, esa labor resulta fundamental cuando de guardar la memoria de una sociedad se trata. En Altea, Pere Soler i Martínez es el encargado de realizar esas y otras muchas tareas al frente del archivo municipal.
La Villa Blanca no cuenta con un cronista oficial, pero Soler i Martínez asegura que no es la función de la institución en la que trabaja suplir la labor de esa figura; sino que su principal objetivo debe de ser el de facilitar a los investigadores la mayor cantidad de información posible, para que sean ellos los que la interpreten y puedan dar respuesta a las preguntas que, a la hora de estudiar la historia alteana, puedan ir surgiendo.
Interpretar el pasado
El responsable del archivo municipal explica en esta entrevista con AQUÍ en Altea cómo, a través de los muchos documentos que se han ido reuniendo todos estos años, se pueden llegar a entender muchas de las decisiones tomadas en su momento; e, incluso, aprender de los errores cometidos entonces, poniendo un claro ejemplo de ello en el desarrollo urbanístico de la segunda mitad del siglo XX, en el que conceptos como la sostenibilidad brillaban por su ausencia.
Lamenta Pere Soler i Martínez, eso sí, la escasa documentación existente sobre el pasado de la Villa Blanca más allá del siglo XX, documentos que hoy en día podrían ser muy útiles para estudiar cómo una pequeña villa marinera ha acabado convirtiéndose en un gran destino turístico de fama internacional.
«Los archivos no son cronistas; conservan las fuentes de información para que los investigadores puedan obtener respuestas a sus preguntas»
En primer lugar, querría que explicara cuál es la labor principal de un archivo municipal como el de Altea y qué se hace para alcanzarlo.
El Archivo Municipal de Altea es un servicio público de gestión y titularidad del Ayuntamiento de Altea. El archivo es el encargado de reunir, custodiar, organizar y difundir la documentación generada por la administración municipal en el desarrollo de sus competencias.
¿Qué hacen para poder cumplir con esos objetivos?
Para cumplir estos objetivos desarrollamos una serie de tareas y operaciones: clasificación, ordenación, descripción, instalación, conservación, atención al usuario. Además, contamos con una infraestructura que permite tratar y preservar la documentación de manera adecuada. Aunque de plantilla, sólo se cuente con una persona para un servicio que atiende a toda la administración municipal y a los ciudadanos.
Servimos a la administración municipal como soporte en el desarrollo de sus tareas administrativas, y a los ciudadanos, como servicio público; regulamos y facilitamos el acceso a la información, ya sea por conocer el pasado o por defender sus derechos ante la administración.
En Altea no existe actualmente la figura del cronista oficial. ¿El archivo municipal suple, de alguna manera, esa función?
Los archivos no son cronistas; conservan las fuentes de información, en la mayoría de los casos primaria, para que los investigadores puedan obtener respuestas a sus preguntas. De ahí que sea muy importante tener un sistema archivístico y conservar la documentación.
Es una suerte de ‘libro de historia’ de Altea.
Sin documentos no hay historia o, si la hay, no sería una historia contrastada. Lamentablemente, el Archivo Municipal de Altea no conserva abundante documentación anterior al siglo XX, pero si conservamos adecuadamente la actual, en un futuro se podrá tener un conocimiento certero del pasado.
Los alteanos del siglo XXII tendrán un mejor conocimiento de la Altea actual, que el que nosotros tenemos de la Altea del siglo XIX o del siglo XV, por ejemplo.
«Sin documentos no hay historia o, si la hay, no sería una historia contrastada»
Supongo que en el Archivo Municipal de Altea se conservan un sinfín de documentos y artículos que nos permiten entender mejor el pasado del municipio y, con ello, nuestro presente. ¿Cuál es el archivo u objeto que, a su juicio, tiene un valor patrimonial más importante?
Como hemos indicado antes, no conservamos documentos municipales muy antiguos. Pero en los fondos personales donados, sí existe documentación que puede ayudarnos a completarla. Muchas veces de los archivos solo se valora el hecho patrimonial o histórico y se olvida la función que hacemos como garantes de los derechos de los ciudadanos.
Aparte de la memoria colectiva, también guardamos información con valor legal, que en un momento determinado un ciudadano pueda necesitar en su relación con la administración.
¿Y el más bizarro o el que más le haya podido llamar la atención?
Como extravagante ninguno. Ahora bien, como la mayor parte de la documentación es de carácter administrativo, en los fondos personales que tenemos me llama la atención recordatorios de comuniones o bautizos.
Y del fondo de Ramón Llorens, las planchas de imprenta de las cubiertas de algunos de los libros sobre temas locales que escribió y editó.
Este mismo verano realizaron una actividad con niños en edad escolar de la que surgió una exposición que hablaba del pasado, presente y futuro de Altea. ¿Se muestran interesados los más pequeños por la historia de su pueblo?
Sí, realmente la actividad y la exposición fueron ideadas por Gea Academy, una escuela de verano privada de la localidad. Desde el archivo pusimos la infraestructura para que conocieran las instalaciones y las funciones del archivo como institución.
