Recoger los desechos de una mascota no tiene por qué ser algo que entusiasme a sus propietarios, pero definitivamente es algo que todo dueño de un perro debe hacer.
Esa es la máxima que desde el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi quieren transmitir a sus vecinos, para conseguir que las calles del municipio amanezcan todos los días libres de excrementos caninos; algo que, como explica el edil de Medio Ambiente, Luis Miguel Morant, también ayuda a “reducir la propagación de enfermedades y olores y a mantener nuestros espacios verdes”.
Para ello, se ha iniciado una campaña de concienciación a través de carteles, que se han colocado en distintos puntos del municipio, en los que el mensaje para los propietarios de las mascotas es claro: ‘Recoge los excrementos y tira la bolsa a la papelera. Usa agua jabonosa con vinagre’.
Campaña amable
Además, y como es habitual en estos casos, la campaña también hace referencia a las sanciones que pueden derivar de hacer caso omiso a la obligación de recoger los residuos. De hecho, en esos mismos carteles dos mascotas sostienen un cartelito, donde se advierte que “no recoger nuestros excrementos puede suponer sanciones de hasta 1.500 euros”.
“Hemos emprendido una campaña amable, buscando la complicidad de todos los vecinos, y promover que los propietarios de mascotas sean agentes impulsores del cambio de actitud de aquellas personas que aún no han tomado conciencia de la importancia de recoger los excrementos de sus perros”, explica Morant.
Claridad en el mensaje
El responsable del área municipal de Medio Ambiente aclara que la iniciativa es “amable, pero muy clara, ya que se advierte que el incumplimiento de la Ordenanza Municipal conlleva infracciones de hasta 1.500 euros”.
“Y en este punto nos encontramos. Se está informando de la obligatoriedad del cumplimiento de una ordenanza. Esto quiere decir que nadie puede argumentar que desconocía la norma”, concluye.
Conciencia ciudadana
Que la gente no recoja los excrementos de su mascota “es un problema grave”, matiza Luis Miguel Morant, que añade que “no sólo denota poco respeto por los demás y mala educación, sino que también causa mal olor, el riesgo de que la gente lo pise incluso provocando caídas, y un detalle muy importante: que los desechos de las mascotas son portadores de enfermedades, además de atraer a las moscas y otros parásitos”.