Las ediles de Casco Histórico, Eva García, y de Cultura, María Server, ha visitado hoy las tareas de excavación que se realizan en el centro histórico sobre el hallazgo de un tramo de muralla encontrada de manera fortuita durante las obras de reurbanización. Las dos concejales, acompañadas por las responsables del Servicio Municipal de Arqueología y Patrimonio (SEMAP) han mostrado su interés en tomar medidas de protección del material encontrado, dentro de las dificultades de situarse en plena ejecución de unas obras y sometidas a las estructuras actuales de las viviendas.
Hasta el momento, el equipo arqueológico municipal ha señalado que el balance de los trabajos realizados esta semana en la Calle José Zapater es muy positivo. El lienzo de muralla recorre el vial desde su punto más alto y todo parece indicar que podría conectar con el tramo encontrado en las viviendas nº31 y 33. Aunque está afectada su parte central por varias tuberías de servicio, este inconveniente no impide la realización de una investigación exhaustiva, además de, una adecuada conservación que garantice su perduración en el subsuelo.
Ambas concejalas han apostado por una señalización del recorrido tras su excavación y ocultación con motivo de las obras de pavimentación de la calle. Durante su visita han mostrado gran interés por compatibilizar la protección de la muralla con las obras de instalación de servicios en el subsuelo, de tal manera que los restos no se vean afectados por las conducciones pertinentes.
Muralla del siglo XIV
La excavación de la muralla medieval de la villa sorprende por su perduración en el subsuelo desde que se iniciaran las gestiones de su construcción por carta del noble Don Juan Manuel dirigida en 1308 al monarca aragonés Jaime II. Desde su levantamiento, la preocupación por su conservación llevó a realizar peticiones y obras de mantenimiento desde el siglo XV al XVIII. En la segunda mitad del siglo XX, José María Soler estudió el recorrido de la muralla, apoyado en la documentación y en algunas evidencias que comenzaban a vislumbrarse en algunas obras del casco antiguo.
Posteriormente, el Museo Arqueológico municipal participó en la gestión de excavación y restauración de los tramos de muralla visibles en la Subida de Santa Bárbara, junto al Castillo de la Atalaya, e intervino en la gestión e investigación del tramo de muralla descubierto en la Puerta de Almansa. Actualmente, el Ayuntamiento de Villena continúa asumiendo las tareas de investigación y conservación de la fortificación -castillo y muralla- con el objetivo de preservar este legado cultural para las futuras generaciones, como seña de identidad de una comunidad que conoce sus orígenes y avanza hacia el futuro sin perder sus cualidades intrínsecas.