Nos desparramamos, hasta en nuestros desechos. Lo alertaba ya, como anotábamos desde esta sección, el ‘Informe de alerta temprana’ de la Comisión Europea, fechado 8 de junio de 2023. Que los europeos generamos una media de 521 kilogramos de residuos urbanos por persona, aunque, eso sí, reciclamos un 49%. Y ahí está el punto, en el reciclaje. ¿Cómo aumentar el porcentaje de basura reutilizada?
Cada país tiene sus fórmulas. En algunos, como Australia, el reciclar te aporta créditos para usar el transporte público; o en la factura eléctrica, como en Brasil. Bien, en España, recordémoslo, se producen unos veintidós millones de toneladas al año de residuos municipales. Adelantemos que la Comunitat Valenciana es la cuarta en reciclaje, y de las tres provincias, Alicante está al frente en el vidrio. ¿Pero de dónde viene lo de reciclar?
Papeles reutilizados
Es posible que el concepto de reciclaje ya venga asociado a nuestra existencia como especie, porque resulta primordial lo de eliminar o al menos apartar nuestros residuos. Se sabe hoy, por ejemplo, que varias de las ciudades-estado griegas poseían leyes para crear basureros al menos a más de kilómetro y medio de las urbes. Y hablamos de tiempos antes de Cristo.
Pero se tiene como fecha digamos que oficial del comienzo del reciclaje el año 1031, simplemente porque es la primera datación documentada de la utilización, en Japón, de papel gastado para machacarlo y prepararlo para nuevo uso (aunque, como ya estaba entintado, resultaba un tanto grisáceo). Bueno, el papel hecho a mano fue invento chino (del cortesano Cài Lún, 57-121), y, a juzgar por las referencias, posiblemente también la versión reciclada.
La reutilización del papel se data por vez primera en el año 1031
Tiempos de guerra
Hay que tener en cuenta que estas reutilizaciones estaban motivadas por la escasez de materia prima vegetal, con lo que había que usar papeles ya caligrafiados. Esto ha sido una constante: en tiempos de guerra, los periódicos (como puede comprobarse en cualquier archivo institucional) se editan en papeles grisáceos o marrones de muy mala calidad. Pero los estallidos bélicos no solo afectan al papel.
La necesidad de armas, balas, infraestructuras, pero también fondos de metales preciosos, o prendas, lleva a la reutilización de materiales que se recaban entre la propia población. Aunque en tiempos de paz también toca recuperación: en 1874 comenzaba a funcionar en la estadounidense Baltimore un programa de reciclaje selectivo, que se convirtió en algo más grande, unos trescientos kilómetros en coche más allá, en Nueva York.
En guerra se necesitan recobrar materiales recabados entre la población
Curiosa coincidencia
Sería en 1897 cuando en la Gran Manzana se pusiera en marcha, en 1897, el primer centro de reciclaje como tal. Pero el pistoletazo, pacífico aquí, de salida lo marcaría la primera conmemoración del Día de la Tierra (o Día Internacional de la Madre Tierra), en 1970, promovido por el senador estadounidense demócrata Gaylord Nelson (1916-2005). Casualidades de la vida, se dio una curiosa coincidencia.
Resulta que un ayudante de Nelson, el publicista Julian Koenig (1921-2014), eligió para esta celebración destinada a impulsar acciones como la creación de la Environmental Protection Agency (Agencia de Protección Ambiental, ese mismo año, el 2 de diciembre) su propia fecha de cumpleaños, el 22 de abril, o sea, la misma, una vez traducida del calendario juliano (el de los ortodoxos) al gregoriano, del nacimiento de Lenin (1870-1924).
Alicante está al frente de la Comunitat en el reciclaje del vidrio
Vidrios españoles
En fin, el caso es que, retornada, tras los cuchicheos, la celebración en 2009, el concepto actual de reciclaje, mientras, se había potenciado desde aquel 22 de abril de 1970. El triángulo basado en la banda de Moebius (una superficie con una cara y un solo borde; en el fondo, un recorrido sin fin), con las tres aristas (‘reduce, reuse, recycle’: reducir, reutilizar, reciclar), se convirtió en símbolo del continuo ‘cyclus’ (de ‘kýklos’, círculo, rueda).
El reciclaje, más conceptos subsidiarios como la economía circular (reutilización, hasta donde se pueda, de las manufacturas), tardó algo en llegar a España. En concreto, en 1982, cuando se instalan las primeras plantas dedicadas al vidrio, en Madrid y Barcelona, aposentando ya la imagen del ‘iglú’ verde o gris (al principio hubo más colores) para las botellas en los paisajes urbanos, y hasta rurales, del país.
En cifras autóctonas
Por estos lares no tardamos en ponernos al día, incluso aportando iniciativas como la planta inaugurada en 2022 en Elda (Vinalopó Medio) para calzado, juguetes y ropa (la primera en España en abarcar todo ello). Se comprende así que, según datos oficiales correspondientes a 2023, el listado de comunidades recicladoras coloque a la Comunitat Valenciana, con una tasa de recuperación del 55%, en el cuarto puesto.
Antes, La Rioja (66%), Cataluña (57%) y País Vasco (también 55%, unas décimas más, eso sí). En cuanto al tema del contenedor bombona, el del vidrio, en Alicante se vertieron 22,8 kilogramos por persona, o sea, unos ochenta envases por habitante, frente a València (14,8 kilos) y Castellón (13,4). Seguimos generando mucha basura, pero, al menos, desde las ‘polis’ griegas, ya tenemos más ideas de qué hacer con ello.