Entrevista > Aurelio Albero García / Músico (Catral, 19-febrero-1964)
La Semana Santa es sinónimo de pasión y música, con marchas que tienen en su mayoría más de un siglo de historia. Aurelio Albero García, músico cofrade con una amplísima experiencia, nos confesará qué siente al tocar durante esa celebración tan emotiva.
“Son tantas las emociones que vivimos las cornetas…”, reconoce. La música, especialmente en nuestra tierra, sirve para que el acompañamiento sea el más correcto, “mostrar lo que representa”.
Sin duda, insiste, “la música es un componente, porque la imagen no se expone, se muestra”, antes de poner en alza Crevillent, el mayor exponente de Bandas de Tambores y Cornetas de toda la provincia de Alicante, “llegando a tener hasta seis activas”.
Es segura su participación en la procesión de la Virgen de los Dolores de Catral (Viernes Santo), además de tocar en Murcia, Orihuela, Crevillent y Almoradí.
¿Cómo vive un músico la Semana Santa?
Personalmente, desde la experiencia de la fe, a través de la música. Fue el camino que escogí, no solo para vivirlo yo, sino también para extenderlo al resto de compañeros de la banda.
Nuestra misión como músicos cofrades está vinculada estrechamente con la Semana Santa y el resto de ámbitos procesionales.
¿Qué emociones sientes tocando la corneta en esos momentos?
Se amontonan muchos sentimientos, apreciando después de muchos años que ciertos compañeros ya no están… la emoción te desborda. Es cierto que hemos ido creciendo detrás de los pasos de Jesús y María y cuando sientes verdaderamente lo que estás haciendo, te satisface todavía más.
Algunas procesiones son muy largas, ¿cómo se aguanta?
Gracias a los ensayos. La procesión más larga a la que he asistido es en Murcia, el Sábado de Pasión -con el Santísimo Cristo de la Fe- y tiene una duración de unas cinco o seis horas. Se logra también a base de esfuerzo, trabajando la embocadura.
«La riqueza musical de la Comunitat Valenciana es incomparable con el resto de España: somos los mejores»
¿Tocáis tantas horas sin parar?
La percusión, sí. Se descansa muy poco a lo largo del itinerario, debido al gran número de público que asiste. Debemos estar muy bien preparados. He visto incluso algún desvanecimiento o vahído, dependiendo el calor que haga ese día.
¿Se realiza un repertorio específico o cambia?
Apenas ha habido evolución, debido a que bandas de cornetas y tambores ya casi no quedan. Sí ha habido una transformación de estas bandas con la incorporación de instrumentos de metal (trompetas, bombardinos…).
Hace años tocaba con una corneta larga en do de infantería, luego una corta y posteriormente una en si bemol. A principios de los noventa descubrimos la corneta en do re, que es la del sonido tan característico de la Semana Santa andaluza.
¿Cómo ha evolucionado la música cofrade?
La riqueza musical de la Comunitat Valenciana es incomparable con el resto de España. Somos los números uno en cuanto a calidad y bandas de música.
En Andalucía, por ejemplo, ha proliferado muchas bandas, creciendo muy rápido, pero defendamos un poco más lo nuestro, porque el sonido de la corneta y el tambor es el de la Semana Santa, el que más la identifica.
«En Semana Santa, la banda anuncia el misterio y marca el ritmo de los costaleros o portadores»
Háblanos de los ensayos previos y de vuestra banda.
Los ensayos son determinantes y se empiezan a realizar a partir de octubre, dos o tres veces a la semana. Según se va acercando la fecha, se multiplican.
Una singularidad es que desde el primer momento nos hemos sentido muy integrados en las hermandades, llegando incluso a fundar en 1990 la de la Entrada Triunfal en Jerusalén. Fuimos los cofrades los que creamos la hermandad, cuando normalmente es a la inversa.
¿De qué forma la música acompaña los pasos?
La banda anuncia el misterio y marca el ritmo de los pilares (como se denomina en la Vega Baja a los portadores o costaleros). Las marchas antes eran mucho más sencillas, como si estuvieran convocando.
¿Qué sería una Semana Santa sin música?
Si le prestamos atención a todo lo que vamos a ver, en Semana Santa todo es música, desde el rachear de los pies y el tintineo de los palios hasta la oración de los costaleros. La música, a mi modo de ver, tiene una gran fuerza, mueve el mundo.
Elíjenos un momento y una marcha de la celebración.
Son muchos los instantes que me agradan. Podría poner ejemplos como la Bajada del Calvario de Crevillent o en la Salida de la Señora de la Esperanza de Orihuela, aunque todos son especiales para mí.
Mis marchas favoritas son ‘Señora’, de Manuel Esteban, y ‘Amor’, de Enrique Garfia Moreno.