Uno de los principales epicentros del deporte alicantino celebra su cincuenta aniversario. Hablamos de un templo que ha celebrado títulos españoles y europeos. Si bien aquí se han disputado muchas disciplinas deportivas, es claramente el balonmano el que le ha dado sus mayores tardes de gloria. De hecho fue un balonmanista alicantino quien le bautizó.
Recientemente el Pabellón Pitiu Rochel ha experimentado una gran reforma por la que se ha pasado dos años cerrado. Aprovechamos esta efeméride y su reapertura para recordar su historia.
La construcción se planteó cuando la Federación de Balonmano prohibió los partidos al aire libre
Necesidad de un pabellón
Antes de su construcción la mayoría de los partidos de balonmano, baloncesto o hockey que tenían lugar en Alicante se disputaban en la antigua pista ubicada en el muelle del Puerto. También en colegios con instalaciones deportivas propias.
A mediados del siglo XX el equipo más importante de la ciudad, amén del Hércules, era el Obras del Puerto. Jugó durante casi toda su existencia en la División de Honor de balonmano y en la temporada 59-60 llegó a ser subcampeón de Liga.
El problema vino cuando en 1971 la Federación Española de Balonmano obligó, por normativa, a que todos los partidos oficiales se disputasen bajo techo. Aquella pista deportiva del Puerto estaba al aire libre y, debido a su ubicación, se concebía inviable su cerramiento.
Así pues, la directiva del club convenció al ayuntamiento para construir un nuevo pabellón. Se consideró que el monte Tossal era el lugar idóneo dado que a pocos metros de allí se estaba construyendo el futuro estadio José Rico Pérez.
Tres años en el limbo
Evidentemente todo esto no se cocinó de un día para otro. Mientras que esta construcción se hacía realidad, el Obras del Puerto tuvo que buscar soluciones provisionales para poder seguir compitiendo.
En la temporada 71-72 se habilitó un hangar del antiguo aeródromo de Rabasa, que estaba abandonado desde la inauguración del aeropuerto en 1967. Sin embargo la federación también puso pegas, por lo que para la 72-73 el club tuvo que jugar sus partidos como local en Alcoy y más tarde en Elda.
A pesar de todos estos vaivenes y de perder contacto directo con su afición, el equipo portuario firmó un desempeño bastante digno durante estas tres campañas de transición y consiguió la permanencia en la División de Honor.
Este pabellón se inauguró con una final de copa del Rey de baloncesto
Inauguración
Se considera que el gran impulsor del nuevo pabellón fue Andrés Muñoz. Este ingeniero de obras públicas trabajaba en el Puerto, y participó en la fundación del club deportivo, ocurrida en 1952. Tiempo después se convirtió en el presidente.
Muñoz fue el que presionó al ayuntamiento para que Alicante tuviera por fin un gran pabellón cubierto. También logró involucrar a la empresa inmobiliaria Calpisa y con el dinero de su patrocinio se ficharon a algunos de los mejores balonmanistas de España.
Para su inauguración se consiguió, además, todo un partidazo como fue la final de la copa del Generalísimo (actualmente llamada copa del Rey) de baloncesto, disputada entre el Real Madrid y el Juventut de Badalona el 25 de mayo de 1974, con victoria merengue.
Al día siguiente el Calpisa-Obras del Puerto (más adelante llamado simplemente Calpisa) jugaría por primera vez aquí de local, en un partido de octavos de final de copa contra el Barcelona, que se llevó el equipo culé por 16-19.
El glorioso Calpisa
En la siguiente temporada, 74-75, el Calpisa se mostró intratable. Vencieron en todos los partidos menos uno, y se proclamaron campeones de liga y copa. Era la primera vez que un equipo alicantino lograba ganar campeonatos deportivos a nivel nacional.
Durante las siguientes cinco temporadas el Calpisa fue el absoluto rey del balonmano español consiguiendo cuatro ligas, cuatro copas y una recopa de Europa. Desde septiembre de 1974 hasta marzo de 1979 no perdieron ni un solo partido jugado en el nuevo pabellón ante su público, un total de 57 encuentros consecutivos imbatidos.
A partir de los años ochenta el equipo iría a menos, aunque todavía ganaría una copa del Rey más hasta su definitiva desaparición en 1992.
Calpisa estuvo cuatro años sin perder ni un partido en el pabellón
Mar Alicante
El pabellón Pitiu Rochel -llamado así desde 2002 en honor a quien fue el jugador referente y luego entrenador en la época dorada del Calpisa- no solo ha vivido grandes proezas gracias al balonmano masculino.
Las chicas del Mar Alicante llegaron a ser subcampeonas de la recopa de Europa y de la copa de la Reina en 2010 y 2011 respectivamente. Este club también acabó desapareciendo, pero dejó una gran impronta durante aquellos años en los que consiguió que Alicante volviera a disfrutar de balonmano de primer nivel.
Reforma y reapertura
En 2022 comenzó la reforma integral del pabellón, muy demanda desde hacía años. Con un presupuesto de 2,5 millones de euros se ha renovado la pista para que pueda ser fácilmente adaptada a la práctica de diferentes deportes, se ha mejorado la climatización, se han modernizado los vestuarios y se añadido una sala de prensa, entre otras actuaciones.
“Ahora nuestro pabellón puede competir con instalaciones deportivas de primer nivel” aseguró a la prensa Toni Gallego, concejal de Deportes.
Toda esta obra ha sufrido casi un año de retraso, y todavía queda pendiente una segunda fase para modernizar el entorno exterior. El nuevo Pitiu Rochel fue reinaugurado a principios de esta primavera con el Campeonato Escolar de Tenis de Mesa y un amistoso de balonmano Eón-Agustinos.
Actualmente el Eón está ya disputando aquí sus partidos como local en la División de Honor Plata, y el club espera poder ascender pronto para que este histórico pabellón vibre de nuevo con encuentros de la primera categoría del balonmano español.