Borbotó es una de esas pequeñas localidades rodeadas de huerta en los alrededores de València. Son pocos estos centros urbanos que, al modo de la Galia en ‘Astérix y Obélix’, se resisten a la expansión de València. Los cultivos tradicionales les salvaguardan. Borbotó se enmarca en los Poblats del Nord, un grupo de pequeños pueblos y pedanías que mantienen el tipismo y la identidad valenciana.
En términos gastronómicos la mesa valenciana se distingue por un plato quizá no tan conocido fuera de la Comunitat, pero muy típico en València: arroz con ‘fesols i naps’ (alubias y nabos). Este arroz caldoso, muy demandado cuando bajan las temperaturas, se antoja receta muy querida en comarcas como La Safor, La Ribera o l´Horta, comarca a la que pertenece Borbotó.
Además, en las fiestas del Cristo de la Luz, las más populares en la pedanía, se realizan los actos litúrgicos tradicionales, y otros lúdicos como el día de las calderas, cuando todos los clavarios y vecinos disfrutan de las calderas de arroz con ‘fesols i naps’ en fraternidad.
Salto internacional
Aunque los lugareños conocen bien las virtudes de la gastronomía de los poblados del norte, la ‘fiebre’ gastronómica de Borbotó fue levantada por el chef José Andrés. En su programa de Discoveryplus José Andrés y Familia, donde el propio cocinero junto a sus tres hijas viajan por España, su aventura gastronómica le llevó al bar Cent Duros.
En este bar, que se encuentra de camino al trinquete de Borbotó, José Andrés degustó el ‘esmorzaret’ y la enorme variedad de productos de la huerta de Borbotó que acompaña a las alubias y el nabo que coronan ‘l’arròs amb fesols i naps’. Así, la cebolla, la calabaza y las habas asoman por los huertos que flanquean Borbotó e impregnan el olor de sus viviendas.
Se convirtió en pedanía del ‘cap i casal’ en 1888 por propia decisión de sus vecinos
Carne de cerdo
Pese a cocinarse en cazuela de barro, tiempo atrás se cocinaba en recipientes más grandes para guardar los sobrantes para el siguiente día. Esta tradición perdura en Borbotó y otras pedanías de la huerta. Así, en numerosas ocasiones se cita a vecinos y turistas para elaborarlo en calderos altos y con fuego lento a base de leña de naranjo.
Las judías y los nabos (‘fesols i naps’), productos que se cultivan en los Poblats del Nord, se alzan como los ingredientes principales que distinguen a este plato tan típicamente valenciano. No obstante, existen diferentes variantes en el resto de ingredientes que pueden sustituir la carne de cerdo por vacuno, incorporar cordero o conejo, o sustituir los ‘fesols’ por ‘garrofó’, además de que algunas comarcas también incluyen morcilla de cebolla o legumbres de temporada.
En las fiestas del Cristo de la Luz los vecinos disfrutan en fraternidad de las calderas
Mantiene el tipismo
El tipismo de Borbotó se mantiene firme y brillante en pleno siglo XXI. Desde la huerta hasta las alquerías que brotan en los campos vecinos. En algunas de éstas alquerías el visitante puede ver gansos, gallinas, conejos y demás animales de granja. De camino a Godella, cuando rebrota el olor a naranjo, el cementerio parroquial tiene sus puertas abiertas frente al sinuoso camino.
En Borbotó continúan vivas costumbres valencianas. En muchos de sus portales la cerámica recorre los lindeles. Las alquerías antes citadas ofrecen una estampa de otros siglos y las barreras de los recientes festejos de ‘bou embolat’ todavía aparecen en sus calles. El mes pasado se realizaron varias carreras populares y el trinquete (con su conocido bar) es cuna de grandes pelotaris.
El chef José Andrés alabó los almuerzos de Borbotó en su programa de Discoveryplus
Pueblo hasta 1888
Es una pedanía de València que limita al oeste con Burjasot y Godella; al este con Carpesa; al norte con Masarrojos, Moncada y Benifaraig; y al sur con Poble Nou. Su población censada en 2022 era de 734 habitantes. A nivel histórico, conviene señalar que fue pueblo hasta final de 1888, momento en el cual pasó a ser pedanía de Valencia por decisión de sus vecinos.
Borbotó proviene de una alquería andalusí, tomada por Jaime I de Aragón durante la conquista de Valencia. El rey la donó a Guillem de Caportella en 1238, incluyendo los molinos y hornos, cosa bastante infrecuente ya que estos solían reservarse para control regio. Caportella, no obstante, la cedió a la Orden del Temple el 12 de noviembre de 1238. Algunas antiguas estructuras continúan.
Antiguo matadero
Tal es el caso del antiguo matadero, que consta de un patio descubierto, corralizas y naves de servicio. Todas sus naves están construidas con muros de piedra careada. Estas instalaciones, de no muy grandes dimensiones, siguen la técnica de masonería a base de verdugadas de baldosas. El complejo industrial, no obstante, dejó de ser matadero hace sesenta años.
El Ayuntamiento de València en pleno aprobó el 13 de agosto de 1980 su descalificación como Bien de Servicio Público y se calificó de ‘Bien de Propios’. Actualmente se utiliza como almacén de piedras y sillares para la restauración de monumentos y permanece, desafortunadamente para los visitantes, siempre cerrado.