Entrevista > Clara García / Subcampeona de España de clase ILCA 4 (Altea, 2-septiembre-2008)
En una comarca como la Marina Baixa y, especialmente, en un municipio como Altea, la tradición marinera y, con ella, la de los deportes náuticos ha estado siempre muy presente en el día a día de todos sus habitantes. Es cierto, así lo reconocen muchos de los ‘históricos’ de los clubs náuticos de la región, que el ‘boom’ turístico del pasado siglo provocó que durante un tiempo se viviera muy de espaldas al mar en lo que al deporte se refiere. Pero eso, por fortuna, ya ha cambiado.
Un claro ejemplo lo encontramos en el Club Náutico de Altea, cuna de una muy buena e ilusionante generación de regatistas, entre los que se encuentra una jovencísima Clara García, que se codea ya con las mejores de su generación en España y que despunta ya a nivel internacional con la vista puesta en dar el salto a la clase olímpica.
«Estaba muy motivada en el Campeonato de España y confiaba en mí misma, pero no me imaginaba ese resultado»
Te has proclamado recientemente subcampeona de España de la clase ILCA 4. Para empezar, explícame de qué clase de barco estamos hablando.
Es un barco en el que se navega de forma individual y que antes se llamaba láser. Normalmente, se empieza a navegar en clase Óptimist y luego, cuando coges más altura, eres más mayor y tienes más peso, ya te pasas a la clase ILCA.
¿Cómo fueron aquellas regatas? ¿Ibas ya con la idea de poder conseguir el podio entre las mejores de España?
Ahí estaban las mejores chicas y chicos de toda España y, por lo tanto, no tenía tan pensado que fuera a ganar, porque el año pasado todavía estaba en la categoría Sub-16, que era mucho más fácil. Este año ya navego en la categoría Absoluta y lo veía más complicado, porque había además sesenta chicas, las mejores de España. Estaba muy motivada y confiaba en mí misma, pero no, no me lo imaginaba.
Dices que el año pasado, en Sub-16, era más fácil, ¿a qué te refieres? Al final, estamos hablando de salir al campo de regatas y enfrentarte a unas condiciones de mar y de viento que da igual la edad que tengas, son las que son.
En primer lugar, en Sub-16 hay menos chicas y son más jóvenes. Yo tenía cierta ventaja cuando había más viento, porque soy un poco más alta y en esas categorías, cuando sopla más fuerte, a las chicas más jóvenes que pesan menos y son más bajitas les cuesta más.
El año pasado terminaste como la mejor regatista de la Comunitat Valenciana. De hecho, hace pocas semanas recogiste el premio Mar de Campeones en València. ¿Eso cómo sienta? Lo digo porque, de alguna manera, esa circunstancia te tiene que colocar siempre en el grupo de favoritas.
Al principio de la temporada pasada no empecé muy bien, y luego acabé remontando poco a poco y al final acabé primera. Pero bueno, tampoco me esperaba que fuera a acabar tan arriba, pero en la recta final del año tuve buenas regatas, con buen viento, en las que conseguí hacerlo muy bien.
«Se piensa que es un deporte en el que vas sentado en el barco y ya, pero cuando hace viento te pide muchísimo físicamente»
Me acabas de decir que te suelen venir bien las condiciones duras de viento. Sin embargo, en este campeonato de España se tuvieron que suspender algunas mangas, precisamente, por falta de viento. ¿Se te hizo más complicada la competición por ello?
Estaban programados tres días de regatas: viernes, sábado y domingo. El viernes hizo mucho viento, casi veintitrés nudos, y ahí fue muy bien y ya llevaba a muy pocas chicas por delante.
El sábado no navegamos por falta de viento y no llegamos ni a salir al agua. El domingo hicimos una manga con poco viento y muchísima ola, que son condiciones complicadas al fin y al cabo. Ese día empecé muy mal, pero bueno, acabé remontando.
¿Qué es lo más difícil en el mundo de la vela?
Siempre se piensa que es un deporte en el que tú vas sentado en el barco y no haces nada, pero al final, físicamente, cuando hace viento, te pide mucho, muchísimo. Además, dependes mucho de las condiciones: viento, frío… y se pasa mal. Al final, los que aguantan son los que mejor quedan.
Cuando vienen mal dadas, cuando estás pasando frío, cuando viene esa ola ‘pestosa’, es muy importante el aspecto psicológico. Por ello, entiendo que la concentración es básica en tanto y cuanto estás sobre un campo de regatas que puede cambiar en cualquier momento.
Parece que no, pero psicológicamente también hace muchísimo. Tienes que estar muy concentrado y muy positivo también, porque si has empezado mal y te desmotivas, al final vas a acabar peor. Sin embargo, si vas pensando en ir adelantando cada vez a otra persona, al final intentas remontar. Es importante empezar bien motivado y contento e intentar ir a por lo mejor que puedas.
Comentas que a ti te gustan las condiciones un poco duras, porque por tu fisionomía puedes manejar mejor el barco y hacerlo correr más. Me imagino que eso también dependerá del momento de la regata y que te van mejor los traveses, porque igual en la popa es mejor ir un poquito más ligero.
Así es, porque si te cuelgas puedes llevar el barco más plano. Si físicamente te lo puedes permitir, vas mucho más rápido y mejor.
«En invierno no hay muchas ganas de ponerse todas las mañanas el neopreno y luego estar en el agua pasando frío»
Vamos a volver ahora al año pasado. Estuviste en el campeonato de Europa, que se disputó en Cádiz y terminaste en el grupo oro. ¿Qué es eso exactamente?
