El Ayuntamiento de Benidorm, a través de la Concejalía de Patrimonio Histórico y Cultural, ha editado un cuaderno de actividades dirigido fundamentalmente al público escolar, centrado en el yacimiento arqueológico del Tossal de La Cala. El cuaderno, que está ilustrado por Malagón, permite descubrir a través de las viñetas cómo era la primera calle de Benidorm, o cómo se organizaba el día a día del fortín.
La obra se ha basado en la información que ya aparece en los paneles realizados por la Universidad de Alicante, en el propio yacimiento, y con las ilustraciones se le ha dado un carácter más ameno y atractivo. El cuaderno acercará a la actualidad de este yacimiento vivo que, dos mil años después, sigue arrojando hallazgos que nos ayudan a comprender cómo pensaban, sentían y vivían aquellos guerreros que hicieron de Benidorm su casa.
«La idea no es que esto sirva como divertimento, sino que sea un material didáctico que aporte»
Las muchas películas de romanos que nos ha dado la industria cinematográfica nos ha dejado a todos una imagen muy fija de cómo eran. ¿Cómo ha sido su proceso para plasmar en dibujos la realidad de los habitantes originales del Tossal de La Cala?
Ha sido un proceso divertido, pero arduo, lógicamente. Sí que es verdad que yo tengo una formación como historiador y eso siempre se nota a la hora de buscar información. Luego he tenido la información que los propios arqueólogos de la Universidad de Alicante me han trasladado, y eso hace que el proceso sea más fácil.
Aun así, es verdad que nosotros tenemos en nuestra mente la imagen de Astérix y Obélix, y esos locos romanos que se vestían de verde, iban con su capa roja y con sus sombreros con el cepillo rojo arriba. Y claro, de pronto, eso no es así.
«Tengo una formación como historiador, y eso siempre se nota a la hora de buscar información»
¿Nunca fue así?
Así vestían en otra época, pero aquí, en la época en la que se hallan los restos, los romanos vestían de una manera un poco más parca, sobre todo los soldados. Entonces, toda esa información se ha ido limando, lógicamente, porque uno se piensa cómo son los escudos y de pronto te dicen que no son cuadrados, que son redondos.
Ese tipo de información ha sido lo más difícil, pero ha sido una gozada, porque es exponer en imágenes algo que, en principio, no tiene nadie en la cabeza. Entonces, es mi mundo llevado al papel para que la gente pueda ver de una manera diferente cómo eran esos restos.
En otras palabras, que ha tenido que estudiar absolutamente todo sobre cómo eran aquellos romanos del Tossal.
Claro, hasta las embarcaciones. Se cambiaron porque al principio era una, luego era otra… Es decir, hay un proceso de verificación de datos para que lo que vean los lectores sea más o menos razonable y fiel a lo que había en ese entonces. No sé, la forma en la que estaban estructuradas las viviendas, que fueran en dos alturas, cómo eran las disposiciones de cada una de las habitaciones, qué hacían en cada una de ellas.
La verdad es que los compañeros arqueólogos me han ayudado mucho y han verificado las imágenes. Les íbamos mandando los bocetos y ellos iban cambiando las cosas. Así que nada, ha sido chulo.
«Ha sido una gozada, porque es exponer en imágenes algo que, en principio, no tiene nadie en la cabeza»
¿Cuál ha sido el dibujo que más le ha costado hacer?
Seguramente, el proceso de construcción de las primeras imágenes, de cómo es el muro y cómo se está construyendo. ¿Por qué? Porque realmente tenía que recrear cómo era el proceso de construcción. Es decir, los materiales, qué elementos utilizaban, qué instrumentos, si había poleas o no. Porque claro, tú en tu mente lo tienes asociado, pero realmente en esa época había unas cosas y no otras.
Todo eso también le da un rollo, no sé, muy divertido, y sobre todo muy ajustado. A mí me parece que los chavales merecen esto y más. O sea, la idea es que esto no sirva como divertimento, sirva porque sea un material didáctico que aporte. En otras palabras, no nos vamos a quedar en la mera decoración, sino que queremos que sea lo más divertido, pero también que aprendan los chavales con esto.
A la hora de ponerle rostro a los romanos, ¿se ha inspirado en alguien real?
No, normalmente voy dibujando personajes según me van viniendo. Lo único reconocible son mis narizotas, que siempre… esas las tienen todos. No suelo pensar en nadie cuando dibujo este tipo de cosas. A veces sí que meto en algunas ilustraciones algún guiño, pero en este caso no ha sido así, son caras anónimas de soldados.