Llega agosto, un mes en el que muchos españoles aprovechan para cogerse vacaciones y hacerse un viaje con el que desconectar de la rutina. Son muchos los psicólogos que coinciden en las ventajas terapéuticas que nos otorga viajar de cuando en cuando. El propio Antonio Machado decía “Caminante, son tus huellas el camino y nada más. Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”.
Ahora bien, en estos tiempos de inflación es obvio que los grandes viajes a la otra punta del mundo no están al alcance de todos. Sin embargo… esto importa poco. Muy cerca de nuestras casas también albergamos rincones y espacios bien bonitos que en nada desmerecen los de otras regiones o países. Por ello nosotros queremos recomendar cinco visitas de lugares poco conocidos, a realizar este verano sin salir de la Comunitat Valenciana.
Cuevas del Canelobre deben su nombre a una figura con forma de candelabro
Cuevas del Canelobre
De sur a norte, nuestra primera parada son las cuevas de Canelobre. Esta maravilla natural se encuentra en la provincia de Alicante, concretamente en el término municipal de Busot y en la falda de la sierra conocida como ‘El Cabeçó d’Or’.
Sin duda estamos hablando de una de las cuevas prehistóricas mejor conservadas en toda Europa. El espacio se generó en pleno Jurásico hace unos 145 millones de años, cuando los dinosaurios aún dominaban este planeta. Desde entonces las piedras y estalagmitas de sus paredes han ido tomando diferentes formas caprichosas fruto de la erosión. Algunas nos recuerdan a animales, objetos, órganos del cuerpo, etc.
Uno de sus elementos más célebres es un conjunto de rocas conocido popularmente como ‘sagrada familia’, que está dominado por una alta columna. También destaca la estalagmita del centro de la sala, que recuerda a un candelabro y que inspiró el nombre actual de estas cuevas. Todo ello está dentro de una enorme bóveda que alcanza los setenta metros de altura.
Visitar las cuevas y alrededores
Tras pasar durante millones de años prácticamente inadvertidas por la fauna local (incluyendo al ser humano), las cuevas del Canelobre fueron descubiertas en la Edad Media durante la época islámica.
Siglos más tarde serían reconvertidas en un improvisado taller de reparación de vehículos y aviones bélicos por parte del ejército republicano durante la Guerra Civil. De hecho el túnel por el cual hoy en día todavía se accede fue construido en este periodo.
En agosto se realizan ocho visitas guiadas diarias a las cuevas, desde las 11 hasta las 18:40 horas. Las entradas se pueden adquirir tanto en la propia cueva como en el Museo de Música Étnica de Busot o por internet en turismobusot.com
Si queremos prolongar un poco más nuestro viaje, podemos aprovechar la ocasión para recorrer la zona. Busot, aparte del citado museo musical, cuenta también con un interesante castillo musulmán. Y el Cabeçó d’Or ofrece la oportunidad de recorrer bonitos senderos naturales e incluso, para los más aventureros, practicar ciclismo de montaña o escalada.
Biar tiene uno de los cascos históricos con más encanto de la provincia de Alicante
Biar
En el Alto Vinalopó encontramos uno de los pueblos más bonitos de toda la Comunitat Valenciana. Nos referimos a Biar, una pequeña localidad de apenas 3.600 habitantes que cuenta con un gran patrimonio monumental que bien merece la pena visitar.
Por supuesto el castillo medieval es el gran monumento que domina el pueblo. Es visible desde prácticamente cualquier punto de la localidad, dado que se erige sobre un cerro y además consta de una ‘Torre del Homenaje’ con una altura de 17 metros.
No es demasiado difícil llegar hasta esta fortaleza de origen árabe, si bien es preciso subir alguna que otra cuesta. Para visitarlo por dentro recomendamos llamar antes a la oficina de turismo municipal (965811177).
El casco histórico de Biar no es demasiado grande, pero nos atreveríamos a decir que es uno de los más encantadores de la provincia de Alicante. Su centro neurálgico es la plaza de la Constitución, donde se ubican el ayuntamiento del siglo XVIII y la Iglesia de la Asunción. Este templo es originario de la Edad Media y su portada renacentista se suele asemejar a la catedral de Murcia. También destaca su gran torre del Campanario.
Calles con encanto
Desde la plaza de la Constitución recomendamos callejear por las vías peatonales o semipeatonales del alrededor, algunas llanas y otras en pendiente con empedradas escaleras. Los vecinos suelen decorarlas con flores y plantas en las ventanas, o a pie de calle, que embellecen todavía más este casco antiguo.
En la calle Mayor se encuentra el Museo Etnográfico Maestre Castelló y continuando hasta su final llegamos a la plaza de España, flanqueada por bonitas viviendas de colores y adornada por una fuente en su punto central.
Cerca de aquí, caminando hacia la parte más moderna del municipio, hallamos otro particular atractivo de esta localidad: El plátano de Biar. Se trata de un árbol plantanero que alcanza ya los 26 metros de altura y cuenta con más de dos siglos de existencia. Sin duda el vecino biarense más viejo, que se ha convertido en todo un símbolo local.
Quien quiera quedarse varios días por la zona puede aprovechar para visitar la sierra de Mariola. A apenas un kilómetro de Biar se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de Gracia y el acueducto medieval. Un poco más lejos también tenemos otras localidades de interés turístico como Castalla, Bañeres de Mariola o la Colonia de Santa Eulalia.
Las Hoces del Cabriel cuenta en su parque con varias interesantes rutas de senderismo
Hoces del Cabriel
Quizás pase un tanto desapercibido para el turismo en comparación a otros espacios naturales de la Comunitat Valenciana más cercanos al litoral. Sin embargo, pocos parajes podemos encontrar más completos, en esta región, que el parque de las Hoces del Cabriel.