Cuando hay muchos regatistas, es imposible hacer un solo grupo y que, por ejemplo, naveguen 120 barcos a la vez. Entonces se suele dividir en dos grupos: oro y plata. Primero empezamos todos con las mismas condiciones, pero los dos últimos días, dependiendo de cómo has quedado, se dividen en esos dos grupos y al oro pasan los mejores clasificados.
¿Cómo te sentías al estar ya no entre las mejores de España, sino entre las mejores de Europa?
Muy bien. Tuvimos condiciones muy duras en el Europeo y ahí también había chicas enormes y muy fuertes y la verdad es que había mucho nivel. Disfruté, aprendí y me lo pasé muy bien.
Si hablamos de nacionalidades, ¿quiénes son las mejores?
Recuerdo que hay una que es ucraniana, que es muy buena.
Uno pensaría de entrada que es en verano, cuando hace más calor y apetece más meterse en el agua, porque, como has dicho, en invierno se pasa mucho frío. ¿Eso es lo más fastidiado de hacer vela a nivel competitivo, el tener que ir días de diciembre, enero, febrero… a meterte en el agua?
Sí, la verdad es que no hay muchas ganas de ponerse todas las mañanas el neopreno y luego estar en el agua pasando frío. Pero bueno, al final te acostumbras y si te gusta pues es lo que hay. Te aguantas y disfrutas como sea.
«Ya estoy haciendo regatas de ILCA 6 para ir poco a poco intentando clasificarme»
¿Cuántos días a la semana regateas o entrenas?
Entrenamos todos los findes: los sábados y domingos. En cuanto a las regatas, normalmente tenemos una o dos al mes.
El ILCA 4 no es todavía clase olímpica. Para eso hay que dar el salto al ILCA 6. ¿Piensas alguna vez en poder pelear por una plaza en Los Ángeles?
Me gustaría muchísimo. Es un sueño y ya estoy intentando entrenar en el ILCA 6. Y también estoy haciendo regatas de seis para ir poco a poco intentando clasificarme a algo.
Pero esta temporada todavía me estoy centrando más en el cuatro, que ya me queda este año y otro para acabar. Luego habrá que ir poco a poco, porque es mucho más duro y físicamente también te pide muchísimo.
Háblanos sobre cuántos saltos de clase has hecho, porque empezarías, como todo el mundo, en Óptimist.
Empecé con ocho años en Óptimist y luego, cuando vi que no podía más con el barco, que no se movía, a los doce o trece años me pasé ya al ILCA 4.
Son dos barcos muy similares el ILCA 4 y el ILCA 6. ¿Cuál es la principal dificultad que te vas a encontrar en el cambio de clase?
El barco es igual, lo que cambia es la superficie de vela, que se va haciendo cada vez más grande y, por lo tanto, te pide más y hay que esforzarse mucho más. Físicamente hay que estar muy fuerte.
«Me encantaría ir a Bayona, donde en mayo es la Copa de España»
Para eso también tienes que prepararte fuera del agua. ¿Qué preparación haces más allá de entrenar sobre el barco?
Intento ir al gimnasio siempre que puedo, cuando tengo tiempo y algún fin de semana. Tenemos que ponernos fuertes, porque si no, no aguantamos.
Este mes de abril tienes otro reto muy ilusionante: el Campeonato de Europa, que se disputará en Eslovenia.
Es algo para lo que tengo muchas ganas. Estoy muy contenta, la verdad, porque era difícil meterse ahí. Ahora hay que ir a intentar ganar algo ahí.
¿Cuál es tu objetivo concreto?
Habrá mucho nivel. Por ello, lo primero sería meterme en el grupo oro como el año pasado y desde ahí intentar hacer algo importante.
Si te pudiera garantizar un día de regatas con las condiciones perfectas para ti, ¿dónde te ves capaz de estar?
Soy ambiciosa. En ese caso, me veo capaz de meterme en el top 10.
«Empecé con ocho años en Óptimist y a los doce o trece años me pasé ya al ILCA 4»
Para esa competición viajarás a Eslovenia a un campo de regatas en el que, supongo, no has estado nunca. ¿Es importante conocer el lugar en el que uno va a competir?
Normalmente se suele ir unos días antes para mirar cómo es, las condiciones que hay… Pero también Eslovenia es el mar Mediterráneo, entonces tampoco cambiará mucho respecto a lo que estamos acostumbrados. Pero sí que está bien ir unos días antes a entrenar a ver cómo es ahí la ola, el viento…
Hablando del Mediterráneo e, incluso, de lugares cercanos como Altea, Alicante, Valencia, Murcia… ¿los campos de regatas cambian mucho?
Sí, porque aquí en nuestra zona normalmente suele hacer poca ola, poca corriente. Por ejemplo, en Murcia sí que es una zona de más corriente. En Cádiz, donde estuve el año pasado, también hay olas más grandes.
¿Dónde no has ido todavía a regatear y te mueres por ir?
Me encantaría ir a Bayona, donde en mayo es la Copa de España. Tampoco me queda mucho más por visitar.
Antes me has dicho que sueñas con estar en unos Juegos Olímpicos, donde se participa siempre en vela ligera. Más adelante, ¿te llama la atención otro tipo de competiciones con barcos más grandes como la America’s Cup, la Ocean Race o la Vendée Globe, por ejemplo?
La verdad que sí. Siempre he pensado que a lo mejor la Ocean Race sí que me gustaría vivirla. Pero todavía tengo quince años. Con dieciséis ya podré hacer más cosas.