Entrevista > José Encabo / Músico (Madrid, 14-enero-1975)
Pepe Encabo empezó su relación con la música pronto. Del entorno familiar a los amigos. De ahí al conservatorio. Todo ello combinado con estancia en distintos países. Una amalgama de influencias que no dejan de alimentarse en el músico en el que se ha convertido.
Conversamos con este guitarrista nacido en Madrid, pero valenciano hasta la médula, tan amigo de AQUÍ grupo de comunicación, para hablar de sus inicios en la música. Pero también de su evolución creativa a nivel individual y en el seno de la Tremé Jazz Band.
«Nos dio impulso participar en cursos de jazz y música moderna de la Unió Musical de L’Eliana»
¿Cuándo y cómo se formó la Tremé Jazz Band?
La banda nació hace doce años por el interés de algunos de los miembros fundadores de crear una banda más pequeña que aquellas de las que formaban parte (big bands), para ser más versátiles y poder tocar algunos estilos que son propios de esos grupos (por ejemplo, la música Dixieland que es una de nuestras señas de identidad).
También nos dio un primer impulso la participación en cursos de jazz y música moderna organizados por la Unió Musical de L’Eliana (UME). Así tuvimos unos conocimientos iniciales de cómo combinar las armonías y los instrumentos más habituales en los combos de jazz.
¿El grupo ha ido mutando?
Con el tiempo la formación ha ido variando, como no puede ser de otra manera, siempre intentando mantener los lazos con la UME, nutriéndose de jóvenes músicos que quieren familiarizarse con otros estilos, así como de músicos locales que, como es mi caso, ‘matamos el gusanillo’ pudiendo ensayar regularmente y tocar cuando las agendas nos lo permiten.
En la actualidad la Tremé Jazz Band está compuesta por Emili a la trompeta; Manolo al bajo; Ximo al piano; Brian a la batería; Alejandra, nuestra cantante, a la que se ha unido recientemente Lucía; y un servidor a la guitarra. Hasta junio hemos disfrutado de talentosos músicos que han perseguido otros proyectos: Sergio al trombón y Alex ‘piraña’ al saxo barítono, clarinete, y cualquier cosa que tenga boquilla.
«Creo que la guitarra aportaba un buen complemento en la parte rítmica de la formación»
¿En qué momento se produjo tu incorporación y cuáles fueron los motivos para ello?
Conocía de la existencia de la Tremé a través de mi amigo Ximo, pianista del grupo, y en varias ocasiones habíamos hablado de la posibilidad de añadir una guitarra a la formación, que por aquel entonces tenía en la base rítmica batería, bajo y piano. En un momento dado la formación cambió de baterista y mi amigo Luis entró a formar parte del grupo, con lo que ya me decidí a llamar a la puerta, y la recepción no pudo ser mejor.
Enseguida encajé en el grupo (¡creo!), la guitarra aportaba un buen complemento en la parte rítmica, y a partir de ahí empezamos a ver cómo ir acoplando temas que ya tenían en el repertorio, al mismo tiempo que íbamos ampliando horizontes musicales.
Tu relación con la música, ¿cuándo empieza y cómo se va desarrollando?
La música me ha acompañado gran parte de mi vida, ya sea como músico (amateur), o simplemente escuchándola. Recuerdo que en mi casa había una guitarra española desde que era pequeño, y mi padre grababa casetes con música rock y soul, que escuchábamos por aquel entonces una y otra vez.
Tanto mi padre como mi madre siempre apoyaron el que probásemos (sin obligación alguna) a estudiar música, así que entré en la escuela de la Unió Musical de L’Eliana en 1983, donde aprendí solfeo y cogí mi primer instrumento de cuerda: un laúd comprado por mis padres, que era lo que me ‘tocó’ aprender en la escuela, y que para gran cachondeo familiar (creo que toqué dos o tres veces antes de ser desterrado al altillo del armario).
Del laúd pasaste a…
Obviamente yo no quería tocar ese instrumento, no estaba hecho para la música que yo soñaba con tocar algún día, así que aproveché que mi hermano tuvo más suerte (a él le tocó la guitarra) y me puse a estudiar guitarra también.
En aquel momento nos fuimos a vivir una temporada a Francia, con lo que seguimos aprendiendo a tocar la guitarra con un profesor particular. El resumen de ese aprendizaje es que conseguí aprenderme el solo de ‘Sultans of Swing’, de los Dire Straits, y pude tacharlo de mi lista de cosas a hacer antes de morirme.
«Un laúd que me compraron mis padres fue el primer instrumento de cuerda que toqué»
¿Y a tu regreso a España?
Pues cuando volvimos a Valencia, tuve un breve periodo de aprendizaje en el Conservatorio de Ribarroja (unos tres-cuatro años), que compaginé tocando en un grupo que montó mi hermano con unos amigos: ‘A la deriva’. Fueron dos años muy entretenidos, tocando en un par de Nits del Rock de L’Eliana y alguna que otra actuación.
¿Qué tal recuerdas tu primera subida a un escenario?
¡Con dieciséis años subirse a un escenario a tocar fue una pasada! Finalmente, la universidad y otros avatares truncaron la continuidad de la formación, así que el grupo dio paso a una larga temporada en la que tocaba en casa, pero poca cosa más.
Fue hace algo más de diez años cuando decidí retomar clases de guitarra, volver a la Unión Musical de L’Eliana, encontrarme con Fran, mi profe y ahora ya amigo, y aventurarme a ampliar teoría, estilos musicales, y ponerme ‘en forma’. Es lo que me ha permitido, a día de hoy, poder tocar en la Tremé, así como alguna colaboración esporádica con la UME Big Band Jazz de L’Eliana, y algún que otro bolo.
