El pasado 14 de agosto Villena dijo adiós a uno de esos vecinos que se ganan el cariño y el respeto de la ciudad por su buen hacer, humildad y compromiso: se fue Antonio Ruescas. El histórico presidente de la Asociación de Personas con Discapacidad Física de Villena (AMIF) falleció a los 57 años, dejando un legado enorme en el tejido asociativo y sociosanitario de la ciudad.
De forma sosegada, como todo aquel que está seguro de sí mismo y de aquello que está haciendo, Ruescas luchó sin histrionismo ni fachada por la igualdad social. Por poner a las personas con algún tipo de discapacidad en el mapa y ofrecerles las mismas posibilidades dentro de la sociedad, que las que tiene cualquier otra persona. Así de sencilla y así de compleja fue su lucha por la integración.
Una nueva vida
La vida es en su esencia caprichosa y cruel y hasta puede que tengan razón los más beatos al afirmar que “Dios concede las batallas más duras a sus mejores guerreros”. En el caso de Antonio Ruescas no cabe la menor duda que así fue, pues en ningún caso se podrían imaginar el devenir de su vida cuando un día de noviembre de 1986, Antonio salió de su casa para trabajar en el almacén de frutas.
Contaba con diecinueve años cuando, de vuelta a casa, un fatídico accidente de tráfico le llevó a la silla de ruedas que le acompañaría hasta el final de sus días. Sus planes de futuro se zarandearon, aunque siguió adelante con el apoyo de su familia y su entonces novia, Magda, con quien después se casaría y tendría una pareja de mellizos en 1997.
En 1999 fue cofundador de AMIF, asociación de la que fue presidente durante veinte años
Padre de la integración local
La fuerza, convicción y sentido común que los que le conocieron entonces atesoran, fueron los pilares sobre los que Antonio construyó su futuro profesional y social, ya que fue uno de los socios fundadores de AMIF en 1999. La asociación de personas con discapacidad física de Villena llegaba para hacer visibles problemas de personas o colectivos a veces invisibles.
Tras cuatro años como secretario de AMIF, pasó a ocupar el puesto de presidente, en el cual fue reelegido hasta el final de sus días. Además, en el año 2000 asumió la vicepresidencia de la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) Alicante, de la cual fue presidente entre 2007 y 2023, cuando dio un paso al lado para luchar contra el cáncer que le habían diagnosticado.
Fue promotor de centenares de proyectos para mejorar la integración social de personas con discapacidad
Por la accesibilidad total
El trabajo incansable y el despertar social que produjo con su ejemplo en diferentes escalas sociales le hizo llegar a ostentar el cargo de vicepresidente de COCEMFE en la Comunitat Valenciana. Desde sus diferentes responsabilidades promovió centenares de campañas de concienciación, que iban desde el plano laboral o educativo hasta el plano del ocio o el tiempo libre.
Impulsó lo que calificaron como turismo accesible, con el objetivo de no estigmatizar a personas con minusvalía en algo tan saludable como viajar y conocer diferentes lugares de una forma autónoma y digna. El transporte adaptado o hacer las playas accesibles fueron algunos de sus logros, entre los que se encuentran los de dar visibilidad al colectivo sin ningún tipo de condescendencia, como bien hizo con su Caña Solidaria en vísperas de Navidad.
Una abarrotada Iglesia de Santiago fue testigo del adiós de un grande de la ciudad de Villena
Diferentes centros especializados
Su misión, alineada con las de AMIF y COCEMFE, fue siempre la de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familiares para conseguir su normalización e integración social. Para ello puso en marcha proyectos como el Centro Especial de Empleo ‘Integrados’ en nuestra localidad, coordinando el trabajo de dos asociaciones como AMIF y Red Sanamente.
Antonio Ruescas impulsó ‘Actúa Centro Especial de Empleo’ en Petrer, un proyecto con una gran participación villenense al ser el arquitecto nuestro paisano, José Miguel Esquembre, y ser desarrollado por una constructora local. Fue cofundador de la Fundación Juan Carlos Pérez Santamaría, en la que fue patrón desde 2012, además de impulsar la creación de un centro de atención integral para personas con discapacidad de gran dependencia en Petrer.
Buena cara siempre
Sereno y calmado en su forma de ser, Ruescas fue un gran comunicador que, sin caer nunca en el populismo, consiguió contagiar a cuantos políticos, asociaciones, fundaciones o instituciones conoció durante más de treinta años de lucha por la integración social. Con su forma de ser y transparencia se ganó el cariño de todo aquel que se cruzó, por medio de sus asociaciones o del mundo de la fiesta, ya que fue un festero de pro, distinguido como pregonero de los Moros y Cristianos de Villena en 2011.
El cariño, como el respeto, no se compra, se gana. Muestra de ello pudo dar la Iglesia de Santiago, donde no cabía un alma para darle el último adiós a un grande de Villena como fue Antonio Ruescas Cañizares. Durante dos años luchó contra el cáncer sin perder nunca la sonrisa ni dejar de trabajar para sacar adelante múltiples proyectos, como el veinticinco aniversario de AMIF, en el cual había depositado una gran ilusión. Descansa en paz, Antonio.