La historia del aceite en la Marina Baixa y en toda la Comunitat Valencia se remonta, como en muchos otros puntos de la geografía española, a la época de los romanos; y ha estado vinculada desde ese momento a la economía de muchas zonas del litoral mediterráneo, en mayor o menor medida, bien por su producción, bien por el comercio que con el ‘oro líquido’ se hacía desde sus puertos.
Un claro ejemplo de ello, de hecho, se puede encontrar a pocos kilómetros de Altea, en la Vila Joiosa, donde a pocos metros de la costa, descansan los restos del pecio Bou Ferrer, un barco lleno de ánforas que, posiblemente, contenían en muchos casos aceite de oliva para la capital del imperio.
Denominación de origen
Durante siglos, la oliva fue, en muchas zonas de interior, prácticamente el único cultivo posible de desarrollar en un clima como el que, al menos hasta ahora, ha tenido la Marina Baixa. Además, esas mismas condiciones climáticas han favorecido su permanencia a lo largo de esta historia milenaria, lo que, a la larga, ha hecho que no se pueda desligar la cultura de la región de la del propio aceite de oliva.
De hecho, y aunque la más conocida de España sea la de Jaén, la Comunitat Valenciana también cuenta con diversas denominaciones de origen propias en esto del aceite de oliva. En concreto, son ocho y una de ellas, la llamada ‘Montaña de Alicante’, es la que recoge el producto realizado en la Marina Baixa (así como la Marina Alta, El Comtat y l’Alcoià).
Desde hace dos años la almazara se ubica en las instalaciones de la antigua cooperativa agrícola
Abandono de los campos
Sin embargo, a mediados del pasado siglo, el turismo llegó a la región para cambiarlo todo. Primero, fueron los municipios costeros más pobres los que se subieron a ese caballo. Luego, fueron sus vecinos más pudientes, como fue el caso de Altea, donde oficios tan duros como la pesca fueron poco a poco abandonados y sustituidos por otros menos exigentes, al menos, en lo físico; y, sobre todo, menos peligrosos que hacerse a la mar.
Todo ello llevó a un lógico abandono de los campos que afectó considerablemente al cultivo de la oliva, que en muchos lugares, como en los terrenos de la Villa Blanca, quedó reducido a la mínima expresión, haciendo inviables actividades seculares como las de las almazaras.
La Marina Baixa forma parte de la denominación de origen ‘Montaña de Alicante’
Pequeñas producciones
Después de que hace dos años el Ayuntamiento de Altea se hiciera con los terrenos e instalaciones de la antigua Cooperativa Agrícola, la Villa Blanca cuenta con una almazara municipal que, por segundo año consecutivo, va a poder “dar respuesta a la temporada de la oliva en las instalaciones en las que prestaba servicio en el pasado”, tal y como ha explicado el edil de Agricultura y Medio Ambiente, José Orozco.
El concejal alteano ha señalado que “en un principio está previsto que las instalaciones permanezcan abiertas los meses de octubre y noviembre, pero si la demanda de servicio por parte de los agricultores se extiende más allá de noviembre, se alargará su apertura”.
«Contar con la almazara municipal permite mantener y recuperar patrimonio cultural, económico y social del municipio» R. Mompó
Adquisición de un molino de aceite
En palabras del responsable municipal de Agricultura, “desde hace casi una década, el Ayuntamiento de Altea ha dado respuesta a los pequeños propietarios y agricultores que, teniendo campos de olivos, no tenían la producción mínima para poder producir aceite de oliva en las almazaras de la provincia; o no les era rentable por los gastos de transporte y de la molienda en almazaras situadas a kilómetros de distancia”, una situación que, habida cuenta del actual precio del ‘oro líquido’, podría ser cada vez más habitual.
Orozco ha añadido que esta es “una cuestión que el consistorio resolvió en 2011 adquiriendo un molino de aceite que permitiera procesar la aceituna y cuya explotación es municipal”. En 2021, fue en la finca ‘El Moíño’ el lugar elegido para su ubicación durante la campaña de ese año, y ya en 2022 la almazara pudo ser situada en la antigua Cooperativa Agrícola.
Mantener la cultura
“La almazara municipal, además de dar servicio a los pequeños productores de aceite, fomenta la recuperación de pequeñas parcelas de olivares de propietarios no profesionales para el autoconsumo, beneficiando así el campo de Altea, por lo que animo a todos los agricultores y ciudadanos a utilizar un servicio que no deja de ser suyo”, ha concluido José Orozco, edil de Agricultura y Medio Ambiente, quien ha visitado las instalaciones junto al edil de Patrimonio, Rafael Ramón Mompó.
Por su parte, Mompó ha resaltado la importancia que tiene para el municipio de Altea la adquisición de las instalaciones y los terrenos de la antigua cooperativa, “ya que no sólo supone un aumento del patrimonio municipal, sino que permite mantener y recuperar patrimonio cultural, económico y social del municipio, como por ejemplo el poder hacer aceite de tus propios olivos; que es el caso que ahora nos ocupa”.