Cada año, con la llegada del verano, los principales destinos turísticos costeros de todo el litoral mediterráneo y, con ellos, los de la Costa Blanca, se esfuerzan en ofrecer su mejor versión para no sólo dar el mejor servicio posible a los visitantes que en ellos desembarcan, sino, sobre todo, fidelizarlos para que ese lugar idílico sea su primera opción doce meses después.
En ese esfuerzo común de la iniciativa privada y de las administraciones juegan un papel fundamental las obras públicas, casi siempre centradas en los lugares donde tradicionalmente se produce una mayor afluencia de turistas, como, por ejemplo, los paseos marítimos. Obras que, salvo fuerza de causa mayor (sobre todo, temporales de última hora), deben de estar completamente terminadas al inicio de la temporada alta.
Obras inacabadas
Altea tuvo que hacer frente, no hace tanto, a un verano (más otros muchos meses de ‘temporada baja’) con su frente litoral literalmente levantado debido a ese gran proyecto de renovación integral que supuso, entre otras muchas cosas, la creación de un nuevo paseo y una nueva playa.
Sin embargo, los retoques de última hora parecen no acabarse nunca, y metidos ya de lleno en el verano de 2024. La calle Sant Pere, uno de los puntos más transitados de todo ese tramo urbano, ha vuelto a recibir a los turistas con trabajos en marcha debido a las obras inacabadas de unos contenedores soterrados que, además del impacto estético, suponen un “peligro” para los que por ahí deambulan, según ha asegurado la portavoz del Partido Popular, Rocío Gómez.
«El vallado de las obras, que parece un gallinero, no reúne las condiciones de seguridad adecuadas» R. Gómez
Inseguridad y mala imagen
Gómez considera que esos trabajos, que dos años después de la inauguración de la zona siguen en marcha, son “un peligro grave para peatones, ciclistas y vehículos” debido a que “el vallado, que parece un gallinero, no reúne las condiciones de seguridad” que deberían de exigirse a una obra en un lugar tan transitado.
Y todo ello, insiste la edil ‘popular’, sin olvidar el impacto estético que deriva de todo este asunto, ya que “ofrece una imagen deplorable de nuestro paseo y de Altea en general, puesto que las obras se concentran frente a comercios y viviendas de primera línea de playa, por donde pasa muchísima gente cada día”.
Imagen inmerecida
Rocío Gómez ha echado la vista atrás, al momento de la inauguración del nuevo frente litoral (con un coste total de más de 4,5 millones de euros), afirmando que aquello se realizó “con meros fines electorales”, acortando plazos y “con prisas, con materiales de menor calidad y parte de las obras sin finalizar, y que siguen paralizadas desde aquel momento”, un extremo que la imagen actual de la zona de Sant Pere parece apoyar.
Más allá de las molestias y la “inseguridad” que esta situación genera a los residentes de la zona y a los alteanos en general, Gómez no olvida el impacto turístico, ya que “han pasado dos años con una imagen lamentable de nuestro frente litoral” y subraya que ese “gallinero da una imagen que Altea ni los alteanos merecemos”.
«Hemos recibido quejas continuas de vecinos, negocios y visitantes que no entienden cómo es posible ese despropósito» R. Gómez
Quejas continuas
Según ha asegurado la portavoz del principal partido de la oposición en la Villa Blanca, desde que se produjera esa inauguración “con prisas” del nuevo frente litoral, en su formación política “hemos estado recibiendo continuas quejas de vecinos, negocios y visitantes que no entienden cómo es posible ese despropósito de que no se acaben las obras de soterramiento de los contenedores de basura”.
Gómez no sólo lamenta el estado de esa ‘isla’ de contenedores soterrados inacabados, sino que su crítica continúa haciendo hincapié en el “el agravio” que, a su entender, supone que “unos metros más adelante haya cantidad de contenedores para residuos orgánicos, papel, plástico y vidrio que también ofrecen una mala imagen de nuestro pueblo en este lugar tan emblemático de la playa La Roda”.
Diversos avisos
Por todo ello, ha añadido Gómez, “desde el Partido Popular llevamos insistiendo desde hace tiempo, en las distintas comisiones informativas municipales y en otros órganos internos del ayuntamiento, en que hay que darle solución a este problema”.
Sin embargo, y pese a esos mensajes, “no hemos recibido respuesta alguna ni se ha solucionado nada», y es por ello por lo que “desde el grupo municipal popular exigimos que el alcalde, Diego Zaragozí, dé una solución inmediata y definitiva” a esta situación “eliminando el vallado, así como cualquier otro obstáculo, y que se reponga el suelo en la calle San Pere para devolverle su uso normal”.
«Estos trabajos no son competencia del ayuntamiento, sino del Servicio Provincial de Costas» A. Serrat
Responsabilidad de Costas
Desde el equipo de gobierno local, formado por Compromís y PSPV-PSOE, en lo que se llamó, precisamente, el ‘Pacte del Bol’ (en referencia al lugar elegido para escenificar su firma y que ahora es el centro de esta polémica), la edil de Infraestructuras, Aurora Serrat, ha asegurado que la situación generada por esas obras inacabadas “no es competencia del ayuntamiento” y que, en realidad, el organismo que debe asumir esa tarea es “el Servicio Provincial de Costas”.
Y todo ello, como suele ocurrir en este tipo de intervenciones sobre las siempre difusas (para el ciudadano de a pie) fronteras de la demarcación de costas.
Manos atadas
En ese mismo sentido, Serrat no comparte las críticas de Gómez hacia la acción del gobierno local ya que, afirma, la edil ‘popular’ “es consciente de esta situación, que es demarcación de Costas, y así se lo hemos comunicado cuando lo han preguntado en las comisiones informativas”.
En opinión de la responsable local de Infraestructuras, Gómez “lanza al aire falacias y enciende el ventilador a sabiendas de que el ayuntamiento tiene las manos atadas en este tema”.