Eran niños entre los tres y los nueve años de edad, y es gratificante la atención que muestran en las explicaciones y la actitud curiosa que mantienen durante la visita.
«Tendrán un mayor conocimiento de la Altea actual los alteanos del siglo XXI, mejor que el que nosotros tenemos de la del siglo XIX o del siglo XV»
En ese sentido, ¿cuáles son los temas del pasado de Altea que más curiosidad despiertan en ellos?
La concepción de la actividad buscaba que realizasen una caja de memoria vinculando sus recuerdos familiares y personales con lugares de Altea a través de imágenes. En la visita les enseñamos fotografías antiguas para que identifiquen lugares o perciban ciertos cambios que ha habido en el entorno.
Antes le preguntaba por los documentos u objetos que más valor y más curiosidad le despiertan a usted. ¿Cuáles son los que lo hacen en los niños?
En una vitrina de la sala de consulta exponemos documentos en distintos formatos. Fotografías, dibujos, planos, legajos de papel, libros de actas o padrones, u otro material gráfico. Del fondo de Navarro Ramón suelen identificar un dibujo de Joan Miró, una invitación dedicada al pintor alteano del que era amigo.
¿Cómo se nutre el Archivo Municipal de Altea de nuevos documentos y objetos?
El fondo principal del archivo es el del Ayuntamiento de Altea, el productor de los documentos que ha de custodiar el archivo. Periódicamente se transfiere al archivo la documentación tramitada por los departamentos y oficinas municipales para su gestión.
Por otro lado, también se conservan otros fondos y colecciones documentales a través de donaciones personales. Como el fondo documental del pintor Joan Navarro Ramón, del escritor Josep Martínez Orozco o del bibliotecario e investigador Ramón Llorens Barber, así como otras donaciones de menor volumen.
«Aparte de la memoria colectiva, también guardamos información con valor legal que un ciudadano pueda necesitar en un momento determinado»
¿De qué forma se determina si un documento u objeto actual va a tener valor histórico en el futuro y, por lo tanto, merece la pena ser archivado?
Los documentos, por la información que contienen, poseen unos valores primarios que pueden ser el administrativo, el legal y/o el fiscal; y unos secundarios, el informativo y/o histórico. Los tres primeros vienen determinados por plazos de vigencia. A partir de los plazos de prescripción de los valores se establece la conservación o no de los documentos.
Una de las tareas del archivo es evaluar las series documentales para determinar sus valores, y seleccionar los documentos que han de preservarse definitivamente de los que no. Se considera documento histórico aquel que tiene ese valor y una edad superior a los treinta años desde que fue creado.
Dicen que sólo conociendo bien nuestro pasado se puede entender el presente. ¿Qué nos cuenta el pasado de Altea respecto de su presente?
Es una respuesta que deberían dar los sociólogos, historiadores o los investigadores. Desde el punto de vista archivístico, nos cuenta que no se ha tenido mucho cuidado en conservar la memoria documental.
De igual forma, supongo que la segunda mitad del siglo XX, con el despegue turístico del municipio, será una época en la que se habrán producido los cambios de mayor calado en el pueblo; pero ¿existía ya previsión de que eso pudiera pasar a tenor de lo que se conoce de la primera mitad de ese mismo siglo?
Si los desarrollistas de la segunda mitad del siglo XX hubieran tenido un claro conocimiento de la sociedad y la economía local de principios de siglo, hubieran podido planificar el futuro. Pienso que se hubiera tenido un crecimiento más sostenible, en lugar de uno más posibilista u oportunista.
En la documentación municipal de la segunda mitad del siglo XX, hay dos series documentales que crecen exponencialmente en un tiempo relativamente corto: licencias de obras y el padrón municipal de habitantes.
«En el futuro nuestras herramientas serán digitales, ya trabajamos en un entorno electrónico»
También se dice que para poder prever el futuro de una sociedad, lo mejor es mirar a su pasado. Basándose en eso, ¿qué Altea cree que se nos viene para, por poner un límite temporal, los próximos cien años?
Cuando éramos pequeños escuchábamos a nuestros abuelos hablar de una Altea que nos parecía muy lejana, y ahora me asombro cuando mi generación, que aún no llegamos a los cincuenta años, hablamos de cosas que hemos visto y ya no existen.
Somos más o menos de la misma quinta. Ese cambio no es sólo paisajístico; ya no vemos postales, no se venden carretes de fotos y muchas actividades turísticas de nuestra niñez serían ahora impensables.
De un pueblo de postal hemos pasado a un pueblo de Instagram. Todo va tan rápido que parece que el futuro ya está aquí. No hay que ser inmovilistas, pero sí repensar y prever las acciones. No sé si dentro de cien años nos volveremos a lamentar de falta de planificación y más aún con la crisis climática y con la escasez de territorio.
Ante bienes preciados, Altea, hay que repensar las actuaciones, no podemos correr. El archivo trabaja para poder dar herramientas a quien quiera conocer o interpretar mejor el pasado lejano o reciente. Eso sí, en el futuro esas herramientas serán digitales, ya trabajamos en un entorno electrónico.