Esta reserva natural está ubicada en el valle del río Cabriel, principal afluente del Júcar, a unos kilómetros de Requena y colindante con las provincias de Cuenca y Albacete. Para los amantes de la flora resulta todo un santuario, ya que no es habitual encontrar bosques de semejante tamaño y buen estado de conservación por esta zona de España. En esta gran ensalada de especies aquí presentes hallamos chopos, sauces, pinos, encinas, robles, lentijos, madroños, etc.
Sin duda la mejor forma de conocer las entrañas de las Hoces del Cabriel es seguir las rutas y senderos establecidos, que se pueden consultar en la web de la Generalitat Valenciana (parquesnaturales.gva.es). La mayoría de ellos siguen el cauce del río Cabriel, donde se producen los paisajes de mayor espectacularidad con grandes rocas, barrancos y ramblas.
El cauce del Cabriel es especialmente rico en arquitectura fluvial
Arquitectura fluvial
La principal presencia humana que encontramos son algunos pequeños pueblos o aldeas como Villagordo del Cabriel, Venta del Moro o Casas del Río. A lo largo del río también hallamos interesantes infraestructuras de arquitectura fluvial, como el puente de Vadocañas del siglo XVI, sobre una base romana; la noria de los Basilios; o el embalse de Contreras.
Con un poco de suerte, y si sabemos ser cautelosos, también podremos disfrutar de la abundante fauna de este parque natural. Es especialmente significativa la presencia de aves como águilas o búhos; pero también hay animales terrestres como cabras montesas, jabalís o ciervos.
Desde luego para realizar todas o varias de las rutas que contiene este paraje precisamos de quedarnos varios días por la zona. También podemos aprovechar la estancia para visitar las curiosas poblaciones de Requena y Utiel, con su gran tradición vinícola, o seguir adentrándonos hacia el nacimiento del río por la provincia de Cuenca hasta llegar a las Chorreras del Cabriel con sus zonas de baño habilitadas.
Podemos ver un curioso museo de figuras al aire libre, al estilo Gaudí, en el Jardín de Peter
Jardín de Peter
Otro emplazamiento que evidencia la enorme diversidad que tenemos en la Comunitat Valenciana, es el Jardín de Peter. Este particular espacio se encuentra a las afueras de Puebla de Benifasar (la Pobla de Benifassà en valenciano), un pequeño pueblo ubicado en el Bajo Maestrazgo de Castellón.
Un buen día de 1991 el alemán Peter Buch, afincado en la zona, quiso crear un jardín de esculturas al aire libre. Las figuras son de todo tipo y resultan especialmente divertidas para los niños, ya que algunas pueden utilizarse como toboganes y atracciones. Es difícil comparar este jardín a algún otro lugar, pero el estilo tan colorido y luminoso de las obras artísticas hechas de azulejos o piedras quizás recuerda un tanto al parque Güell, de Barcelona, diseñado por Antonio Gaudí.
Dado que se trata de un espacio de titularidad privada, antes de acudir se recomienda llamar a Peter Buch (650794870) para asegurarse de que estará en su casa y nos podrá abrir la puerta a este micromundo de figuras y colores.
Tinença de Benifassà
El Jardín de Peter se encuentra dentro del Parque de la Tinença de Benifassà, así que bien podemos aprovechar esta escapada para visitar también la zona.
Algunos de los elementos más destacados son el Salto de Robert (una cascada del río Cenia ubicada en las inmediaciones de la pedanía de Fredes), el Monasterio de Santa María (templo gótico que data del siglo XIII), o las pinturas rupestres de la Cueva del Polvorín o dels Rossegadors sita junto al pantano.
Por supuesto también recomendamos visitar el municipio de Puebla de Benifasar con su coqueto casco urbano y sus numerosas iglesias. Además, los más echados para adelante, tienen a pocos kilómetros de aquí el Tosal del Rey, una montaña en cuya cima, a 1.350 metros de altura, confluyen las fronteras de la Comunitat Valenciana, Cataluña y Aragón.
Enclavado en una gran roca se encuentra el Santuario de la Virgen de la Balma
Virgen de la Balma
Terminamos este recorrido en el Santuario de la Virgen de la Balma, un edificio religioso que merece la pena ver tanto por su significado como por su singularidad. Está ubicado a las afueras de Zorita del Maestrazgo, pequeña población castellonense de Los Puertos de Morella.
La gran particularidad de este templo renacentista no es ya solo su antigüedad, construido en el siglo XIV, sino sobre todo que se edificó enclavado en una gigantesca roca de la ladera del monte La Tossa, frente al río Bergantes. Quizás nos haga recordar un poco a la famosa Virgen de la Cueva en Asturias, aunque la forma del santuario, e incluso el paisaje, son muy diferentes.
Paisaje espectacular
La tradición dice que todo empezó cuando, en plena Edad Media, se le apareció la Virgen a un pastor que deambulaba por la zona, para advertirle de la existencia de una figura sacra escondida desde la dominación islámica. Desde entonces ya hay constancia de la organización de romerías cristianas desde pueblos cercanos de Castellón y Teruel hasta este lugar, algunas de las cuales todavía se siguen realizando.
Visitar el santuario es gratuito y se puede realizar de martes a domingo, tanto en horario de mañana como de tarde. Además de la iglesia principal, el edificio cuenta con varias dependencias, incluyendo un restaurante abierto al público. Cuesta un poco subir hasta aquí, pero el paisaje que se observa desde estos muros es espectacular.