La Primera República Española fue un régimen tan intenso como breve, dado que apenas duró dos años, desde principios de 1873 hasta finales de 1874. Aún así en tan poco tiempo se agolparon los acontecimientos en nuestro país, llegando al punto de ver pasar hasta a cinco presidentes diferentes por el Gobierno.
Fue la provincia de Alicante uno de los escenarios principales de toda esta inestabilidad política con sublevaciones, batallas militares, asesinatos a políticos, etc. Una realidad no ajena a Crevillent, localidad que también fue testigo directo de este convulso periodo del que ahora se cumplen 150 años.
Proclamación en España
La República fue proclamada en España el 11 de febrero de 1873. Ocurrió a raíz de una votación en Las Cortes propiciada por la abdicación del rey Amadeo I, con un resultando aplastante de 258 votos contra 32.
Lo cierto que los diputados y senadores recibieron diferentes presiones amenazando con insurrecciones protagonizadas tanto por republicanos como por partidarios de restaurar la monarquía. Se dieron varios motines y altercados a lo largo de España que desembocaron en muertos (como por ejemplo en Orihuela, donde fue asesinado un concejal republicano a manos de los carlistas). Aquella proclamación estuvo lejos de ser una transición idílica.
El alcalde proclamó la República sin incidentes, pero se creó una milicia ciudadana
Proclamación en Crevillent
Sin embargo en nuestra localidad el proceso sí resultó bastante pacífico. El ayuntamiento se reunió el día 14 convocando un pleno extraordinario para formalizar el cambio.
“Estoy dispuesto desde luego a obedecer, acatar y respetar las órdenes y disposiciones que emanen del gobierno supremo de la nación. En consecuencia, queda proclamada y aceptada la República” exclamó el alcalde Alonso Morales Hurtado ante el resto de concejales.
Dada la agitada situación que estaba sucediéndose en España, y con el caso del asesinato ocurrido en Orihuela dentro de la mente de todos, los ediles crevillentinos acordaron la creación de una milicia ciudadana ante “el peligro de que este pueblo sea invadido por las partidas carlistas que se han levantado”.
Esto no respondía sino a una iniciativa nacional que fue denominada como ‘Voluntarios por la República’. Su propósito inicial era ayudar a las fuerzas oficiales del Estado que tan desbordadas se veían debido a los acontecimientos. En Crevillent incluso se votó poner un sueldo a estos voluntarios, sufragado por el ayuntamiento.
Los carlistas atacaron Crevillent al menos en dos ocasiones
Primer ataque carlista
Sin embargo la Primera República nunca dejó de ser un auténtico polvorín. La guerra contra los carlistas se recrudeció llegando a abarcar 32 provincias a lo largo del país. Las advertencias del alcalde Morales no fueron ni mucho menos exageradas, dado que esta amenaza también acabaría llegando a Crevillent.
En el mismo mes de febrero, el carlista ilicitano Joaquín Aznar organizó un regimiento compuesto por unos cincuenta hombres simpatizantes de esta causa con el que conquistó Hondón de las Nieves.
Sin efectivos suficientes como para poder aguantar demasiado esta posición, finalmente optó por retirarse hacia la Sierra de Crevillent. Desde aquí organizaron movimientos a diversas poblaciones de la provincia, a veces para reclutar hombres nuevos, a veces para realizar atentados que contribuyeran a desestabilizar al Gobierno. Se sabe que en aquel verano protagonizaron un tiroteo en nuestro municipio contra los Voluntarios de la República, que se saldó sin fallecidos aunque con varios heridos.
La provincia de Alicante fue uno de los principales epicentros de insurrecciones y altercados
Altercados en la provincia
Por si todo esto fuera poco, surgió también una revolución cantonal en España. El pistoletazo de salida ocurrió en Cartagena cuando partidarios del Partido Federal -entonces en la oposición- impulsaron una revuelta que dio lugar a la proclamación de un cantón (una especie de ciudad-estado) que desconocía las órdenes del Gobierno. Poco después en Torrevieja se dio un idéntico motín para unirse a dicho cantón cartagenero.
Los federalistas del Cantón de Cartagena incluso intentaron conquistar el resto de la provincia para ampliar su microestado. Con dicho propósito atacaron Alicante por mar, pero las fuerzas leales al Gobierno Republicano lograron repeler su desembarco en dicha ciudad.
En Alcoy fueron todavía más allá con la llamada Revolución del Petróleo, por la cual una multitud asesinó al alcalde en un linchamiento público como protesta por su apoyo a los industriales reacios a admitir mejoras laborales.
Ocupación carlista
Si bien en Crevillent no consta que estallara ninguna insurrección de este tipo, toda esta sucesión de altercados ocurridos a nuestro alrededor afectó inevitablemente a la vida del pueblo. Muchos milicianos crevillentinos fueron trasladados hasta estos puntos para ayudar a estabilizar la situación, e incluso algunos de estos Voluntarios por la República llegaron a desertar para unirse a las revoluciones cantonales.
Con el municipio más desprotegido, los carlistas no desaprovecharon la ocasión para dedicarnos una ‘visita’. El citado capitán carlista Aznar fue detenido en junio de 1724, pero le sustituyó el jumillano Miguel Lozano cuya columna logró conquistar Elche el 9 de octubre. Aquí causaron un gran alboroto robando el tesoro público habido en la ciudad, quemando documentos oficiales y destruyendo la estación telegráfica.
Al día siguiente fue cuando llegaron a Crevillent. No tenemos certeza exacta de cuáles fueron sus acciones en el municipio, pero es de suponer que aquí también saquearon todas las propiedades del Gobierno existentes. Eso sí, no se quedaron por mucho tiempo y abandonaron el pueblo antes de que llegaran refuerzos gubernamentales.
Crónica de una muerte anunciada
El final de esta película imaginamos que no sorprenderá demasiado, incuso al lector menos familiarizado con la historia contemporánea de nuestro país.
La Primera República cayó ahogada entre tanto conflicto interno. Primero se convirtió en una dictadura militar republicana fruto de un golpe de estado, pero ni aún así se recuperó el orden. Meses más tarde otro nuevo golpe supuso la restauración de la monarquía y el regreso de los Borbones a España.