Entrevista > Alba Galán / Enfermera (València, 19-junio-1996)
Fueron héroes. Muchos ya no se acuerdan de ello, pero lo fueron. Otros jamás olvidaremos de lo que fueron capaces de hacer y el número incontable de vidas que salvaron. Les hablamos obviamente de la pandemia y el papel que desarrollaron los sanitarios.
Han pasado más de tres años y, con cierta perspectiva, queremos hablar con una persona que vivió todo ese caos en primera persona. La enfermera Alba Galán, recién salida de la facultad, se enfrentó a posiblemente los peores días de su vida, teniendo casi que decidir -junto a los doctores- quién vivía y quién moría.
También nos comentará la importancia de la psicología, la empatía e incluso el humor con los pacientes, “porque las enfermeras tenemos que saber de todo”. Pese a todo lo vivido, no duda en responder que, si volviera a nacer, se dedicaría a la misma profesión, aquella que ama.
¿Cómo surgió la idea de querer ser enfermera?
Yo nací queriendo serlo y no me imagino trabajando en una profesión sin relacionarme con personas. Conservo vídeos de pequeña diciendo que quería ser enfermera.
Acabas la facultad y llega la pandemia.
Recuerdo que antes de ese horror la gente tenía mucha más paciencia, y el trabajo, aunque muy estresante, se llevaba de otra manera.
Siempre pensé que la pandemia nos haría mejores, pero sucedió todo lo contrario. Tenía fe en que la gente aprendiera a utilizar el sistema, a no colapsarlo, y que valorara tantas horas de guardia, sin descansar. Me equivoqué.
«Pensé que la pandemia nos haría mejores personas, pero ha pasado todo lo contrario»
¿Viste cosas inimaginables?
Sin duda, la realidad superó a la ficción. Todos los sanitarios lo tenemos muy claro. Vivimos situaciones como que quedara un respirador y tener que decidir con el médico -que no sabía qué hacer- a quién se lo poníamos.
¿En ese momento decidíais quién vivía y quién no?
Exacto, la vida de la gente estaba en nuestras manos, literalmente. Lo decidíamos por patología, antecedentes previos, esperanza de vida, edad, calidad de vida del paciente…
Vivimos situaciones tensas, desagradables, y llegabas a tu casa pensando “he matado a alguien”.
«La vida de los pacientes estaba en nuestras manos, decidiendo por patologías, edad, antecedentes…»
¿Te afectó psicológicamente?
Muchísimo, todavía hoy lo hace. Veo documentales de esos momentos y lloro. Durante la pandemia me planteé muchas veces si quería dedicarme a esto, porque me había imaginado una enfermería bonita, no eso.
¿Hubo algún día que dejaste de contar los muertos que habías perdido ese servicio?
Sí, en mi turno, cinco personas. Todo el hospital era una UCI móvil.
Al igual que otras muchas compañeras, después tuvimos que acudir al psicólogo, porque nos costaba entrar en las mismas habitaciones o asimilar que habías perdido a compañeros y pacientes con los que habías creado un fuerte vínculo.
A día de hoy, ¿habéis dejado de ser valorados?
La gente se olvida y lo hace pronto, demasiado. Fue muy bonito los movimientos que se generaron en las redes sociales, como el salir a aplaudir; pero de eso ya casi no nos acordamos.
Recientemente un paciente me dijo que debía estarle agradecido, pues al estar él enfermo yo tengo trabajo.
«El sistema sanitario funciona, sin ser el adecuado; no hay especialidades ni medios suficientes»
¿Cómo son los pacientes actuales?
Mucho más impacientes. Todos estamos bajo el lema ‘vivir el momento’ y lo quieren todo ya, sin esperar.
Diferencias entre una Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (TCAE) y una enfermera.
Tanto la TCAE como la enfermera estamos mano a mano con el paciente. El médico trata la enfermedad y nosotros de cuidar a la persona en todas las esferas: la física -provocada por la patología- y la psicológica o social.
La TCAE tiene un rol diferente en cuanto al soporte del paciente, pero su labor es muy necesaria, tanto técnica como a nivel emocional.
¿El doctor perfecto existe?
No, se cometen muchos más errores de los que pensamos, pero los pacientes apenas se dan cuenta. El sanitario perfecto no existe, y estar todos los días al cien por cien es imposible, porque tenemos nuestra vida, emociones…
Obviamente vuestro estado de ánimo condiciona cómo tratáis al paciente.
Por supuesto. Se nota muchísimo cuando tienes un buen día o no, y no trabajas igual si tienes algún problema familiar, porque tratamos con personas y tu involucración es muy diferente según tu situación anímica.
¿Empleáis la psicología?
Sí. Los sanitarios en general tenemos que saber de todo. Nuestro sistema funciona, pero pienso que no es el adecuado, porque no hay especialidades ni medios suficientes.
Esto hace que, siendo enfermera, tengas que actuar como psicóloga o nutricionista, aspectos que aprendes a base de la experiencia.
¿Qué otras situaciones desagradables has sufrido?
Principalmente entre compañeros, en pospandemia, porque a veces estamos tan quemados que tenemos el síndrome de ‘burnout’: agotamiento físico generalizado.
Además, las conductas distan mucho entre la sanidad pública y la privada.