Además de jazz, ¿abordáis otros estilos en los conciertos?
Con el tiempo hemos ido incorporando más estilos, que creemos que complementan bien la propuesta principal del grupo. En ese sentido, y aprovechando que tenemos unas cantantes fabulosas (y hablo en plural porque este año tenemos a una nueva cantante con nosotros, Lucía, que viene a sumarse a Alejandra a la voz) que valen su peso en oro; hemos ido añadiendo temas de soul, e incluso nos hemos atrevido con alguna bossa, algún tema de Queen…
En fin, hay arreglos para bandas como la nuestra con estilos variados y siempre pensamos en añadir temas que sean más conocidos, en ocasiones más recientes, para que el público tenga la ocasión de tararear e incluso cantar alguno de los temas.
«En mi etapa en Francia logré aprenderme el solo de ‘Sultans of Swing’ de los Dire Straits»
Jazz puro, jazz fusión… ¿cuál es vuestra propuesta?
La verdad es que el jazz es un estilo muy amplio, que recoge muchos estilos a su vez. Nosotros empezamos con una fuerte base de Dixie, música de Nueva Orleans, ritmos en ocasiones frenéticos, en otras lentos a paso de entierro, pero que se acoplan muy bien a la formación, en particular con la sección de vientos con diferentes saxos, clarinete, trompeta, etc.
A partir de aquí, añadimos estándares de jazz, que suelen ser temas instrumentales conocidos, y temas cantados que suelen ser temas de swing de los cincuenta-sesenta, con una base musical muy ‘jazz’.
Cada integrante de la banda imagino que procede de mundos profesionales distintos. ¿Qué crees que le da eso al resultado final de la música que tocáis?
En Tremé tenemos una gran variedad de formaciones musicales, y un rango de edad que aporta aún más variedad si cabe, no sólo en cuanto a formación, sino también en los gustos, las referencias musicales, y la forma de tocar. Todo esto hace que podamos aprender los unos de los otros, aprovechar los conocimientos de cada miembro, y mejorar tanto a nivel individual como de conjunto.
«La llegada a la universidad y otros avatares truncaron la continuidad de la formación»
Según tú, ¿dónde está la clave?
Con respecto a la música, la clave está en la variedad: aunque todos tenemos un gran aprecio a la música jazz como hemos definido antes, todos contamos con propuestas de temas que tocan otros estilos y que estamos dispuestos a probar para ver cómo encajan en la formación.
El resultado es un repertorio que tiene momentos instrumentales, versiones cantadas de temas más actuales, algún guiño a estilos diferentes, etc.
¿Cómo están funcionando de momento los conciertos este verano? ¿Tenéis algún fin de semana libre?
Pues la verdad es que en nuestro caso, y dado que somos una banda amateur, intentamos liberarnos el verano, ya que, por un lado, algunos de nuestros compañeros tocan en charangas y otras formaciones que están en plena efervescencia en estas fechas; y en otros casos nos tomamos unas vacaciones y descansamos de tocar.
La única excepción que hemos hecho estos últimos años es el Festival de las Velas en Titaguas, porque es un evento único, casi mágico, en el que varias formaciones musicales tocan, repartidas por el pueblo, a la luz de las velas. Lamentablemente este año no hemos podido asistir, pero esperamos volver otro año.
Pareciera que el jazz, por su idiosincrasia, requiere de un escenario más íntimo que otros estilos. Habéis tocado en pinadas, claros de bosque… ¿Qué tienen de especial esos entornos para el músico? ¿Y para el público?
Creo que la música que tocamos en Tremé es ‘apta para todos los públicos’, no requiere de un escenario particular, ni tampoco de una audiencia específica, digamos más especializada. Nuestro repertorio se puede disfrutar sentado tomando una cerveza, como al aire libre en una pinada.
De hecho, estos entornos para nosotros son estupendos; primero porque nuestra música no es estridente y creo que comulga bien con un paraje natural, en la calle, etc. Como músico, con una buena sonorización, nos escuchamos bien, no hay ecos ni reverberaciones, y finalmente creo que el público lo disfruta, porque el volumen al que tocamos permite disfrutar de la música sin tener que gritarse entre ellos cuando quieren hablar.
«Hemos ido añadiendo temas de soul e incluso nos hemos atrevido con alguna bossa»
Teniendo en cuenta la variedad en la oferta musical a día de hoy, donde hay grupos ‘tributo’, orquestas con repertorios muy variados, e incluso un auge de jóvenes cantautores, ¿cómo encaja vuestra oferta musical?
La verdad es que es un tema interesante, porque al salirse de los estilos musicales más ‘mainstream’, se crean oportunidades que posiblemente se adecúen más a nuestro repertorio y tipo de música.
Es el caso por ejemplo de la iniciativa de l’Ajuntament de L’Eliana ‘Concerts als barris’, que trata de acercar actividades culturales como la música y los conciertos a las urbanizaciones. ¡Desde aquí nuestro más sincero agradecimiento a nuestro ayuntamiento por contar con nosotros para estos eventos!
Pero hay más, ¿no?
También hemos amenizado veladas, cumpleaños, festivales, y cómo no, también hemos organizado algún concierto para tener continuidad, probar temas nuevos, etc. En general no nos prodigamos mucho debido principalmente a que suele ser complicado disponer de fechas en las que todos los componentes (al completo podemos ser diez miembros) podamos asistir, así que a poco que cuadren unas cuantas fechas ya estamos muy contentos.
¿Nos puedes adelantar alguna fecha para finales de verano?
Pues estamos tratando de cerrar algunas fechas para la vuelta del verano, sobre todo de cara a octubre, así que será un placer anunciarlas en cuanto las tengamos confirmadas.