Entrevista > Begoña Frutos Fuentes / Actriz y docente (Albatera, 29-julio-1975)
La albaterense Begoña Frutos vive y trabaja en Madrid, donde compagina su tiempo entre su familia, su trabajo como docente e investigadora y su vocación de actriz. Ha trabajado en diversos cortos, documentales de televisión, ha formado parte de compañías de teatro, y ha participado en producciones teatrales como la ópera de ‘La Celestina’ en el Teatro de la Zarzuela.
Además, mientras estudiaba ya se interesó por la pedagogía, por el lenguaje y la expresión, cosa que le hizo formarse en este ámbito. Después se convirtió en docente de aquella universidad que la vio crecer, la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid (RESAD).
¿Visitas con frecuencia tu pueblo, Albatera?
Por supuesto. Allí vive mi familia y siempre es un placer volver. Además, mi vínculo y participación con la cultura de Albatera suele ser constante.
Me planteo regresar a vivir allí, aunque no en un futuro próximo.
«Me motiva gestionar proyectos propios y dar visibilidad a temáticas que me preocupan»
¿Cómo recuerdas tus inicios en las artes escénicas?
Desde niña siempre me atrajeron las expresiones artísticas como la música, el arte o la danza.
Mis inicios en el teatro fueron en la Escuela Municipal de Teatro de Albatera en los años 1994-95.
¿Dónde te formaste?
Me formé en la RESAD en Madrid, pero durante mis estudios, y también después, completé mi formación en países como Dinamarca y Portugal, entre otros, como especialista en pedagogía actoral de diferentes especialidades como la interpretación, el cuerpo y la voz.
Eres actriz, pero también investigadora y profesora. ¿Cómo compaginas en tu día a día todo esto?
Cada año lectivo tengo que hacer un encaje minucioso de horarios y de gestión del tiempo, porque además tengo una hija que también requiere y demanda su tiempo.
Aunque no siempre consigo encajar todo tan bien como quisiera o desearía, la mayoría de las veces soy paciente y llego a saber en cada momento cuáles son las prioridades, compatibilizando así la docencia, la actuación, la investigación y la familia. Y guardando también un tiempo para mí.
«Mostrar entusiasmo y no perder el contacto visual con la otra persona ayudan a una buena comunicación»
Has trabajado sobre el escenario, en la producción, en televisión. ¿En qué situaciones te sientes más cómoda?
A pesar de que en el teatro se puede estar de muchas maneras, tengo preferencia por la actuación, la docencia y la gestión.
Me motiva participar en espacios teatrales donde aquello que imparto lo puedo trasladar a la práctica, y también gestionar proyectos propios para dar visibilidad a temáticas que me preocupan o me gustan; estas cuestiones casi siempre han sido una constante para mí en los últimos años.
Formas en las aulas y a otros profesionales sobre la voz, la dicción y hablar en público. ¿Crees que todos necesitaríamos unas nociones básicas en este terreno?
Sí. Saber hablar en público permite mostrar a los demás a dónde quieres llegar y es algo básico que muchas veces se pasa por alto. Además, es una paradoja que sea la asignatura que menos se enseña. Hay que darle importancia a la comunicación y a la palabra.
Es fundamental comunicar bien en todos los ámbitos. Existen grandes profesionales de diferentes sectores que no saben comunicar adecuadamente sus conocimientos, y esto no ayuda a que su mensaje quede retenido en nuestra memoria, a veces por falta de dicción, de voz y de entusiasmo o emoción en lo que dicen.
¿Podrías darnos unos consejos básicos que nos ayuden a comunicarnos mejor?
Hay muchos consejos, algunos de ellos los conocemos todos, pero considero importante mencionarlos de nuevo porque muchas veces cuesta mantenerlos: manejar bien la voz, respirar bien, mostrar entusiasmo, practicar, disfrutar, escuchar, no perder el contacto con la persona que hablas por distracción digital y ser uno mismo.
«Es complicada la gestión del tiempo para llegar a todo»
Preparas actualmente la obra ‘Orlando’, de Virginia Woolf. ¿Qué nos puedes contar sobre ella?
Mi papel será el de Orlando y, tal como subraya Leyre Juan, directora de la obra, ‘Orlando o el misterio de vivir’, se trata de un montaje cuyo objetivo es un retorno a lo sencillo, al aprendizaje del amor y al respeto hacia uno mismo, todo ello a pesar de los grandes enredos en los que se ven envueltos los personajes, sobre todo, Orlando.
Dentro de esta ‘sociedad de continua exposición’ que nos presiona a mostrar continuamente en las redes sociales nuestras pertenencias, viajes, amistades, etc., y que nos empuja en definitiva a mostrar una felicidad idealizada, creo que nos hemos olvidado de lo más importante: el amor sencillo, el amor puro, el amor delicado y poco a poco fermentado.
¿Tienes nuevos proyectos en mente?
En este momento ya tengo en marcha una lectura dramatizada de la obra ‘La lengua en pedazos’, de Juan Mayorga, que va camino de convertirse en una propuesta escénica aún más elaborada. También trabajo con compañeros profesionales de la voz para tratar de desarrollar las bases de una escuela de voz integral, investigando la relación entre el misticismo y el teatro.
Por otra parte, desde hace tiempo está en mi mente la posibilidad de dar voz contemporánea a mujeres relevantes de la historia, como Judit o María Magdalena, entre otras.
¿Dónde podemos verte próximamente?
En octubre actuaré en Madrid y en Ayora (Valencia) con ‘La lengua en pedazos’, e imparto clases como docente habitualmente en la RESAD.