Entrevista > Daniel Martínez-Quintanilla / Director audiovisual (Alicante, 27-mayo-1986)
El documental ‘Barrabás’ todavía no está ni siquiera acabado, y ya ha ganado tres premios del Festival de Cine de San Sebastián. Se trata de un proyecto audiovisual que relata el trabajo de Rodrigo Abd, prestigioso fotoperiodista argentino ganador de dos Pulitzer que cubre eventos por todo el mundo para la agencia estadounidense Associated Press. Y el director que está detrás de este trabajo… es de Rabasa.
Muchos recordarán a Daniel Martínez-Quintanilla en Alicante por su involucración en diversos proyectos culturales. Hasta que un buen día decidió cruzar el charco en busca de nuevas aventuras.
Actualmente vive en Perú, donde entre otras muchas actividades dirige el festival de cine Mayuma producido en la ciudad flotante de Iquitos. A más de 9.000 kilómetros de distancia de su tierra natal, descuelga el teléfono para contarnos algunas pequeñas dosis de su peculiar trayectoria y de ‘Barrabás’.
¿De dónde viene tu devoción por la cultura?
Siempre he sido muy inquieto. Ya de adolescente fui uno de los fundadores del festival ‘Alacant Desperta’, y de ahí monté el colectivo punki ‘Alacant Rock’ haciendo conciertos por todos los lados de ciudad.
Siempre he andado muy metido en la cultura de base y en la defensa del valenciano, y hasta fui mánager de un grupo musical. Hasta que hace unos quince años me dio por venirme a Sudamérica para hacer lo mismo.
«Hago documentales y cine comunitario con los indígenas de la selva amazónica»
¿Y por qué diste este salto desde Alicante hasta Sudamérica?
Pues te podría hablar de psicología, traumas familiares, eso de que cada uno busca su lugar… (risas). El caso es que soy muy inquieto, y quería pasar de la gestión cultural local a proyectos de mayor envergadura. Además tengo un Máster de Cooperación por la Universidad de Alicante, y siempre andaba metido en temas sociales.
Desde pequeño soñaba con la selva, así que un día me fui para el Amazonas en plan mochilero. Luego fui por Bolivia y Argentina haciendo pequeños talleres culturales vinculados a ONG. Hasta que llegué a Perú, un país que me atrapó, y pasé a trabajar para el Ministerio de Educación.
¿Cómo te convertiste en director de documentales?
En su día había intentado dedicarme también a la música, pero sinceramente nunca conseguí hacer una maldita canción (risas). Así que empecé a probar con la fotografía y el vídeo. Es un tipo de expresión que me gusta mucho, de hecho soy licenciado en Publicidad por la UA.
En Perú descubrí el documental como una forma de contar las historias de la gente. Al final esto no deja de ser una interpretación propia y subjetiva de la realidad, lo contrario de lo que teóricamente hacéis vosotros en el periodismo. Y yo me siento muy cómodo en esta idea de contar lo que me dé la gana, y cómo me dé la gana. Así que me metí en la selva, y empecé a hacer talleres de cine comunitario con los indígenas.
«Rodrigo Abd tiene una capacidad increíble para llegar hasta la primera línea»
¿Por qué se te ocurrió la idea de seguir al fotoperiodista Rodrigo Abd para hacerle un documental?
Rodrigo es un amigo al que conocí por casualidad en la selva, y en principio no tenía idea de hacerle una película. Yo ni siquiera sabía que este tipo era una estrella del fotoperiodismo. Me cayó muy bien, sobre todo porque estaba igual de chiflado que yo (risas). Y me invitó a seguirle en algunos de sus trabajos como cubrir operaciones de decomiso de drogas, entregas de cuerpos en conflictos, revueltas populares, etc.
Gracias a su currículum él tiene acceso a historias muy difíciles de conseguir, así que me pareció muy emocionante y me puse a jugar yo también a periodista de guerra. Hasta que en un momento dado me di cuenta de que girar la cámara 180 grados para grabar cómo el propio Rodrigo interactuaba con los diferentes personajes que fotografiaba… también era muy interesante. Así me han salido unas 500 horas de grabación.
¿500 horas resumidas en un documental de dos horas? ¿Eso cómo se hace?
Es que yo lo hago todo siempre de corazón y sin intención (risas). A nadie más se le ocurre hacer este tipo de absurdidades de grabar 500 horas para un documental.
Afortunadamente un buen día conocí a una productora, llamada Suica, que me cogieron de la mano y me dijeron… “pero niño, ¿qué haces tú solo llevando todo esto? ¿No sabes que hay una cosa que se llama industria del cine?”. Ellos me salvaron y ahora estoy trabajando con gente que realmente sabe de esto.
También hemos conseguido involucrar a Associated Press, que por supuesto al principio fliparon muchísimo cuando les enseñé todo el material que tenía grabado sin haberles pedido ningún permiso (risas). En definitiva, entre todos hemos montado una triple producción para reescribir y montar este monstruo.
«‘Barrabás’ estará terminada para el próximo mayo»
¿Cuándo vamos a poder ver ‘Barrabás?
En principio la película estará acabada para mayo de 2025, y queremos presentarla en diversos festivales.
Cuéntanos algún episodio que salga en el documental.
Por ejemplo te cuento de dónde viene su título. En un paro agrario, ocurrido en Perú, la situación estaba muy tensa, con los manifestantes arrojando piedras a la policía. De repente yo perdí de vista a Rodrigo, hasta que me di cuenta que había tenido los huevazos de cruzar las barricadas para meterse entre los manifestantes. Fue entonces cuando ellos empezaron a gritarle aquello de ‘¡Barrabás!’.
Rodrigo siempre trata de trabajar de una forma muy especial vinculándose mucho con la gente o metiéndose en primera línea. Por ejemplo cuando ganó el Pulitzer fue porque consiguió cubrir la guerra de Siria en el lado de los rebeldes, cruzando el frente desde el territorio de Al-Assad. El trata de humanizar a todos los protagonistas.